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Veterano del Ejército de EE.UU planificó por semanas campaña de terrorismo en L.A

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Un hombre de Reseda planeaba detonar explosivos improvisados en varios lugares del sur de California para causar “grandes bajas” en un plan terrorista que fue frustrado por funcionarios del orden, informaron las autoridades el pasado lunes.

Los objetivos seguían cambiando, pero los investigadores señalan que la misión de Mark Steven Domingo permanecía siendo tan sangrienta como simple.

En una sola conversación, expusieron los fiscales, el veterano del ejército de EE.UU, de 26 años de edad, habló de rociar con balas a un patrullero de la policía de Los Ángeles, otras veces, su ira supuestamente se enfocaba hacia una sinagoga cercana. A veces también quería matar cristianos, detallaron las autoridades, y al menos una vez, consideró bombardear el muelle de Santa Mónica.

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Domingo creía que debía “comenzar de a poco”, basándose en un asesinato para planear el siguiente, según documentos judiciales. Esperaba aprender más sobre los tiempos de respuesta de la policía y avanzar hacia un ataque a gran escala, posiblemente una explosión que terminaría con “cientos, tal vez miles de ciudadanos de EE.UU heridos”.

“¿Y luego qué?”, le preguntó un informante a Domingo.

“Luego comienza la diversión”, respondió.

Domingo finalmente puso su mira en en un mitin de derecha que iba a tener lugar el domingo en Bluff Park, en Long Beach, precisaron las autoridades. Allí esperaba detonar un artefacto explosivo y vengarse de los musulmanes asesinados en otros rincones del mundo. Pero apenas acertó con lo que él pensó que era una bomba casera -fabricada con una olla a presión- mientras exploraba el lugar del ataque, Domingo fue arrestado el pasado viernes por el FBI, antes de que sus fantasías violentas se hicieran realidad.

Los investigadores federales y los líderes locales de las fuerzas del orden público anunciaron el pasado lunes la captura de Domingo, y expresaron su alivio por haber interceptado a un sospechoso de terrorismo al cual describieron como “consumido por el odio y empeñado en el asesinato de masas”. “Hoy podría haber estado aquí, iniciando mis comentarios con condolencias a las víctimas de un ataque horrible”, afirmó Ryan Young, agente especial a cargo de operaciones de contraterrorismo de la oficina del FBI en Los Ángeles. “Por suerte no es así”.

Domingo, un soldado de infantería que alguna vez sirvió en Afganistán, fue acusado de intentar proporcionar apoyo material a terroristas. Si se le declara culpable, se enfrentaría a 15 años de prisión; el sospechoso permanecerá bajo custodia federal hasta el 31 de mayo, fecha de su audiencia judicial.

La noticia de los ataques frustrados se conoció mientras el sur de California todavía se está recuperando de un tiroteo que acabó con la vida de una mujer y dejó tres heridos dentro de una sinagoga ubicada cerca de San Diego, el pasado sábado. Ese ataque está siendo investigado como un crimen de odio antisemita y los investigadores federales dijeron el pasado lunes que la religión también era clave en las motivaciones de Domingo.

Recientemente convertido al Islam, Domingo había sido vigilado durante semanas después de que expresó su deseo de cometer actos de violencia en una publicación en línea, conforme una declaración jurada de 30 páginas que se conoció el pasado lunes. Específicamente, quería venganza por los musulmanes asesinados durante el tiroteo de masas que tuvo lugar en Nueva Zelanda el mes pasado, según documentos de la corte.

“Siento que debo hacer miserable la vida de los cristianos por nuestros hermanos y hermanas caídos en Nueva Zelanda... Quizás también la vida de los judíos [no sé]... Ellos derramaron nuestra sangre”, posteó después del tiroteo, según la declaración jurada. “Ningún musulmán debería tener que experimentar esto, hay que enviar un mensaje”.

Después de semanas de chats en línea y conversaciones grabadas con un oficial encubierto y un informante del FBI, Domingo estableció su objetivo: un mitin al que llamó “nacionalista blanco” en Bluff Park, Long Beach, este domingo. El evento estaba organizado por United Patriots National Front, entidad a la cual expertos en extremismo describieron como una organización de extrema derecha con una docena de miembros, que no se consideran explícitamente nacionalistas blancos.

Días antes del mitín, Domingo compró ocho libras de clavos de tres pulgadas y medio de largo, y le pidió a un informante del FBI que lo conectara con un fabricante de bombas que pudiera construir un explosivo similar a las bombas de ollas a presión que hirieron a docenas de personas en la línea de meta en el maratón de Boston de 2013. Según la declaración jurada, Domingo eligió clavos “lo suficientemente largos para penetrar el cuerpo humano y perforar los órganos internos”.

Los rumores de que la manifestación podría ser cancelada inquietaron a Domingo, según los registros de la corte. Entonces, consideró dos objetivos alternativos: una manifestación, el sábado, contra la llamada ley estatal de santuario de California, que se realizaría en Huntington Beach, y un ataque al muelle de Santa Mónica, donde haría detonar un explosivo y luego rociaría con balas a los sobrevivientes antes de que quitarse la vida como un mártir.

En última instancia, según los registros, Domingo se decidió por el evento de Long Beach. El pasado viernes condujo hasta Bluff Park con el informante y el agente encubierto, que se hacía pasar por el fabricante de la bomba. Después de explorar el parque, tomó posesión de un dispositivo inerte, que él creía, era un “arma de destrucción masiva” y fue entonces arrestado por agentes del FBI.

Las autoridades no advirtieron a los organizadores de ninguna de las reuniones porque pensaban que Domingo era la única amenaza para cualquiera de los eventos. El grupo de extrema derecha no se presentó en Bluff Park, según el jefe de la policía de Long Beach, Robert Luna, quien dijo que unos 200 contramanifestantes concurrieron al parque, aunque no hubo ningún incidente.

Para los investigadores federales, la rápida evolución de los planes de Domingo era preocupante. “Nuestro mayor temor era que se tratara de lo que llamamos una rápida radicalización, una rápida movilización hacia la violencia”, remarcó Young, del FBI. “A veces nos preguntan qué cosas nos quita el sueño, este es uno de esos casos que nos mantendría despiertos por la noche”.

Domingo, residente de Reseda, fue asignado a Fort Campbell en Kentucky y sirvió en Afganistán desde septiembre de 2012 hasta enero de 2013. Las autoridades confirmaron que abandonó las fuerzas armadas poco después. Un representante del Departamento de Defensa no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Un oficial, que habló bajo condición de anonimato, aseguró que Domingo no recibió una baja honorable.

No queda claro en qué momento Domingo se convirtió al Islam. Según la declaración jurada, la primera vez que publicó un video declarando su fe fue el 2 de marzo pasado. A partir de entonces comenzó a expresar su deseo de asesinar estadounidenses poco tiempo después.

“EE.UU necesita otro evento como el de Las Vegas [para ser honesto], algo que desencadene la agitación civil”, escribió el 3 de marzo, en referencia al tiroteo de masas de 2017, en el festival de música Route 91 Harvest en esa ciudad. “No se trata de ganar la guerra civil, se trata de debilitar a Estados Unidos y de darle una idea del terror que ellos gustosamente propagan por todo el mundo”.

El FBI se contactó en línea con Domingo en las dos semanas siguientes y lo vigiló de forma constante hasta su arresto, afirmaron las autoridades. Durante las conversaciones con el informante, el sospechoso sugirió repetidamente que quería usar uno de los tres rifles que poseía para llevar a cabo un ataque violento.

Hussam Ayloush, director ejecutivo de la oficina del Área de Los Ángeles del Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas, comunicó en una declaración que el grupo está “agradecido de que los supuestos planes de herir y matar a personas inocentes hayan sido frustrados. No hay absolutamente ninguna justificación para semejante intento asesino”.

Pero, señaló Ayloush, estaba “preocupado por las tácticas del informante del FBI, que parecían alentar e inducir a este veterano a planear estos ataques”.

Su comentario hace eco de aquellos que han criticado las operaciones encubiertas en línea del FBI contra el terrorismo en el pasado, por considerar que los agentes incitan a personas con presuntas enfermedades mentales a involucrarse en complots que, de otro modo, no podrían llevar a cabo. Pero los registros judiciales muestran que el informante trató repetidamente de disuadir a Domingo de sus planes.

“No necesitas; no tienes que hacer esto. Lo sabes, ¿no?”, le dijo el informante a Domingo el 22 de marzo pasado.

Pero en cada conversación, los deseos violentos del sospechoso parecían ir en aumento. Se presentó a una reunión el 19 de abril vestido con prendas camufladas y con un rifle semiautomático, según los registros judiciales. Al discutir el posible bombardeo, Domingo reflejó una cierta alegría ante una posible masacre. “El cuerpo humano es muy fácil de destruir. Una granada puede hacer mucho daño, pero un gran dispositivo explosivo improvisado, en una mochila, en una multitud…”, dijo, de acuerdo con la declaración jurada. “Serían al menos 20 personas muertas, tal vez 30 heridos… si hacemos esto, L.A quedará sitiada”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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