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Ozzie Areu: el creador de uno de los primeros grandes estudios de cine de latinos en el país

El fundador y CEO de Areu Bros. Studios, Ozzie Areu, quien es cubanoamericano, frente al letrero de su estudio de cine, que fue la antigua sede de los Tyler Perry Studios en Atlanta, Georgia.
(Tami Chappell/For The Times)
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Mientras crecía en Burbank como hijo de inmigrantes cubanos, Ozzie Areu nunca soñó con tener una carrera en Hollywood. Los grandes estudios cinematográficos, ubicados a pocos kilómetros de la modesta casa familiar, eran complejos remotos amurallados, tan alejados del ajetreo y la rutina de la vida cotidiana de su familia, que parecían otro mundo.

Areu quería ser policía. Pero, como le gusta decir, Dios tenía otro plan. Después de tomar un trabajo como guardia de seguridad en Warner Bros., le picó el bichito de las películas.

Más de 25 años después, Areu preside uno de los estudios de cine más grandes de propiedad y operación latina de la nación: un extenso sitio de 60 acres en Atlanta, que planea convertir en un campus de medios inclusivo que defienda a los grupos de latinos, mujeres y otros subrepresentados en la industria del entretenimiento. Areu Bros. tiene como objetivo aventurarse en múltiples plataformas, no sólo películas y TV, sino también transmisión digital, música y juegos, con historias que van más allá de los viejos estereotipos de Hollywood y las fórmulas superficiales. “Las minorías deseamos vernos a nosotros mismos en diferentes roles, no nada más [interpretando a] el mecánico, el jardinero, la mucama”, reflexionó Areu, de 47 años, un tranquilo y genial ejecutivo con aires de George Clooney. “Siento que tengo una oportunidad única de construir una compañía de medios compuesta por personas que reflejan el mundo en que vivimos”.

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Areu Bros.Studios film studio in Atlanta
El interior de un estudio de sonido en Areu Bros. Studios, en Atlanta, Georgia, 25 de noviembre de 2019. Areu planea replicar el éxito de Tyler Perry mientras construye el primer estudio de cine latino importante del país y planea crear oportunidades para los latinos y otras minorías.
(Tami Chappell/For The Times)
Ozzie Areu, de origen cubanoamericano, en uno de sus estudios.
(Tami Chappell/For The Times)

Irónicamente, el complejo Areu no se encuentra en Los Ángeles, donde los latinos constituyen casi la mitad de la población, sino en un barrio pobre, en su mayoría negro, del suroeste de Atlanta. Eso se debe a que Areu se hizo cargo de un estudio que anteriormente era propiedad de su antiguo jefe y mentor, Tyler Perry, el director, actor y productor que acumuló una fortuna estimada en $600 millones por hacer éxitos comerciales para una audiencia en gran medida negra.

Después de trabajar para Perry durante más de una década, el año pasado Areu dejó su empleo como presidente de producción con la esperanza de extender ese modelo comercial a una sección transversal más amplia de minorías y voces femeninas.

Sin embargo, se apresura a enfatizar que no quiere restringirse al público latino o femenino. “Nuestras historias no serán sólo latinas o sobre mujeres”, remarcó. “Habrá algunas, pero incluso en ellas se necesitarán hombres estadounidenses blancos y un poco de todo. Lo más importante es la sustancia y la autenticidad de la trama”.

Si bien puede parecer sorprendente ver a un latino en el sur profundo desempeñar un papel de liderazgo en el avance de la diversidad en la industria del entretenimiento, tiene sentido, expresó Benjamin López, director de la Asociación Nacional de Productores Independientes Latinos, una organización sin fines de lucro que apoya a guionistas, productores y directores latinos.

Areu no sólo incorporó una gran cantidad de conocimiento mientras ayudó a Perry a construir su imperio mediático, sino que Georgia es una de las principales zonas de producción cinematográfica del país, con una sólida infraestructura de equipos experimentados y una floreciente comunidad de actores, respaldada por generosos incentivos fiscales para el cine y la producción de televisión.

“Su estudio refleja un momento decisivo para los latinos en Estados Unidos y en todo el mundo”, indicó López, quien trabajó con Areu durante el último año en la recomendación de voces latinas emergentes. “Lo que está haciendo es invertir en latinos que viven en EE.UU y darle una oportunidad a esta generación de talentos, de demostrar su valía y probar que su trabajo es rentable. Eso indicará a los estudios: ¿Saben qué? Este tipo ya se está arriesgando. Es el primer dólar que se invierte”.

Areu sigue a un pequeño pero creciente número de latinos que han establecido productoras cinematográficas en las últimas décadas. En 1991, el cineasta Robert Rodríguez cofundó Los Hooligans Productions, ahora llamado Troublemaker Studios, con sede en Austin, Texas. En 2001, Jennifer López cofundó Nuyorican Productions, para películas, televisión y contenido en línea desde Los Ángeles, y luego formó Believe Entertainment Group, una compañía de entretenimiento digital con sede en Nueva York. En 2005, Eva Longoria lanzó UnbeliEVAble Entertainment, una productora de películas, televisión y documentales en Los Ángeles.

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Sin embargo, los latinos continúan rezagados en Hollywood. Mientras que aproximadamente el 18% de los residentes de EE.UU son hispanos o latinos, un informe publicado este año por la Iniciativa de Inclusión Annenberg de USC descubrió que de 1.200 películas de gran recaudación estrenadas de 2007 a 2018, nada más el 4.5% de los roles con diálogo o nombre fueron para actores latinos. Sólo el 4% de esas cintas fueron hechas por directores latinos y el 3% por productores latinos.

El estudio encontró que los estereotipos también abundaban; cerca de una cuarta parte de los personajes más taquilleros y de habla latina en 200 películas seleccionadas eran criminales, y el 17% representaban a pobres o personas de bajos ingresos.

Aún así, hay una iniciativa creciente para impulsar la diversidad. En los últimos años, una avalancha de films con elencos diversos -”Star Wars: The Last Jedi”, “Black Panther” y “Crazy Rich Asians”- han tenido éxito comercial en la taquilla.

Algunos musicales importantes que saldrán en 2020 -como “In the Heights”, de Lin-Manuel Miranda, basado en su obra ganadora del premio Tony y la versión de Steven Spielberg de “West Side Story”- se centrarán en la experiencia de los latinoamericanos. Hace tres meses, Eva Longoria fue contratada por el productor ejecutivo Samuel Rodríguez para dirigir “Flamin’ Hot”, una película biográfica sobre Richard Montañez, un inmigrante mexicano y conserje que creó los Flamin’ Hot Cheetos.

Areu Bros.Studios film studio
Casas en una calle disponible para filmaciones en los Areu Bros. Studios, en Atlanta, Georgia.
(Tami Chappell/For The Times)

Pese a todo, la posibilidad de construir un estudio de cine para minorías en Georgia no está exenta de riesgos potenciales.

Areu Bros., una empresa incipiente, con sólo unos 12 empleados a tiempo completo y ocho a tiempo parcial hasta el momento, recién podrá producir contenido original en el segundo trimestre de 2020. Una parte central del plan de negocios de Areu es rentar a grandes estudios corporativos su lote, que cuenta con 150.000 pies cuadrados de espacio de usos múltiples, cinco platós cubiertos, un set de rodaje suburbano de 11 hogares, cuatro edificios administrativos y más de 30 vestuarios.

Mientras Paramount Pictures está terminando el rodaje de “Coming 2 America” en este momento en el lote de Areu Bros., el futuro de la relación de Georgia con Hollywood está en duda después de que los legisladores aprobaron una nueva ley restrictiva que prohíbe los abortos una vez que los médicos pueden detectar actividad cardíaca fetal, antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas.

La norma aún no ha entrado en vigencia (los defensores de los derechos al aborto presentaron un desafío legal) y Stacey Abrams y otros activistas locales clave que se oponen a ella han instado a los estudios de cine a permanecer en el estado y apoyar su lucha por el cambio.

Cualquiera que sea el resultado, Areu no tiene planes de abandonar Georgia pero remarcó que sigue comprometido con los derechos de las mujeres. “Sobre el tema de la elección”, dijo, “apoyo el derecho de las mujeres a elegir en todas las decisiones de sus vidas”.

En muchos sentidos, la escalada de Areu en la industria del entretenimiento es improbable. Después de tomar un trabajo de verano como guardia de seguridad con Warner Bros., consiguió empleo como jefe de seguridad en la serie de televisión “Friends”. Luego, la estrella de “Friends” Jennifer Aniston lo ayudó a ser contratado como asistente personal de Brad Pitt. A partir de ahí, se convirtió en asistente ejecutivo de Ellen DeGeneres y luego de Tyler Perry.

Sólo unos años después de comenzar a trabajar para Tyler Perry Studios, su titular lo llamó a una reunión con sus principales ejecutivos. Areu pensó que quería que tomara notas, pero en cambio Perry le pidió que se pusiera de pie.

“Quiero que todos feliciten a Ozzie”, dijo Perry. “Es el presidente de la compañía y supervisa el estudio, el contenido, la producción, el desarrollo...”

Areu quedó estupefacto y bastante temeroso de no poder cumplir con las expectativas de su jefe. Pero pasó a supervisar la producción de 15 largometrajes y más de 900 episodios de televisión al frente de Tyler Perry Studios.

“Es surrealista”, reflexionó la semana pasada, sentado en su vasta oficina, con ventanas de piso a techo, pieles negras de imitación, pisos de mármol y una alfombra de pelo blanca. A menudo, dijo, se pregunta: “¿Cómo llegué hasta aquí?”. “Pasar de asistente a presidente es el Sueño Americano”, confesó. “A veces siento que Dios me estaba preparando y ni siquiera sabía lo que estaba ocurriendo”.

Dejar a Perry no fue una decisión fácil. Pero después de que su jefe cambió su antiguo estudio por una enorme base militar desmantelada de 350 acres, un día, mientras Areu salía del antiguo complejo, tuvo una idea: “¿Por qué no compro esto?”.

Su próximo pensamiento fue: “No puedes costearlo”.

Pero mientras lo reflexionaba, decidió que al menos debía tratar de encontrar inversores para apoyar su visión.

Aunque no comparte la identidad de sus inversores, alegando que estos prefieren permanecer en el anonimato, sí aclara que Perry le dio su bendición. Este verano, la reconocida cantante Gloria Estefan se unió como socia.

Si bien Areu aún no ha comenzado a producir, planea hacerlo en el segundo trimestre del próximo año. Ya está discutiendo proyectos de televisión con voces latinas en ascenso, como Vannessa Vásquez, una actriz y productora de Texas que interpretó a una adolescente mexicana bisexual en East Los High, una popular serie de Hulu con un elenco totalmente latino.

Después de luchar para encontrar papeles satisfactorios cuando terminó el programa, Vásquez escribió un guión, Growing Up TexMex, que describe como una versión texana de “Shameless”, que explora las luchas de una familia latina estadounidense. “Es refrescante saber que hay un estudio que entiende la necesidad de contar historias latinas y estadounidenses en un formato de mercado general”, consideró. “Nosotros hacemos a EE.UU, somos estadounidenses. Integrar nuestras historias junto con el resto de las historias del país es, creo, algo brillante”.

El objetivo final de Areu es seguir a Perry, quien construyó su imperio posicionándose de manera independiente a Hollywood y desafiando la idea de que las historias sobre afroamericanos no podrían ser éxitos comerciales.

Al igual que su antiguo mentor, Areu se apoya en su fe. Pero no le interesan tanto las palabras hostiles.

Si bien cree que las grandes corporaciones de Hollywood se quedan atrás en cuanto a la diversidad, sus críticas a los estudios son más amables. “Para ser justos, no creo que lo hayan descuidado a propósito”, expresó. “Creo que así es el sistema y así ha sido”.

Incluso cuando habla de irrumpir en la industria del entretenimiento tradicional (a principios de este año adquirió Endavo Media and Communications, una compañía de software de distribución de video con sede en Atlanta, con el objetivo de desarrollar nuevo contenido digital hiperlocal), se apresura a enfatizar que las importantes compañías cinematográficas son una parte clave de su negocio: no sólo les renta su estudio, sino que busca inversores. “No quiero reinventar la rueda”, aseguró. “Quiero asociarme con inversores y talentos que se preocupen por la diversidad y la inclusión”.

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