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CRÍTICAS. Un ‘Alien’ despiadado, un ‘Calígula’ mejorado y más estrenos de cine

El aterrador xenomorfo en una escena de "Alien: Romulus".
El aterrador xenomorfo en una escena de “Alien: Romulus”.
(20th Century Studios)
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La cartelera de esta semana nos envía de manera curiosa a 1979, año en el que se estrenaron dos propuestas cinematográficas radicalmente distintas pero igualmente populares que, este fin de semana, vuelven a dar de qué hablar por motivos que descubrirás si sigues leyendo.

ALIEN: ROMULUS

Director: Fede Álvarez

Reparto: Cailee Spaeny, David Jonsson, Archie Renaux

Género: Terror / Ciencia-ficción

Los fans confiaban en el proyecto, y no han sido decepcionados. Pese a que la saga de “Alien” había contado ya con siete entregas, el simple hecho de que la que se estrena en salas esta tarde haya sido dirigida y escrita por Fede Álvarez les causaba un nivel de confianza que no otorgan fácilmente.

Estamos hablando, a fin de cuentas, del talentoso cineasta uruguayo que ha demostrado su enorme habilidad para la puesta en escena y para la construcción de historias interesantes no solo a través del efectivo ‘roboot’ de “Evil Dead” (2013) que comandó, sino también mediante la elaboración de una serie propia de alto voltaje: la de “Don’t Breath” (2016 y 2021), plasmada hasta el momento en dos episodios.

“Alien: Romulus”, cuyo guión contó también con la participación del igualmente uruguayo Rodo Sayagues -el compañero inseparable de Álvarez al momento de crear-, funciona e impresiona constantemente por su portentoso manejo del lenguaje cinematográfico, su impactante banda sonora, su sobrecogedor trabajo de sonido, su meticuloso diseño de producción y, por supuesto, la caracterización de unas criaturas del espacio que lucen reales porque fueron representadas por ‘animatronics’, muñecos gigantes y actores disfrazados.

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La falta intencional de dependencia en los efectos digitales hace incluso que algunos momentos revelen los mecanismos empleados, tal y como sucedía en el cine de género de los ‘80; pero quienes nos conocen saben ya que preferimos mil veces el empleo de trucos prácticos que el abuso de CGI. Lo que no quiere decir que esta no se encuentre presente para los inevitables retoques y para la gestación de unas tomas panorámicas en el espacio que te arrebatarán el aliento.

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Si “Romulus” no llega a ser excepcional es porque la historia que cuenta no es demasiado original -más allá de un giro imprevisto y ciertamente impactante que se produce cerca del final-, porque los personajes que presenta no llegan a ser memorables -aunque nos gustó mucho lo que hizo Isabela Merced, la actriz peruano-estadounidense de “Dora and the Lost City of Gold” (2019)- y porque, dejando de lado su saludable respeto por las formas originales, le ofrece demasiado tiempo a la recreación inevitablemente computarizada de un personaje del pasado.

Álvarez ha dicho abiertamente que buscaba hacerle un tributo directo a las dos primeras cintas -es decir, “Alien” (1979) y “Aliens” (1986)-, lo que lo llevó a buscar un giro novedoso al hacer que todos los personajes -un grupo de colonos que planea asaltar una estación espacial abandonada- sean mucho menores que los que ha mostrado habitualmente la franquicia.

No hay nada malo por ahí, porque no se trata de una de esas juventudes glamorosas o festivas que se emplean en Hollywood para atraer a la audiencia, sino de una que se encuentra oprimida por el trabajo casi esclavizante que le impone una corporación capitalista y que, ante el futuro sin futuro que le espera, se ve prácticamente obligada a buscar maneras ilegales de superación.

Eventualmente, el director termina rindiéndose más de lo adecuado al ‘fanservice’ mientras lanza referencias a diferentes momentos de la saga entera. Pero nadie debería cuestionar su habilidad para desarrollar atmósferas sobrecogedoras, tanto en los momentos que acumulan pacientemente la tensión como en las escenas más salvajes de acción y de ‘gore’.

CALIGULA: THE ULTIMATE CUT

Director de la versión original: Tinto Brass

Reparto: Malcolm McDowell, Teresa Ann Savoy, Helen Mirren

Género: Drama histórico

Pese a la mala reputación que sigue teniendo, “Caligula” (1979) no era solamente una película porno con togas. Fue producida por Penthouse, sí, y dirigida por Tinto Brass, un cineasta que trabajó originalmente en los ámbitos del cine experimental, pero que será básicamente recordado por la realización de cintas eróticas.

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Pero su guión original fue escrito por el fabuloso intelectual Gore Vidal, y más que ser un simple recuento de las atrocidades cometidas por el tercer emperador romano, el mismo texto era una crítica al poder absoluto en la que abundaban los comentarios políticos y la comedia negra.

Sucede que, una vez terminada, la película se vio seriamente modificada por Bob Guccione, fundador de Penthouse, quien contrató a otro director para filmar una larga serie de escenas de sexo no simulado que se insertaron sin ton ni son en un trabajo de edición igualmente caprichoso que fue tajantemente rechazado por Brass y por Vidal.

Lo que se terminó viendo en las salas -y causando escándalo a su paso- era una distorsión flagrante de una obra cuyas intenciones originales solo podían adivinarse en las secuencias todavía generosas del rodaje auténtico que permanecieron.

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Y es por eso que cualquier cinéfilo que se respete debería estar feliz con el estreno limitado de “Caligula: The Ultimate Cut”, una versión del filme que ha sido construida completamente sobre la base de material fílmico que se creía definitivamente perdido y que nos permite descubrir de modo más certero lo que podría haber sido un clásico del cine.

Para dejarlo en claro, Brass ha rechazado también esta versión, porque no fue invitado a participar en su montaje (lo que es evidentemente cuestionable); y es necesario también decir que, al menos en su primera parte, la película sigue mostrando esos decorados poco convincentes y ese estilo de filmación teatral que no le ganó favores en su momento.

Pero una vez que la llama se enciende y que las escenas del mismo Brass que habían sido descartadas empiezan a tomar fuerza, los resultados son incluso deslumbrantes, tanto en lo que respecta a la puesta en escena como a los agudos comentarios planteados por Gore en el guión que entregó al estudio, y que fue supuestamente la base de esta restauración.

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Las malas actuaciones de algunos de los participantes siguen siendo malas, no se ha alterado el modo tendencioso en que se presentó a la Roma de la época y no se han eliminado los desnudos gratuitos, claro; pero algunas de las escenas más tórridas (como el trío entre Malcolm McDowell, Teresa Ann Savoy y Helen Mirren) han alcanzado incluso dimensiones artísticas, lo creas o no.

Además, fuera de permitirnos ver nuevamente en acción a iconos de la categoría de Peter O’Toole y John Gielgud, esta versión le da una oportunidad histórica de lucimiento tanto a McDowell -quien no aparecía en condiciones tan sobresalientes en la copia de Guccione y que, en este caso, tiene momentos absolutamente geniales- como a Mirren -cuyo tiempo de participación se ha triplicado, y que merecía sin duda esta oportunidad debido a lo bien que interpretó el papel de Caesonia, la esposa del desquiciado líder-.

MY PENGUIN FRIEND

Director: David Schurmann

Reparto: Jean Reno, Adriana Barraza, Rocío Hernández

Género: Drama / Aventura

Las historias de la vida real que resultan particularmente conmovedoras por circunstancias específicas, y cuya relevancia les permite ser conocidas por muchos debido a la difusión que se les da en los medios de comunicación, son el blanco fácil para adaptaciones cinematográficas y televisivas que, en muchas ocasiones, refuerzan hasta el hartazgo sus detalles emocionales.

“My Penguin Friend”, que se puede ver desde hoy en salas locales, cae dentro de esa narrativa, y aunque incurre sin duda en la manipulación descarada (inventa incluso en sus primeros minutos una muerte infantil para generar conflicto en el protagonista), resulta mucho más decorosa de lo que podría haber sido, lo que tiene sin duda que ver con las virtudes de su actor principal y con los esfuerzos que se hicieron para emplear a animales reales en lugar de apoyarse masivamente en el uso de CGI.

Por el lado humano, nos referimos a Jean Reno, el intérprete francés de ascendencia española que se dio a conocer mundialmente al ponerse en la piel del sicario despiadado, pero en el fondo sensible, que se veía forzado a proteger a una niña -Natalie Portman en su debut sobre la pantalla- en “Léon: The Professional” (1994), y que se ha visto inclinado frecuentemente hacia los papeles vinculados a tipos duros o de moral dudosa.

Sin embargo, en “My Penguin Friend”, Reno deja aflorar sin reparos su lado más sensible al caracterizar a João Perei de Souza, un pescador brasileno que, sin preparación profesional alguna, logró establecer una relación absolutamente inusual con un ave marina que, pese a vivir en la Patagonia argentina, terminó visitandolo de manera puntual cada verano a lo largo de una década.

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Se trata de una historia que valía la pena contar pero que, a la vez, no podía ser contada de manera completamente realista debido a que el animal actuó de manera espontánea y se comportó de un modo que llegó a sorprender profundamente a los biólogos, por lo que el equipo de rodaje tuvo que recurrir hasta a 10 pingüinos con el fin de representar a uno solo.

Sea como sea, Reno sigue siendo un gran actor, y tampoco desentona la elección de la gran Adriana Barraza (“Babel”) en el papel de su esposa Maria. Es necesario también darle créditos a la producción por haber filmado realmente en Brasil y en Argentina (en este país, se empleó a varios actores locales), aunque decepciona sin duda que, en medio de estos ambientes auténticos, todos los personajes digan sus diálogos en inglés, sobre todo cuando se considera que el director y guionista de la cinta, David Schurmann -quien es también un conocido ambientalista- es de origen brasileño.

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