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Molotov y Maldita Vecindad regresan para conquistar L.A. en concierto compartido

Una imagen promocional reciente de la banda mexicana Molotov.
Una imagen promocional reciente de la banda mexicana Molotov.
(Alejandro Zeller)
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Evidentemente, esta no es la primera vez que se suben a una misma tarima como parte de un festival o de un evento masivo. A fin de cuentas, se trata de dos de las bandas más grandes del rock mexicano, así como de agrupaciones que, en medio de sus diferencias musicales y de propuesta, convocan normalmente a audiencias similares.

Pero lo que sucederá este jueves en el Auditorio Shrine de Los Ángeles no deja de ser relevante, porque se trata de una presentación dedicada exclusivamente a dos bandas capitalinas cuyas canciones de protesta y de rebeldía han sido celebradas a través de varias décadas por públicos de habla hispana radicados a lo largo y ancho del planeta.

En todo caso, la idea de juntarlas va en consonancia con lo sucedido recientemente durante la gira estadounidense compartida de Caifanes y Café Tacvba, que llegó al Hollywood Bowl el pasado 5 de junio. Además de aprovechar el nivel de popularidad de los grupos por separado, los organizadores se han dado cuenta de que el público local responde favorablemente a ofertas musicales que, más allá del género que representan, poseen sus propias particularidades.

“Se vienen haciendo cosas bien eclécticas que, pese a ello, están funcionando”, nos dijo Paco Ayala, uno de los vocalistas y bajistas de Molotov, durante una reciente entrevista por videollamada. “Nosotros hemos tenido la chance de hacer una gira con Los Tigres del Norte, donde hemos notado la buena vibra que se genera con esa mezcla aparentemente rara de norteño y de rock. Por ese lado, en este caso, no siento que lo que se está haciendo sea un mega experimento, sino algo que tiene sentido”.

Sin fronteras

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Por su lado, Roco Pachukote, el vocalista de la Maldita, quien participó en la misma conversación virtual, expuso sus razones para el encuentro. “Estamos en un momento donde la riqueza de la música popular mexicana es tan amplia que se están dando toda clase de intercambios”, afirmó. “Nosotros, por ejemplo, ya llevamos seis años con un proyecto que se llama la Vecindad Santanera, y que es la unión de la Sonora Santanera y Maldita, con 18 músicos en escena”.

“En el caso de este concierto, lo que va a haber es una fiestota para toda la ‘banda’, porque van a poder vernos juntos en un espacio como el Shrine, que está increíble y supergrande”, prosiguió el emblemático cantante. “También es algo hermoso, porque va a ser un reconocimiento de los años que tiene ya el movimiento de rock mexicano y la historia de ambas bandas”.

Eso no quiere decir que Maldita y Molotov sean de la misma generación. De hecho, como instituciones musicales, se llevan una década, porque el primer grupo se creó en 1985 y el segundo en 1995; y en lo que respecta a la propuesta musical, el primero se inclinó desde el inicio hacia la fusión con ritmos folklóricos, mientras que el segundo tomó como referencia elementos propios del rock estadounidense de la época.

“Pero basta con escuchar [la canción] ‘Voto latino’ para darse cuenta de la cercanía que tienen con lo nuestro”, destacó Roco. “La ‘nueva ola’ del rock mexicano, es decir, la que no vino de [el festival de] Avándaro, encontró una manera para apropiarse de nuestra identidad, quitándole al rock esa onda gringa o inglesa y haciendo algo -ya sea en la lírica, en la actitud o en la música- que representaba a la cultura popular mexicana”.

“Es que traes el código postal en la sangre”, intervino Ayala. “Entonces, no importa que tus influencias no sean nada latinas o sean totalmente anglosajonas, porque siempre te sale algo que de alguna manera te identifica con el resto de los músicos del lugar del planeta donde creciste, tanto en la música como en la temática”.

Para el mismo músico, la banda en la que milita no se rige por limitaciones. “A mí me gustaba mucho ir a las tiendas de discos que tenían toda clase de géneros, y después, la gente nos empezó a colocar en géneros a los que no pertenecíamos”, prosiguió. “Si un día sale una cumbia, le damos así; si un día sale un funk, le damos igual, siempre y cuando sea un buen tema musical”.

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Roco, de La Maldita, habla de sus múltiples conexiones con la cultura mexicoamericana, del presente y del futuro de la banda y de las acusaciones hechas por la viuda de ‘Sax’

Nov. 9, 2022

Auténticos sobrevivientes

Debido a su rol como pionero del rock de fusión en Latinoamérica y a las situaciones que ha tenido que enfrentar a lo largo de su carrera, como los cambios de formación de la Maldita y la todavía reciente muerte del emblemático saxofonista Sax, Roco se encuentra plenamente autorizado a hablar de la historia de lo que en algún momento se llamó “Rock en Español” o “Rock en tu idioma”.

“Siento muchísima gratitud por un género que, en algún momento, fue perseguido y estigmatizado”, nos dijo el vocalista. “El rock mexicano era lo peor; estaba prohibido por el gobierno, y si ibas así, medio rockero o con tatuajes por la calle, te metían directamente en la cárcel”.

Roco asegura que, cuando tanto él como sus compañeros empezaron a hacer actividades masivas en apoyo a los estudiantes y a diferentes movimientos de corte social -como el del zapatismo-, se trataba de eventos que no existían a nivel latinoamericano. “El gobierno [mexicano] había prohibido hacer festivales al aire libre por un problema que hubo con un concierto de Caifanes”, precisó el cantante, aludiendo a la presentación gratuita del combo de Saul Hernández en la delegación Venustiano Carranza, en febrero de 1995, que acabó con heridos, vandalismo y toda suerte de desmanes.

“Ha sido increíble ver cómo se fue gestando todo esto, con conciertos autónomos que convocaban a 60 mil personas, mucho antes de que empezara [el festival] Vive Latino”, recordó. “Es muy interesante ver cómo esta música sigue vigente, pese a que al inicio los mismos rockeros nos tiraban durísimo, porque la generación anterior era puro rhythm and blues y esa onda”.

Sucede que, musicalmente, los integrantes de Maldita no tuvieron las cosas fáciles, porque a diferencia de lo que presentaban los músicos del género que eran todavía fieles a los orígenes, lo suyo se entregaba generosamente a esa fusión guapachosa -pero altamente ideológica- que, en esa época, era también representada por los Fabulosos Cadillacs y Mano Negra, el grupo original de Manu Chao. “Nos decían que no hacíamos rock, sino música tropical, y que el hecho de cantar totalmente en español nos hacía sonar como a Tin Tan”, precisó Roco.

Cuestión de perspectiva

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En coyunturas diferentes, Maldita y Molotov mostraron un marcado interés por tópicos sociales que, en el primer caso, era más formal y descriptivo, y que en el segundo, se inclinaba hacia la provocación y la irreverencia.

“Yo creo que es la misma historia contada de manera distinta”, retomó Ayala. “Al final de cuentas, por desgracia, muchas de estas canciones, tanto de Maldita como de Molotov, se hicieron sin pensar que cuatro o tres décadas después iban a seguir vigentes en lo que se refiere al tipo de problemas de los que hablan”.

“Pero formaron parte de una catarsis; fueron ideas que acabaron convirtiéndose en temas musicales, surgidas en momentos, circunstancias y lugares distintos de la misma ciudad, pero que nos afectaban del mismo modo como seres humanos”, añadió el bajista. “Y eso, finalmente, es lo que genera empatía con la gente”.

En palabras de Roco, lo que Maldita hace es contar historias reales de manera directa, sin lanzar necesariamente arengas, como es el caso del tema “Don Palabras”. “Es una crónica; ni siquiera estamos diciendo que algo está mal, sino que estamos retratando lo que está pasando”, señaló. “Eso es lo que nos gusta hacer”.

“Molotov, por su parte, también cuenta lo que pasa, pero con un carnal que llega por ahí y te dice: ‘¡Chin… su madre! ¿Por qué sucede esto?’”, añadió. “Curiosamente, tenemos una rola que podría haber sido de Molotov; se llama ‘Crudelia’, y es en una onda bien punk, como la de los Infectious Grooves”.

Maldita Vecindad es muy popular entre los fans.
Maldita Vecindad es muy popular entre los fans.
(Alberto Leal)

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Con los de acá

Las dos agrupaciones lograron tambien trazar puentes con la comunidad mexicoamericana: en el caso de Maldita, la mejor prueba de ello se encuentra en el tema “Pachuco”, mientras que el repertorio de Molotov logró la aproximacion apelando a composiciones como “Más vale cholo” y, por supuesto, “Frijolero”.

“Creo que cuando salió ‘Frijolero’ hubo una conexión muy cabrona con toda la banda; y no solo la mexicana, sino toda la latina de los Estados Unidos”, reconoció Ayala. “Después de que la lanzamos, hicimos una gira en la que el público se ponía muy sensible, muy nostálgico. Nos contaban sus experiencias, y lograban también conmovernos con sus relatos”.

Pese a ello, Molotov ha tenido históricamente una aproximación mucho más escéptica hacia cualquier tipo de movimiento social o, en todo caso, a quienes se subían al coche con la finalidad de ganar adeptos. De ese modo, mientras que Maldita apoyaba abiertamente al EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional), Molotov cuestionaba a otros artistas que, en su criterio, apoyaban supuestamente la causa por motivos de conveniencia.

Hace algunos años, Maldita respaldó públicamente la consulta popular impulsada por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador que buscaba abrir procesos penales en contra de ex presidentes acusados de corrupción. Por su lado, en su álbum más reciente, “Solo D’Lira” (2023), Molotov incluyó una canción llamada “No olvidamos” en la que cuestionó duramente a muchos mandatarios mexicanos, incluyendo a AMLO, aunque Ayala se muestra ahora más cauteloso en lo que se refiere a la elección de su sucesora, Claudia Sheinbaum, que pertenece al mismo partido político.

“Como ciudadanos, no vamos a dejar de cuestionar a quién nos gobierna; pero, más allá de la situación en la que llega el poder -porque se habla mucho de trueques-, es importante contar por primera vez con una mujer como gobernante de un país que tiene un machismo impresionante, que es misógino, que es violento, que es agresivo y que está lleno de peligros provocados por muchos intereses”, nos dijo el bajista cuando le tocamos el tema.

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“Nos corresponde seguir cuestionando las formas de gobierno y las decisiones que se toman; pero esto puede ser a lo mejor una esperanza de cambio con respecto a la imagen que hemos tenido siempre en el estado de este país”, agregó.

Sin ataduras

Pese a los acercamientos estratégicos que puede haber establecido ocasionalmente con las autoridades, en esta entrevista, Roco tomó distancia de cualquier tendencia oficialista.

“Nosotros siempre hemos estado haciendo uso del poder civil”, afirmó. “Nuestra participación ha sido al margen de los partidos políticos, con los que nunca hemos tenido ningún tipo de relación directa. El sistema electoral en México está totalmente caduco; no representa para nada todo lo que está sucediendo en el país, ni las formas de vivir de las diferentes comunidades”.

“Creo que va a llegar un momento en el que tendremos nuevas formas para elegir a nuestros representantes”, prosiguió. “El gran reto en toda Latinoamérica es recuperar la organización comunitaria, para que lo que exista sean verdaderamente gobiernos del pueblo para el pueblo”.

Para probar su punto, el vocalista mencionó a Cherán, un pueblo purépecha de Michoacán que, en medio de la violencia arrolladora del narcotráfico que se experimenta en otras partes de la región, ha logrado alcanzar una inusitada autonomía y está viendo replicados sus valerosos esfuerzos a lo largo del estado.

“Hay todo un México del que no se habla, porque hay mucha gente a la que no le conviene que se sepa que existe una comunidad que bajó a cero la delincuencia, que restauró sus recursos naturales y que tiene la capacidad de decidir que no se instalen fábricas en sus territorios”, detalló el vocalista. “Ahora, más que nunca, siento que la voz del arte y de la cultura es totalmente necesaria en la sociedad”.

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