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¿Insulto u homenaje?: para la familia de Bruce Lee, ‘Once Upon a Time…’ es una ‘burla’

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En la nueva fantasía ambientada en Tinseltown “Once Upon a Time... in Hollywood”, del director Quentin Tarantino, Bruce Lee se enfrenta con el personaje de Brad Pitt, Cliff Booth, un doble de riesgo, en un momento que, para algunos, configura una burla al ícono de las artes marciales.

En el cameo, Bruce Lee, interpretado por el actor Mike Moh, desafía a Booth a un combate fuera del plató de la serie de televisión “The Green Hornet”. A Lee se le representa queriendo captar la atención de todos y alardeando de poder vencer al campeón de boxeo Cassius Clay, también conocido como Muhammad Ali; en una pelea dice: “Mis manos están registradas como armas letales”.

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Pero después de fanfarronear -mostrando sus gestos característicos, su enorme confianza y derribando a Cliff en el primer round- Lee es arrojado bruscamente al costado de un automóvil estacionado a manos del doble de riesgo, antes de que otros puedan intervenir.

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La escena ofendió a los fanáticos de Lee, y también a la familia del emblemático actor. Su hija, Shannon Lee, calificó la interpretación de “irrespetuosa”, y la consideró “una burla” al legado de su padre. “Entiendo que es una película de Tarantino, que los personajes del film son antihéroes y que él tiene su estilo característico; esta es otra de sus fantasías de ira”, expresó la mujer después de ver la cinta, el domingo pasado. “Si bien comprendo que el mecanismo de la historia es mostrar que el personaje de Brad Pitt es tan genial que hasta puede golpear a Bruce Lee, el tratamiento del guión hacia mi padre, [que lo muestra] como un saco de arena arrogante y egoísta, fue realmente desalentador, y lo siento innecesario.

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“[Tarantino] parece haber hecho todo lo posible para burlarse de mi padre y retratarlo como una especie de bufón”, agregó la mujer, quien es directora ejecutiva de Bruce Lee Family Co. y dirige la entidad de caridad homónima de su progenitor. “Siento que convirtió su confianza en arrogancia y su inteligencia en burla. Siento que fue burlado [nuevamente] tal como lo era en vida por el Hollywood blanco”.

“Conocí a Mike; sé que él ama a mi padre y que es un actor trabajador, y realmente no siento nada negativo hacia él”. Nuevamente, pienso que la representación es una caricatura; no un personaje, sino una caricatura. Pero creo que probablemente fue dirigido de esa manera”.

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En un correo electrónico de seguimiento, Lee agregó que su madre, Linda Lee Cadwell, consideró la interpretación como “simplemente horrible”. “Pensé que el personaje era como una caricatura de sí mismo, y que lo hacen parecer estúpido, tonto e insultantemente chino”, afirmó la mujer, según el relato de su hija. “Se aleja tanto de la verdad de quién era él y de cualquier encuentro real que haya tenido... Fue terrible de ver”.

En una película que aborda la creación de mitos y cuyas ambigüedades han provocado un acalorado debate (que incluye, entre otros: el tratamiento de la actriz Sharon Tate, la representación de la violencia hacia las mujeres, por qué la película se aleja de Charles Manson y qué, exactamente, significa todo eso), la representación de Lee es complicada de desentrañar. Moh describió su actuación como un homenaje a un ícono a quien admira.

Durante su gira de prensa, Tarantino afirmó que la escena tiene un propósito más directo: mostrar las capacidades asesinas de Cliff. Es una explicación presagiada por el personaje de Al Pacino en la película, quien explica a Rick Dalton -interpretado por Leonardo DiCaprio- que lo están utilizando como ‘villano de la semana’ para exponer a la próxima generación de estrellas de televisión.

El realizador no pudo ser contactado para comentar en este artículo.

Para Jeff Yang, autor del libro de historia del cine chino “Once Upon a Time in China” (Érase una vez en China) y coautor del podcast “They Call Us Bruce”, cualquier uso del recuerdo de Lee merece una inspección más profunda. “La pregunta más importante aquí es: ¿dónde se traza la línea entre homenaje y explotación?”, dijo, señalando que el legado de Lee está entrelazado con una avalancha de películas de imitación que siguieron a su muerte, cuando muchos buscaron aprovecharse de su imagen. “Es irónico que Quentin, quien dice ser un fanático de él, participe en un proceso muy similar”.

Al igual que Tate -cuyo asesinato, el 9 de agosto de 1969, a manos del clan Manson, junto con los homicidios del estilista Jay Sebring, el guionista Voytek Frykowski, la heredera Abigail Folger y Steven Parent, de 18 años, sirve como trama narrativa de la película-, Lee fue una persona real, que siguió un sueño en Hollywood y cuya vida se vio truncada al borde del estrellato. Su repentina muerte en 1973, a los 32 años, precedió al lanzamiento de la película “Enter the Dragon” que finalmente lo convertiría en una superestrella en Estados Unidos.

Tarantino, el cineasta que vistió a Uma Thurman -la Novia en “Kill Bill”- con el icónico mono amarillo que Lee llevó en “Game of Death”, incluyó a Lee y Tate como personajes secundarios en una historia anclada por dos hombres blancos ficticios; incluso los muestra juntos, en un flashback (secuencia referida al tiempo pasado) rápido en el cual Lee entrena a Tate para una escena de pelea con la actriz asiática-estadounidense Nancy Kwan en “The Wrecking Crew”, y más tarde, entrena a Sebring, quien descubrió a Lee en la vida real. Pero hablando anecdóticamente, durante el enfrentamiento de Bruce Lee con Cliff Booth, el público parece oscilar entre reírse o sentir escalofríos en sus asientos.

Entonces, ¿qué podemos pensar de la escena?

“Creo que el film trata sobre la carga que han tenido que soportar ciertos ídolos”, consideró el veterano crítico de cine Walter Chaw, quien en la escena no ve una derrota de Lee, incluso si su ego es levemente dañado. La imagen de Bruce Lee ha sido ampliamente expuesta en pósters y memes que se ha convertido no sólo en un sabio filósofo oriental, sino en alguien indestructible. Enojarse por la idea de que Bruce Lee podría ser derrotado en un combate es realmente inquietante para mí, porque lo deshumaniza”.

En el momento de su breve temporada en “Green Hornet”, durante 1966-1967, como Kato, el compañero del superhéroe titular, Lee podría haber sentido un parentesco con Dalton, una estrella de televisión con un futuro incierto y algo que demostrar. Después de todo, Lee era una inusual estrella asiático-estadounidense que peleaba por un espacio en el Hollywood dominado por blancos. Chaw argumenta que retratar a Bruce Lee como algo inferior a esa leyenda mítica, en esa escena, agrega dimensión a cómo pensamos de él.

“Creo que lo que Tarantino está tratando de hacer en el film es desmitificar un poco el mito”, consideró Chaw, crítico de cine de Film Freak Central. “Bruce Lee es uno de esos tipos que se han vuelto intocables. Entonces, cuando Tarantino lo toca, lo humaniza. La gente está rechazando en este momento la idea de que se puede humanizar a Bruce Lee, pero yo creo que es algo interesante”.

Si la película logra sembrar claramente esa lectura, aún está por verse. Al igual que muchos otros detalles en el largometraje (el flashback del barco de Cliff; sus momentos de racismo coloquial junto con Rick; la deslumbrante falta de personas de color en la embriagante y soñadora Los Ángeles de 1960 creada por Tarantino), interpretar el significado de esas opciones de la narración queda librado al espectador.

Y la forma en que el público lo lee es notable. En una función del primer fin de semana de estreno, a la cual asistió la erudita y autora de “Reel Inequality”, Nancy Wang Yuen, un sonido un tanto escalofriante siguió a esa escena: el de otros espectadores riéndose de Bruce Lee, una experiencia que Shannon Lee también tuvo al ver la película en un cine lleno de extraños. “Fue realmente incómodo sentarse en la sala y escuchar a la gente reírse de él”, expresó Lee.

“No se le puede llamar de otra forma excepto ‘el blanco de la burla’, porque todo lo que lo hace poderoso es lo que lo ridiculiza en la película”, añadió Yuen, para quien fue insultante la representación y la reacción en el cine. “Su kung fu se convierte en un chiste, y su filosofía se transforma en una galleta de la fortuna. Cliff se mofa literalmente de los sonidos que él hace mientras practica kung fu. Al mostrarlo arrogante se le pinta como un fraude”.

“No es bueno usar personas de color para hacer de [Cliff] un personaje más completo y complejo, especialmente cuando no hay nada que contrarreste esos estereotipos”, afirmó Yuen, señalando que la representación de Lee es el personaje de color con más diálogo en la película. En su versión de L.A en 1969, los afroamericanos también son invisibles y algunos personajes latinos -posiblemente fiel a cómo Hollywood los trataba en la década de 1960, tal como Erick Galindo escribe en L.A Taco- no tienen nombre ni diálogos.

La polémica está garantizada dada la prominencia de Lee como uno de los artistas asiático-estadounidenses más emblemáticos de todos los tiempos. El contexto histórico hace que la raza en la película sea un aspecto digno de compromiso crítico, como muchas de las otras opciones que los fanáticos y los comentaristas están analizando con atención obsesiva. Lee aparece de forma tan prominente en la campaña de marketing de Sony que el público podría sorprenderse al saber que su tiempo en pantalla -en una película de dos horas y 45 minutos- equivale a una sola escena y dos flashbacks rápidos y silentes.

En medio de un momento innovador para la representación de asiáticos-estadounidenses con películas como “Crazy Rich Asians”, “Searching”, “Always Be My Maybe”, “Late Night” y “The Farewell” -que proponen una inclusión sin precedentes en la pantalla grande- y el primer film de Marvel de superhéroes asiáticos, “Shang Chi”, en el horizonte, “Once Upon a Time” parece muy retrógrada, afirma Yang. “Es un recordatorio incómodo de que somos las únicas personas que lo veíamos de verdad, y claramente otras personas lo veían de manera diferente. Para los asiático-estadounidenses, Bruce Lee no era sólo emocionante y genial; era alguien que nos conmovía profundamente, porque él era nosotros”.

La reacción que muchos fanáticos de Bruce Lee están teniendo ante la representación proviene del lugar que Lee guarda en la comunidad, y lo que su visibilidad logró para contrarrestar la histórica castración del hombre asiático, afirma el escritor de Angry Asian Man, Phil Yu.

“Bruce Lee era un tipo sobrehumano en muchos sentidos. Puso a prueba los límites del físico y trató de expandir los límites de lo que las personas eran capaces de hacer, él en primer término”, consideró Yu, quien también es el coanfitrión de “They Call Us Bruce”, que cita las enseñanzas de Lee. “Lo que pasa es que no vemos a muchos hombres asiáticos retratados de esa manera, o con una plataforma para comportarse de esa forma. El que un caballero sea así, especialmente en esa época, era una afrenta a lo que mucha gente pensaba que podían ser los varones asiáticos”.

“Podría parecer demasiado confiado, altanero e incluso arrogante, pero él era el tipo que podía respaldar eso”, agregó. Yu aún no vio la película, pero ha visto a muchos artistas intentar encarnar a Lee en pantalla, con resultados disímiles. “La gente siempre quiere insertar cosas de Bruce Lee en todo, pero nadie quiere explorar realmente a Bruce Lee”.

¿Hay detalles incrustados en el texto de la película, tan específicos y referenciales como los falsos letreros de spaghetti westerns de Dalton, que podrían ofrecer un contexto más profundo a la breve aparición de Lee en “Once Upon a Time”? El flashback de la lucha, por ejemplo, está enmarcado como la memoria de Cliff; recordar a Bruce Lee como un tonto fanfarrón a quien golpeó podría ser una explicación más sencilla para su carrera estancada, que el susurro de las acusaciones de violencia doméstica que pesan sobre él.

La escena comienza en el lote de Fox donde se filmaba “Green Hornet”, desde una cartelera del drama bélico de Pearl Harbor “Tora! Tora! Tora!” -una película que no se estrenaría hasta 1970, tres años después de que “Green Hornet” se cancelara-. El peinado de Lee, de una era posterior, también es anacrónico, otro indicador de que la memoria de Cliff, o incluso de la película, está sujeta a borrosos recuerdos.

La cita de Tarantino en los créditos finales de otra pieza de marketing de época, una promoción de radio de “Batman” de los años 1960, con Adam West y Burt Ward, ofrece otro acertijo para una búsqueda del tesoro. ¿Podría ser un retroceso al momento en que Lee se negó a perder en una pelea contra Robin (Ward), en un episodio cruzado de 1967 -una escena que, según la leyenda, fue reescrita para terminar en un empate-?

Para la crítica de cine Claudia Puig, a quien el film le evocó sus propios recuerdos de la infancia en Los Ángeles en 1969, el mundo que Tarantino presenta en pantalla se lee mejor tomado con pinzas. “No creo que [Tarantino] buscara profundidad y dimensión en términos de los personajes, sino una mezcla de ese tiempo”, consideró. “Lo llamo ‘falsa nostalgia’, porque estaban sucediendo muchas otras cosas. Esta es una visión muy estrecha de esa época”.

Y tal vez ese sea el punto, para bien o para mal. Puig señaló las rachas de racismo casual en los personajes de Cliff y Rick, que inicialmente la hicieron estremecerse. “También pensé en la línea donde se menciona a los ‘frijoleros’”, dijo. “[A Rick] lo felicitan por ello. Pensé: “¿Realmente era necesario?”. Tal vez eso diga mucho sobre cómo pensaba la gente [en aquel momento]”.

Una lectura generosa de la intención de Tarantino le otorga al cineasta una medida de gracia; quizá quiera que el espectador sienta tanto la tentación como la trágica imposibilidad de tal fantasía de cuento de hadas: que incluso en un escenario alternativo, en el cual Sharon Tate viviera, hombres como Rick y Cliff son los antihéroes a quienes no nos podemos quitar de encima.

Aun así, cuando se trata de su padre, Shannon Lee señala que es decepcionante que Tarantino no pueda encontrar otra forma de expresar su idea, que no sea mediante la creación de una representación alejada del hombre, del artista marcial y filósofo que realmente era. “La gente me ha dicho: ‘Pero Quentin Tarantino es un gran fanático de Bruce Lee’. En realidad, no creo que lo sea”, afirmó la mujer, quien también presenta un podcast dedicado a las enseñanzas de su padre. “Siempre sospeché que no era así. De lo que creo que es apasionado es de las cosas que te vuelan la cabeza de una manera genial. Creo que es entusiasta del estilo de mi padre, de la forma en que era en sus películas. No estoy segura de que realmente conozca mucho sobre él como ser humano, o de su filosofía”.

“Creo que había una manera diferente de lograr lo que él quería; algo que no ridiculizara a mi padre, ni a nadie. Esto fue desalentador”, dijo. “Sólo espero que la gente quiera relacionarse con el verdadero Bruce Lee, y no con lo que se ve retratado allí”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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