Los últimos tiempos han sido particularmente duros para Willie Colón. Y no nos referimos a su exposición constante a la rama más brava de la salsa, en cuya creación tuvo un papel fundamental, sino por las complicaciones de salud que tuvo luego de un accidente automovilístico sucedido en abril de 2021 que lo dejó con un trauma craneal y lesiones en las vértebras cervicales.
Esto se suma a las opiniones de todo tipo que han venido despertando desde hace algunos años sus comentarios en las redes sociales, clamorosamente inclinados hacia el lado derecho del espectro político. Aunque ahora apoya con entusiasmo a Donald Trump, se desempeñó como asistente especial de David Dinkins, un demócrata que se convirtio en el primer alcalde afroamericano de Nueva York a inicios de los ‘90, y trató luego de hacer una carrera politica bajo el mismo partido.
Sin embargo, este sábado (29 de julio). cuando se suba a la tarima de Crypto.com Arena para participar en el Festival de la Salsa de Los Ángeles, que contará también con la presencia de El Gran Combo,Víctor Manuelle y Jerry Rivera, Colón no estará pensando en sus malestares físicos ni en cuestiones ideológicas, sino en lo que mejor sabe hacer: la música.
Como trombonista y compositor, y al lado del inmortal vocalista Hector Lavoe, este neoyorquino de ascendencia boricua estuvo al frente del movimiento salsero de los años ‘70 que fue difundido por el emblemático sello Fania Records, dándole al mundo clásicos de la talla de “La murga”, “Todo tiene su final”, “Aguanilé” y “El día de mi suerte”.
Más allá de la distancia que tomaron con respecto al son cubano tradicional en términos de estilo, estas piezas cambiaron la inocencia anterior por letras mucho más crudas que reflejaban tanto el ambiente urbano en el que vivían los músicos que las crearon como sus hábitos bohemios. Esto entraba no solo en consonancia con el estilo de vida de Lavoe, que terminó seriamente metido en las drogas duras, sino también con el sobrenombre adquirido por Colón, quien se hacía llamar “El Malo” y manejaba en las portadas de sus discos una estética propia del gangster.
Colón siguió colaborando con Lavoe cuando este inició su carrera individual, del mismo modo en que lo hizo con figuras de la talla de Celia Cruz, Ruben Blades e Ismael Miranda. Pero uno de sus mayores retos fue convertirse él mismo en solista, lo que lo llevó a asumir las labores vocales principales y, eventualmente, a darle vida a éxitos como “Idilio” y “El gran varón”, que se escuchó masivamente en toda Latinoamérica.
En la entrevista telefónica que le ofreció recientemente a Los Angeles Times en Español, y que ofrecemos más abajo de manera abreviada, el eminente músico habló de su impresionante carrera, de lo que puede esperarse del concierto del fin de semana y de sus controvertidas incursiones en Twitter.
La leyenda de la salsa regresa gracias a una reedición especial de ‘La Voz’
Willie, ¿cómo le va?
Estoy tratando de ponerle una radio a mi nuevo RV.
Y en ese RV, ¿sonará solo la salsa, o usted escucha también otros géneros?
Escucho de todo. Es más, ahora mismo estaba escuchando boleros. Pero sí, casi todo es en español.
Yo sé que, cuando usted era muy joven, le resultaba difícil hablar en español, pero que lo fue aprendiendo poco a poco.
Lo difícil fue aprender a hablarlo, porque tenía que entender a mi abuelita [materna], que se negaba a hablar inglés y fue la persona que me crió. Ella me hablaba en español y yo le contestaba en inglés.
¿Ella nació en Puerto Rico?
Sí, y llegó acá en 1923, creo. Su hermano había llegado en 1915. Es que las cosas en Puerto Rico estaban muy mal porque había pasado por allá un huracán. Y también estaba lo de la pandemia de la ‘Spanish Flu”. Mis padres nacieron ya en el Spanish Harlem, en el barrio.
¿Cómo le está yendo en términos de salud? Porque me enteré del accidente que tuvo.
Bueno, ando mejor, aunque hay que recordar que tengo 73 años. Ya puedo caminar solo y ya hice un show de una hora. La verdad es que, hasta que me pasó esto, no me había dado cuenta de la intensidad de lo que había estado haciendo durante los últimos 50 años, cantando y tocando el trombón. Después del accidente, estaba flaquito, y tuve que contratar a un entrenador para ponerme un par de libras más encima, porque lo que hago en el escenario no es fácil.
Fuera de ese show que menciona, en los últimos meses, ha estado tocando en varios festivales de salsa: uno en Miami, otro en Chicago, uno más en Nueva York. Pero en esa clase de eventos, su participación es mucho más breve, como lo será también en el concierto de Los Ángeles de este fin de semana, supongo.
Si, porque van a ser como tres o cuatro números. Pero me gustan mucho los festivales. No solo porque me permiten tocar menos, sino porque puedo encontrarme con artistas a los que no he visto en mucho tiempo. Y cada día quedan menos salseros [de la vieja escuela], por supuesto.
El evento en L.A. va a darse en un auditorio muy grande y promete ser realmente masivo. Pero hay gente que dice que la salsa ya murió.
En todos los conciertos que he hecho, ha habido muchos jóvenes. Gracias a YouTube y a Instagram, los ‘chamaquitos’ me están escuchando por primera vez. Es chévere ver este apoyo de diferentes generaciones. La salsa no fue solamente una canción, sino un movimiento, una cosa universal. Fue y sigue siendo aceptada en casi todos los países latinoamericanos. Hay artistas del género hasta en México y Argentina. No creo que vaya a desaparecer.
Aunque no todo el mundo gusta de ellos, los exponentes del reggaetón, que son sumamente populares, le han dado también una nueva vida a la salsa con el empleo de ‘samplers’ de temas antiguos. Usted mismo actuó al lado de Reykon en la edición de 2020 del Premio Lo Nuestro, tocando la melodía de trombón de “La murga”, lo que quiere decir que no le cierra las puertas a estas corrientes nuevas, a diferencia de lo que hacen otros.
También hice algo con [el cantante jamaiquino] Sean Paul. A cada rato me piden los ‘samplers’; creo que soy el artista de salsa más sampleado. Y eso ayuda, porque beneficia a los dos lados. Cuando se mezclan todas estas cosas, el resultado es muy rico. Claro que lo mío es diferente, mucho menos explícito; las letras que ellos hacen me chocan un poco.
¿Habrá espacio en el concierto para alguna de las canciones que hizo con Lavoe? Sería un detalle simpático, porque se acaban de cumplir 30 años de su muerte.
Tengo un segmento completo dedicado a esas canciones. Pero, en cada ocasión, me dejo llevar por el empresario, por el manager y por los músicos. Antes de salir, decidimos lo que vamos a tocar.
He leído que el apelativo de “El Malo” surgió porque a alguna gente no le gustaba su manera de tocar, pero que después, usted mismo lo aprovechó para crear esta imagen ficticia de gángster.
Ese cuento se lo inventó un resentido. Lo de “El Malo” lo inventamos nosotros. Yo me crié en una casa de mujeres. Y no podía dejar que nadie se aprovechara de mí. Si alguien me daba un golpe , esperaba a que se descuidara y se lo devolvía. Como era chiquito, tuve que tener esa ventaja. Me funcionó, porque vivía en un barrio muy duro, y si no te hacías respetar, abusaban de ti. Te quitaban el dinero, te robaban los instrumentos.
Entonces, no era solamente un sobrenombre. Usted es un auténtico OG.
Así es.
No ha lanzado un álbum inédito en mucho tiempo. ¿Planea hacer otro?
Tengo ganas de grabar. He compuesto dos canciones nuevas y les he hecho arreglos. Estoy montando un repertorio para hacer una grabación, y además, quiero construir un estudio en mi casa.
Aparte de la música, usted se mantiene muy activo en las redes, donde le gusta hablar de temas políticos y compartir publicaciones de diferentes partes del mundo. ¿Qué es lo que intenta expresar a través de esos mensajes?
Para mí es una cosa natural, porque vengo peleando desde chamaquito, y nadie dice nada de las cosas que están pasando. Hay muchas cosas ridículas y feas, muchos abusos. Algunos dicen algo, pero les ensucian el bolsillo un poquito y se callan. La verdad es que no tengo mucha confianza en cómo va la política mundial, y eso me preocupa, porque yo ya no tengo mucho tiempo disponible, o sea que tengo que resignarme.
Pero no parece estar resignado. Sus publicaciones dan mucho de qué hablar. En este momento de su vida, ¿se define como un conservador?
La gente se sorprende cuando sabe que todavía estoy registrado en el Partido Demócrata. Pero es un despelote. Es una locura lo que están haciendo. Me vuelvo cada vez más conservador, más a la derecha.
Sus publicaciones han incluido críticas a diversas posturas del movimiento LGBTQ. Eso puede sorprender a quienes saben que uno de sus mayores éxitos como intérprete, “El gran varón”, compuesto por el panameño Omar Alfanno, fue uno de los primeras temas musicales que habló de manera aparentemente positiva de los gays dentro del ambiente latinoamericano, lo que lo llevó a ser muy bien recibido en varios sectores de esa comunidad.
Yo no tengo problema con los gays, porque nadie debe vivir solo, especialmente si es un adulto. Si eso es lo mejor para ti, está bien. Lo que no me gusta es ver cada vez más banderas [LBGBTQ], programas para niños [con este supuesto mensaje] y gente que camina desnuda por la calle. Hay muchos gays que me han hablado y que tampoco están de acuerdo con eso. Y eso es lo que me hace entender que se están montando un montón de locos a la ‘guagua’.
La canción funciona donde quiera que la tocamos; todo el mundo se relaciona con ella, sean o no gays. Cuando la canto, el sitio se vuelve una locura.
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