En ‘Vibras’, su nuevo álbum, J Balvin se libera de los confines del reggaetón para volverse realmente internacional
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Pese a que Maluma se ha encontrado últimamente en boca de todos debido a un ascenso vertiginoso que le permitió hace algunas semanas presentarse no una, sino dos veces en el prestigioso Forum de L.A., hay otro colombiano que destacó primero y que no piensa dejar de lado su alturado puesto como representante del género urbano en Latinoamérica: J Balvin.
Por ese lado, sería tonto decir que le ha estado yendo mal en los últimos tiempos, porque además de que cantó al lado de la superestrella Beyoncé en el Festival de Coachella, el video de “X (EQUIS)” -su reciente colaboración con el boricua Nicky Jam- cuenta ya con más de 800 millones de visitas en YouTube; y aunque esta canción no figura en su nuevo disco “Vibras”, que acaba de salir a la venta, los antecedentes no son precisamente despreciables.
“Desde el momento que vi ‘[el tema] ‘Mi gente’ conectar con las audiencias alrededor del mundo, tuve una idea clara del título para este álbum, deseando crear más canciones que combinaran elementos y ritmos del sonido global con el reggaetón de la vieja escuela para crear un sonido en el cual todos vibraran”, dice el artista a través de un comunicado. “Esa sensación de conectar con el sonido de nuestra cultura abre puertas para que más personas comprendan lo que debemos decir con nuestro lenguaje”.
El álbum, que ya hemos podido escuchar, empieza de manera inusual gracia a una ‘intro’ de poco más de 1 minuto en la que interviene Carla Morrison, lo que demuestra que hasta los artistas supuestamente más ‘alternativos’ han sucumbido a las tentaciones rítmicas (¿o habría que decir monetarias?) del reggaetón.
Pero la verdad es que la producción es mucho más elegante de lo que podría esperarse y hasta esquiva frecuentemente el típico ‘denbow’, como sucede en piezas como “Tu verdad”, “En mí” y “Noches pasadas”, que son esencialmente piezas de pop internacional con sabor contemporáneo.
Eso no quiere decir que Balvin haya abandonado al género de sus inicios ni muchos menos, porque abundan cortes marcados por ese estilo, desde “Ambiente” (que se va por el lado del ‘reggaetón lento’) hasta “Machika” (una colaboración con Jeon y Anitta), pasando por “No es justo” (con Zion & Lennox), “Peligrosa” (con Wisin & Yandel) y “Ahora”.
En suma, se trata de un disco diverso y bien cuidado en el que se inmiscuyen ocasionalmente la electrónica, el dancehall y hasta el calypso, y que podría ganarle nuevos seguidores al sudamericano dentro de los seguidores de la música comercial, aunque su propuesta sigue cojeando severamente en el plano de las letras.
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