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“¡Taaaake onnn meee!” La increíble y rentable vida eterna del clásico de los 80 de A-ha

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La primera vez que el cantante de A-ha, Morten Harket, escuchó el ahora famoso gancho sintetizador de “Take on Me”, una campana sonó en su cabeza. Sabía que la melodía veloz y alegre lo lanzaría a una carrera musical notable.

En los 34 años transcurridos desde que “Take on Me” se convirtió en el éxito mundial del trío noruego, no sólo ha perdurado, sino que también ha sido transformada en un meme que atraviesa generaciones y siglos.

La década de los 80 fue una década de novedades y maravillas musicales escandalosas. La mayoría de los éxitos del synth-pop de la década son tan anticuados como un Walkman o han desaparecido como Blockbuster Video, pero “Take on Me” ha durado más que sus pares e incluso ha prosperado en la era del streaming.

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El memorable video animado de un chico conoce a una chica y es perseguido por hombres con llaves inglesas, un punto culminante innovador de los comienzos de MTV, impulsó gran parte del éxito de la canción. En YouTube, el clip está cerca de superar las 1.000 millones de visitas. No es raro que las nuevas canciones pasen ese umbral, pero hasta la fecha, sólo tres canciones de todo el siglo XX han alcanzado esa marca: “November Rain” de Guns N’ Roses, “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana y “Bohemian Rhapsody” de Queen. Y “Take on Me” todavía tiene un promedio de 480.000 visitas diarias en YouTube, según un portavoz del sitio web. El año pasado, cuando “Take on Me” disfrutó de uno de sus resurgimientos periódicos como presencia en programas de televisión y películas, el sitio web Quartzy la llamó “una de las canciones más grandes de 2018”.

Si le resulta difícil predecir qué canciones están destinadas al éxito de los rankings pop y cuáles fracasarán, intente preguntarle a una computadora.

May. 16, 2018

“No sé cómo identificarme con ello”, dice Harket sobre el hito que se aproxima. “No es algo fácil de entender”.

a-ha
¡Esos pómulos! A-ha, de izquierda a derecha, Paul Waaktaar-Savoy, Morten Harket y Magne Furuholmen.
(Shutterstock)

El cantante, que cumplió 60 años este mes, era ambicioso, soñador pero desenfocado hasta finales de 1979, cuando, en su antigua escuela preparatoria de Oslo, escuchó a Magne Furuholmen y Paul Waaktaar-Savoy tocar en un grupo influenciado por los Doors llamado Bridges. Eran increíbles, pensó, pero les faltaba una cosa: él.

Cuando los tres se conocieron, Harket insistió en que sus compañeros de banda se probaran a sí mismos. “Me enfrenté a ellos y les dije: ‘Tócame algo’”. En el sótano de la casa donde vivían los padres de Waaktaar-Savoy, Furuholmen fue a un viejo piano y tocó el gancho de la canción, que había escrito cuando tenía 15 años.

Los viajes de rock’n’ roll de Peter Fonda en los años 60 lo encontraron tropezando con los Beatles, andando en motocicleta con los Monkees, e incluso lanzando su propio single.

Ago. 19, 2019

“Lo supe entonces, ‘Esa es’. Esa es la canción que hará que suceda”, dice Harket. Aunque vio el gancho como un boleto para el éxito, no podía prever cuántas veces el trío tendría que reescribir y reeditar la canción.

Bridges usó por primera vez el gancho en lo que llamaron “The Juicy Fruit Song” (Está en YouTube). Con Harket, se transformó en una canción llamada “Lesson One”, y luego cambió de nuevo a “All’s Well That Ends Well and Moves With the Sun”.

“No podíamos hacer que el gancho encajara en una canción”, dice Harket. Finalmente, Waaktaar-Savoy reescribió la letra con un nuevo coro, añadiendo una melodía creciente de tres notas (“Taaaaaake onnnn meeee”) inspirada en el famoso motivo de octava de tres notas de Richard Strauss “Thus Spake Zarathustra”.

Consiguieron un contrato discográfico en Inglaterra, y “Take on Me” salió a la venta en octubre de 1984, vendiendo sólo 300 copias. Unos meses después, ahora remezclada, la canción fracasó nuevamente. El mundo parecía estar diciendo que no a A-ha, pero la banda tenía un ángel guardián.

Jeff Ayeroff, un legendario ejecutivo de Warner Bros. Records, estaba de visita en Inglaterra cuando un colega británico le puso “Take on Me”. Le recordó a Ayeroff a su cantante favorito, Roy Orbison. Entonces, Ayeroff vio una foto del grupo.

“Fue como, ‘Tienes que estar bromeando. ¿La gente realmente se ve así?’ Morten Harket era uno de los hombres más guapos del mundo”, dijo Ayeroff hace unos años en una entrevista para el libro “I Want My MTV”. [Revelación completa: coescribí este libro con el editor de música pop del Times, Craig Marks].

Ayeroff sabía que A-ha era perfecto para la era de los videos musicales. Así que el grupo grabó la canción de nuevo, esta vez con el productor Alan Tarney, quien hizo el arreglo más dinámico. La voz anhelante de Harket abarcó dos octavas y media, culminando en un falsete súper alto E5 que ha deshecho a muchos cantantes de karaoke demasiado confiados.

En Estados Unidos, la canción fue lanzada con un video monótono, y fracasó por tercera vez. Ayeroff todavía no estaba listo para darse por vencido, así que emparejó al director de video Steve Barron con los animadores Michael Patterson y Candace Reckinger, les dio mucho dinero y les dijo que no regresaran hasta que hubieran hecho algo brillante.

Rehacer el video duró tres meses y valió la pena esperar: el mundo vio los heroicos pómulos de Morten Harket y se desmayó. En otoño de 1985, ocho años después de que Furuholmen escribiera el riff central, “Take on Me” se convirtió en la No. 1 en 27 países.

No es caritativo llamar a A-ha una maravilla de un sólo éxito (“The Sun Always Shines on TV”, alcanzó el número 20 en Estados Unidos y número 1 en Reino Unido), pero el grupo nunca igualó el éxito de “Take on Me”. Los miembros de la banda reconocen que no se congraciaron con la gente del negocio de la música. Cuando fueron nominados para los 11 MTV Video Music Awards en 1986, se saltaron la ceremonia y en su lugar tocaron en un teatro de Houston con capacidad para 2.200 personas. (Ganaron ocho premios VMA esa noche, incluyendo nuevo artista y dirección en un video).

Durante los años siguientes, Barron vio una creciente frustración en la banda. “Siempre se sintieron un poco a la sombra de ‘Take on Me’”, dijo en “I Want My MTV”. “Querían ser conocidos como una banda con un gran contexto de trabajo, no como una banda con sólo ese video”.

Parte del atractivo de la canción radica en su romanticismo anticuado: Un ardiente pretendiente promete su devoción, con voz andrógina, a una compañera vacilante, y exclama: “Te estás alejando / Iré por ti de todos modos”. Es una novela romántica en rima. Y pocas canciones evocan tonterías y alegría tan inmediatamente como “Take on Me”.

Ha sido interpretada en una variedad de estilos, desde la versión ska de Reel Big Fish, el pop-punk de MxPx, hasta la versión en vivo de Metallica. Es probablemente la única canción interpretada tanto por Chris Martin de Coldplay como por la princesa Lea Salonga de Disney. Pitbull la incluyó para su colaboración en 2013 con Christina Aguilera, “Feel This Moment”. “No tengo un fuerte deseo de que la gente sea respetuosa con la canción”, dice Harket encogiéndose de hombros.

Jim Carrey la cantó en el programa de David Letterman. En 2008, fue el primer Video Literal, una exitosa serie de YouTube en la que el director Dustin McLean reemplaza las letras de una canción por otras nuevas que narran lo que está sucediendo en el video. Fue parodiada en un episodio de “Family Guy” y en un anuncio de Volkswagen. Chrissy Teigen la bailó en “Lip Sync Battle”. Ha estado en “Melrose Place” y “Manhunt: Unabomber”, en “Smallville”, “South Park”, “Supergirl”, “Superstore” y “Stranger Things”. Aparece en “Despicable Me 3”, “Whiskey Tango Foxtrot”, “Ready Player One”, “A Dog’s Purpose”, en la gran escena de fiesta en la piscina de “La La Land” e inevitablemente en “Deadpool 2”. Está en “Moulin Rouge! El Musical” y en un anuncio de requesón.

“‘Take on Me’ es la ‘Macarena’ de las canciones de los 80”, dice Steven Gizicki, el supervisor musical nominado al Grammy de “La La Land”, “Fosse/Verdon” y muchos otros proyectos. “Está llena de energía y diversión. Y la canción literalmente no dice mucho, así que no está empantanada por un significado más profundo. Se siente instintiva, como una canción que conocemos de toda la vida”.

Sin conocer los detalles de los distintos contratos de A-ha, sólo es posible estimar el importe de los ingresos que ha generado la canción.

En YouTube, las regalías se basan en el CPM (costo por mil), que puede oscilar entre $1 y $6 para los videos. “Típicamente, para una canción tan grande y viral, se trata de un CPM de tres dólares”, dice Jonathan Strauss, fundador y director ejecutivo de Create Music Group, una empresa de tecnología que recauda ingresos de las plataformas de streaming en nombre de artistas y compositores. Mil millones de visitas a un CPM de $3 generarían $3 millones en ingresos.

Y eso es sólo de YouTube. En Spotify, “Take on Me” ha superado los 529 millones de reproducciones. Spotify paga cuatro centésimas de centavo por reproducción, dice Strauss, lo que genera un ingreso adicional de 2.1 millones de dólares. Apple Music, que a diferencia de Spotify es sólo para suscriptores, tiene un CPM más alto de nueve centésimas de centavo, o 9.000 dólares por millón de reproducciones, pero no publica el número de reproducciones que tiene una canción.

Además de las regalías por radio terrestre y la venta de canciones y álbumes, los derechos de sincronización de las licencias de películas y televisión son significativos. Según Jonathan Daniel, un manager cuya lista de artistas incluye a Green Day, Lorde y Weezer (que interpretó una versión de “Take on Me” para su álbum más reciente), la sincronización televisiva suele oscilar entre 10.000 y 20.000 dólares, con una cifra de entre 20.000 y 50.000 dólares para una película de Hollywood, más alta si la canción aparece en el tráiler o en los créditos finales.

“Lo que es más interesante”, reflexiona Daniel, “es el ingreso ‘filosófico’ que ha generado la canción. A-ha sigue siendo grande en todo el mundo. Los vi tocar en un estadio en Chile hace tres años. Si no fuera por esa canción, no habrían vendido ningún álbum, y no habría 30 años de giras. Esa canción probablemente ha generado cientos de millones de dólares”.

La sinuosa saga de “Take on Me” ilustra tanto la aleatoriedad de tener un éxito como el grado en el que requiere tiempo y cálculo. “Take on Me” es un fracaso comprobado, triple”, dice Harket. “También es un éxito comprobado. Hay mucho que aprender de eso”.

En la cúspide de la ambivalencia de A-ha hacia “Take on Me” (Harket no recuerda exactamente cuándo), dejaron de tocarla en vivo.

“Estábamos hartos, por supuesto”, dice. “Y luego haces las paces con eso. La canción se alejó de nosotros, despegó por sí sola y vivió su propia vida. Ha sido mejor que nosotros para ser una estrella del pop”, concluye con una risita de pesar.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

A-ha performs in Oslo on Nov. 30, 2010.
A-ha en una presentación en Oslo el 30 de noviembre de 2010.
(AFP/Getty Images)
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