Los amantes del séptimo arte vinculado a la cultura hispana que viven en esta parte del mundo esperan con ansias la llegada anual del Festival Internacional de Cine Latino de Los Ángeles (LALIFF, por sus siglas en inglés), un evento dedicado a celebrar las películas provenientes de la misma comunidad.
En sus 27 años de historia, el festival, que surgió originalmente de la mente del legendario actor, productor y director mexicoamericano Edward James Olmos -quien sigue al mando-, ha ido cambiado su propuesta para adaptarse a la demanda local. En los últimos tiempos, el enfoque se ha orientado mucho más hacia las producciones que se realizan en los Estados Unidos y que se encuentran mayormente en inglés.
Por lo general, la nota previa con reseñas que publicamos cuando se aproxima el evento se centra en las cintas habladas en español, que provienen normalmente de otros países. Sin embargo, la inclusión de talento latinoamericano ampliamente reconocido en los repartos de al menos dos títulos presentes en la edición de este calendario, que se desarrollará entre el 29 de mayo y el 2 de junio, nos ha llevado en esta ocasión a tomar en cuenta a estas mismas obras, que ocupan además lugares predominantes en la programación al ser los filmes de apertura y de cierre en lo que respecta al plano de las proyecciones, que se llevarán a cabo mayormente en las salas Chinese de Hollywood, pero que incluirán algunas presentaciones en el complejo Regal LA Live del Centro de Los Ángeles.
Como es habitual, el festival ofrecerá no solo funciones de cine, sino que tendrá también paneles, talleres, sesiones musicales y fiestas. Pero el objetivo de las líneas que vienen a continuación es destacar la presencia de seis largometrajes que hemos podido ver por adelantado y que poseen un valor artístico que amerita su apreciación.
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No hay que dejar de mencionar que la mayoría de ellos fueron dirigidos por mujeres, en consonancia con la decisión tomada por los organizadores del evento de este año para promover la creatividad femenina. Las entradas para todas las películas, así como la información completa del festival, se encuentran disponibles en este enlace oficial.
LALIFF se abrirá con la aclamada ‘In the Summers’ y se cerrará con la premiere mundial de ‘Grassland’
May. 11, 2024
IN THE SUMMERS (EE.UU.)
29 de mayo, 7 p.m. / TCL IMAX Theater
No nos equivoquemos: esta cinta, elegida para encabezar la inauguración del evento, resultará particularmente atractiva para los fans de René Pérez, alias Residente, quien cumple aquí su primer papel sustancioso en un trabajo de ficción y es también el protagonista. Pero podría llamar del mismo modo la atención de los devotos de DC que adoraron a la Super Girl de Sasha Calle, porque la misma actriz tiene igualmente un papel estelar, aunque aparezca recién en el segmento final de la historia.
Claro que, más allá de estas nimiedades, lo importante es que “In the Summers” es una cinta que, sin llegar a la categoría de obra maestra, posee múltiples virtudes. Y las posee no solo por el auspicioso debut en regla del ex Calle 13, quien reconoce no ser actor pero que desempeña perfectamente el papel de un hombre naturalmente bueno que no puede controlar sus adicciones ni el modo en que estas alteran su conducta, sino también por el planteamiento de un relato completamente libre de sentimentalismos que no busca las soluciones fáciles y que siente ciertamente original en medio de las incontables producciones que presentan a inmigrantes ejemplares.
Vicente (Pérez) es un boricua radicado en Las Cruces, Nuevo México, que se encuentra separado de sus dos hijas, quienes van a visitarlo anualmente durante las vacaciones de verano y que, al hacerlo, se exponen tanto al lado positivo de un hombre carismático e inteligente que las lleva a conocer la naturaleza como al sujeto desagradable y cada vez más agresivo en el que se convierte cuando cede a las tentaciones del vicio.
Para mostrar la evolución (o, más precisamente, la involución) de la relación entre estos tres personajes, la directora y guionista debutante Alessandra Lacorazza, una ‘queer’ de ascendencia colombiana, mantiene a Pérez pero emplea a tres dúos diferentes de actrices con diferentes edades. Aunque eso nos podría distanciar irremediablemente de las mismas, no es lo que sucede, gracias a un sentido de la continuidad que le debe mucho al trabajo de la cineasta y a los esfuerzos de sus intérpretes.
2 de junio, 7 p.m. / TCL Chinese Theaters, auditorios 1 y 2
Resulta difícil de creer que, en el 2008, cuando toma lugar esta película -elegida para el cierre del festival-, el descubrimiento de la comercialización de marihuana podía destruir por completo la vida de quien la practicaba, más allá de que la misma persona no contara con antecedentes de ninguna clase y llevara una existencia desvinculada del crimen organizado.
“Greenland” se desarrolla a lo largo del verano de ese año en Nueva Jersey, ciudad donde la adquisición libre de la sustancia por parte de adultos ha sido legal desde el 2021; y nos lleva al hogar de Sofía (Mia Maestro), una madre soltera agobiada por la crisis financiera que se produjo entonces. Forzaba por las circunstancias, Sofía se dedica no solo a esta clase de transacciones, sino que cultiva las plantas en su propia casa mientras se encarga de su hijo menor Leo (Ravi Cabot-Conyers).
La existencia relativamente apacible del pequeño clan se ve radicalmente alterada con la llegada de John (Jeff Kober), un policía veterano y conservador que se muda a la casa aledaña en compañía de su nieto Tom (Sean Convery). El agente se muestra inicialmente como un tipo amable y comprensivo, pero, poco a poco, empieza a actuar de manera agresiva e intrusiva, impulsado por una tragedia familiar que tuvo que ver con las drogas duras.
Los directores y guionistas William Bermúdez y Sam Friedman, que provienen del noreste estadounidense pero radican actualmente en Los Angeles, exhiben una mirada compasiva hacia sus protagonistas; y la actuación de Maestro, la argentina que ha labrado una provechosa carrera internacional tanto en el cine como en la televisión, resulta absolutamente convincente.
El único problema que tenemos por aquí es que, en sus loables intentos por humanizar a sus personajes, Bermúdez y Friedman terminan por presentarnos a unos ‘dealers’ demasiado puros e inocentes, incluso si se está de acuerdo con que la ilegalidad de la hierba es un error garrafal.
ALEMANIA (España/Argentina)
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30 de mayo, 6:45 p.m. / TCL Chinese Theaters, auditorio 4
No se confundan con el título: pese a que se llama “Alemania”, esta película no transcurre en la nación europea. Es más: no tiene ni una sola imagen de ella. Pero tampoco se trata de una alegoría sobre un lugar que no tiene nada que ver con la historia que se cuenta, como ha ocurrido en otros casos, sino del país al que desea fervientemente llegar la protagonista del filme, una adolescente porteña de fines de los ‘90.
Lola (Maite Aguilar) está empeñada en ser parte de un viaje de intercambio escolar en el que también participará su mejor amiga; pero la situación en casa no es de las mejores. Además de verse afectados por la crisis económica, sus padres (María Ucedo y Walter Jakob) tienen que lidiar día a día con la inestabilidad creciente de su hija mayor, Julieta (Miranda de la Serna), quien se sale completamente de control de manera intempestiva.
En medio de todo esto, Lola se encuentra en una etapa de desarrollo que es ya de por sí complicada y que la lleva a tomar decisiones arriesgadas ante la falta de atención de unos familiares que, de todos modos, son observados con cariño y empatía por la cámara intimista.
Basándose en experiencias propias -su hermano se suicidó a los 17 años, como consecuencia de los problemas mentales que tenía-, la directora y guionista María Zanetti construye una ópera prima prácticamente impecable, sostenida por la increíble actuación de una Aguilar que no podría ser más expresiva y por un reparto de mujeres brillantes que incluye a la española Vicky Peña en el papel de una abuela atípica cuyas palabras no dejan de ser sabias.
Esta es la película sobre ‘El Cacerolazo’ que se estrena en Los Ángeles
May. 10, 2024
RAIN / LLUVIA (México)
2 de junio, 1:45 p.m. / TCL Chinese Theaters, auditorio 3
El agua que cae desde el cielo puede despertar emociones de todo tipo, y eso lo sabe bien cualquiera que viva en una ciudad afectada por esta clase de fenómenos. Como es el caso de Rodrigo García Saiz, el director y guionista que debuta en el largo con “Lluvia”, una película que no llega a ser redonda (por razones comunes a las óperas primas) pero cuya combinación de melancolía, tristeza, alegría y esperanza ofrece resultados expresivos de lo más inspirados.
El guión de Paula Markovitch nos lleva inicialmente hasta una Ciudad de México desoladora durante una noche en la que la urbe se encuentra azotada por una lluvia intermitente que, sin resultar decisiva en el desarrollo de la trama, se convierte en el fondo constante de lo que le va sucediendo a ocho personajes: un taxista atribulado, una pareja a punto de la separación, un dúo inusual conformado por el empleado de un bar y una inmigrante japonesa, una enfermera de hospital que parece estar metida en algo turbio y un reunión inesperada entre una maestra de escuela y uno de sus ex alumnos.
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Pese a que la solemnidad se entromete más de lo debido en la narración y a que el desenlace de algunas de las historias no tiene un destino certero, todos los personajes se encuentran bien interpretados (algunos de ellos por actores de la talla de Bruno Bichir, Cecilia Suárez y Arcelia Ramírez) y encajan sin problemas en la sugestiva atmósfera que plantea García Saiz, donde también hay espacio para el baile y la pasión.
BOCA CHICA (República Dominicana)
30 de mayo, 9 p.m. / TCL Chinese Theaters, auditorio 4
La propuestas más original y fresca del festival en relación a los largometrajes de ficción que hemos podido ver de antemano es sin duda “Boca Chica”, una cinta que, además de representar al poco conocido cine dominicano y de mostrar tanto las bellezas naturales de esa nación como los aspectos negativos de su sociedad, pone en vitrina diferentes aspectos relacionados a las corrientes musicales que existen en su territorio, más allá del consabido merengue.
Bajo la dirección de fotografía de la peruana Micaela Cajahuaringa, la cinta maneja una estética tan colorida y vibrante que, en su primera parte, podría ser incluso confundida con un aparato de promoción turística al que se suman las expresiones coloquiales de la región y la simpatía de los personajes que integran la bulliciosa familia de Desi (Scarlet Camilo), una niña de 12 años que aspira a convertirse en cantante tradicional y que, en medio de sus paseos, descubre el improvisado arte del hip-hop callejero.
Pero las cosas empiezan a cambiar paulatinamente con la llegada de su primo Elvis (Richarson Díaz), quien ha decidido regresar a su lugar de origen para casarse con una ‘gringa’ tejana mucho mayor que él, y cuyo carisma parece ocultar aspectos de personalidad mucho más preocupantes.
Es entonces cuando la historia de “Boca Chica” empieza a volverse siniestra e inquietante, metiéndose en temas complejos que van desde la prostitucion infantil en Santo Domingo hasta la sexualización innecesaria -y aparentemente normalizada- de las menores de edad en esos parajes como consecuencia del machismo institucionalizado.
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La línea narrativa desarrollada por la directora Gabriella A. Moses -una neoyorquina de origen dominicano- sobre la base de un guión original de Mariana Rondón y Marité Ugás es tan apasionante que el punto más alto del relato, en medio de la boda de Elvis, resulta anticlimático y no del todo satisfactorio, pese a la lógica que tiene debido a lo que se ha mostrado antes. Sea como sea, las actuaciones no decepcionan nunca, y llegan incluso a maravillar en el caso de la pequeña Camilo, quien debería tener un futuro destacado ante las cámaras.
30 de mayo, 7 p.m. / TCL Chinese Theaters Auditorium 3
Los documentales sobre inmigrantes afectados por leyes migratorias que les impiden regresar a sus países de origen son abundantes; pero no recordábamos haber visto ninguno que se centrara en la experiencia de una persona peruana. Y eso es justamente lo que sucede en “Prodigal Daughter”, un trabajo original y arriesgado cuya universalidad se debe justamente a lo específico que es.
Además de ser una cineasta radicada en los Estados Unidos, Mabel Valdiviezo, quien dirige esta película, es una artista de la contracultura que, como lo recuerda en este trabajo, se inició en la disciplina como integrante de la escena ‘subte’, es decir, la movida limeña de los ‘80 que adoptó elementos de la cultura punk del extranjero para darle vida a una serie de expresiones contestatarias que son esencialmente recordadas en el plano musical, pero que se expresaron también en la plástica y que tuvieron que enfrentarse a las consecuencias del conflicto armado entre el gobierno y los grupos subversivos que se produjo entre 1980 e inicios de los años 2000.
La historia de Valdiviezo es también interesante porque, una vez que obtiene los ‘papeles’ y que decide dejar la comodidad de su hogar en San Francisco para regresar de visita a Lima, se reencuentra con su familia entera, radicada todavía en una zona extremadamente modesta de la capital sudamericana. El recuento de los orígenes del clan y la manera en que este se estableció allí, a través de una invasión de terrenos, dice mucho de la realidad que atraviesan amplios sectores de la población peruana.
En medio de sus problemas de ritmo y de la falta de profundidad de la voz narradora en lo que respecta al análisis de la realidad de la nación andina, “Prodigal Daughter” funciona por la emotividad de sus imágenes recientes, su creativa reconstrucción del pasado -mediante técnicas de collage realizadas sobre la base de materiales de archivo- y sus indiscutibles coqueteos con la irreverente estética del punk.
Escribe artículos de entretenimiento en Los Angeles Times en Español y lo hizo anteriormente en todas las ediciones impresas de HOY Los Ángeles. Previamente, trabajó como colaborador con el diario La Opinión. Inició su carrera periodística como redactor y luego editor del suplemento de entretenimiento “Visto & Bueno”, publicado por el diario El Comercio de Lima, donde hacía también críticas de cine.