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NOFX dio el adiós definitivo en una jornada histórica de punk

Fat Mike, vocalista y bajista de NOFX, durante la despedida final del grupo en la ciudad de San Pedro.
(JL)
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Sus integrantes han asegurado que mantendrán lo anunciado, y que, a diferencia de otras bandas de rock que dicen haberse retirado, pero que regresan después de una promocionada gira de despedida, no volverán a subirse juntos a un escenario, al menos bajo este formato y empleando el mismo nombre.

Si les tomamos la palabra, esto significa que el concierto del domingo pasado en el muelle 46 de la ciudad californiana de San Pedro fue el cierre definitivo de la carrera de NOFX, uno de los grupos de punk más influyentes de los últimos tiempos, al menos para quienes consideran que el género no murió con la década de los ‘70 y no tiene que limitarse a producir canciones sin melodía.

Para dejar en claro que lo dicho era cierto, a lo largo del mismo fin de semana, el quinteto angelino fundado hace 41 años empleó la misma locación portuaria para realizar tres conciertos finales de carácter superlativo que funcionaron por cuenta propia como festivales de una sola jornada -y de dos escenarios- en los que participaron varias agrupaciones de renombre dentro del género.

El de cierre fue probablemente el más emotivo y el más concurrido, y aunque eso no llevó al combo a dejar de lado la idea general de presentar repertorios completamente distintos a lo largo de cada velada (a fin de cuentas, tiene 15 álbumes y 18 Eps en su haber), terminó por hacerlo caer en la tentación de presentar algunas canciones que se habían escuchado en las jornadas anteriores y que son consideradas como esenciales por sus fans, como “The Decline” (que dura 18 minutos) y “Linoleum” (que toma como punto de partida el piso de una casa para aludir a la falta de interés de su autor por las posesiones materiales).

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“The Decline” no fue solo la última pieza que se escuchó, sino que sirvió como excusa para la invitación de una multitud de músicos y para darle la oportunidad a Fletcher Dragge -guitarrista de Pennywise- de destrozar tanto su guitarra como las de algunos de sus colegas ante la vista y paciencia de la audiencia. Esto fue parte de un acto de supuesta rebeldía que no puede haberle caído bien a quienes hacen grandes esfuerzos para adquirir uno de estos instrumentos, pero no se sintió fuera de lugar en un evento de esta clase.

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Jun. 11, 2024

Fiesta y protesta

La mayor parte de los 33 temas presentados correspondieron al vastísimo arsenal de NOFX y se inclinaron hacia el lado de las composiciones que apelan al humor o al sarcasmo para referirse a tópicos que pueden ser profundos, como sucedió con “Murder the Government” (una proclama de solo 34 segundos en contra del KKK y la NRA), “Idiots Are Taking Over” (que formó parte de un álbum dedicado a George W. Bush) y “The Separation of Church and Skate” (que reclama el regreso al punk rock de las propuestas peligrosas).

No faltaron los ‘covers’ que NOFX ha solido practicar al pisar las tarimas, a veces con la participación de sus autores, como “Radio”, de Rancid -que contó con la presencia de Tim Armstrong, del mismo grupo-, y “We’re Gonna Die”, de Bad Religion -que tuvo a bordo al guitarrista y al bajista de esa banda, Brett Gurewitz y Jay Bentley-.

Hubo también una novedad que los fans apreciaron: la interpretación de una canción completamente nueva, “We Did It Our Way”, que según el vocalista y bajista Fat Mike, nunca será grabada. Se notaba que era algo hecho a la carrera, y ya para entonces, la voz del mismo ‘frontman’ se encontraba desgastada; pero nos gustó que la letra mencionara específicamente la procedencia mexicana de uno de los miembros de NOFX, El Hefe (nacido como Aaron Abeyta), que es el guitarrista principal y trompetista del grupo.

Como era de esperarse, y en vista de su declarada afición por la fiesta, Fat Mike y los suyos no mantuvieron la sobriedad a lo largo espectáculo, lo que hizo que los intercambios verbales cada vez más frecuentes entre

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él mismo y el guitarrista Eric Melvin resultaran a veces demasiado prolongados e inconsistentes. Pero lo bueno es que la banda no llegó nunca a tocar realmente mal, lo que tuvo sin duda que ver con el manejo perfecto del ritmo por parte del baterista fundador Erik Sandin.

Es necesario precisar que, más allá de sus proverbiales desarreglos, Mike Fat es un tipo ciertamente interesante que no cree en la despolitización del punk y que, de hecho, se considera ‘queer’, lo que justificaría el uso de la falda que llevó ahora y la banderola LGBTQ que destacaba en el escenario. Curiosamente, en lo que respecta a los discursos, se sintió más moderado que en el concierto del día anterior, cuando criticó duramente a la ciudad de Huntington Beach por sus aires conservadores y la acusó de estar plagada de nazis.

Fat Mike al lado del guitarrista Eric Melvin en el mismo concierto.
(JL)

Los más legendarios

Los trámites no se extendieron hasta altas horas de la noche. NOFX acabó su acto a las 9.30 p.m., aunque los integrantes de la banda permanecieron en el escenario mucho tiempo más, abrazándose y aceptando las muestras de cariño de los seguidores que se negaban a verlos partir.

Pero la música empezó a sonar temprano, alrededor del mediodía, con la presencia de Das Klown, una mítica banda de street punk procedente de Long Beach que se distingue por el maquillaje de payaso que luce siempre su vocalista AJ Ransdell. También estuvo por ahí The Flatliners, una agrupación canadiense de ska/punk que es mucho más reciente, y Fishbone, un combo de larga data y de indudable reputación que se ha distinguido por su animada -y a veces caótica- fusión de ska, punk, funk, metal, reggae y soul.

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Nosotros llegamos a tiempo para ver a Subhumans, un legendario grupo británico que antecede históricamente a la mayoría de las bandas que actuaron ese día (incluyendo a NOFX) y cuya presencia fue inmensamente celebrada por quienes aprecian el sonido de la vieja escuela, así como la capacidad que tiene su vocalista Dick Lucas para ofrecer temas que resultan accesibles en medio de su agresividad, pero que no pierden nunca de vista la necesidad de la proclama social y política.

Además de Lucas, la formación actual tiene a dos integrantes que han estado en el grupo desde el año de origen del mismo (1980): el guitarrista Bruce Treasure y el baterista Trotsky. Claro que, en el escenario, el que más destacó en el plano instrumental fue el bajista Phil Bryant, incorporado en 1983, justo para la grabación del segundo álbum.

Sea como sea, Subhumans es el vivo ejemplo de lo que la dignidad y el respeto por las raíces puede hacer por una agrupación con casi 45 años de carrera que no ha presentado material nuevo en cinco años, pero que sigue sonando completamente vital en concierto. Desde el inicio de su set con “Businessmen” hasta el cierre con “Religious Wars”, no hubo lugar para el respiro.

La banda inglesa Subhumans en el festival.
(JL)

Los demás

Tampoco decepcionó Pennywise, que sonó estupendamente y que incrementó considerablemente el tamaño y la intensidad de los mosh pits que se habían empezado a desarrollar con Subhumans.

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Pese a que su voz puede resultar poco contundente en comparación al estruendo producido por sus compañeros, el vocalista Jim Lindberg es un auténtico icono de la escena californiana debido a su capacidad para crear tanto letras introspectivas e intelectuales como lemas anti autoritarios de la categoría de “F… Authority”, “Society” y “Living for Today”.

La banda entera estuvo increíblemente coordinada, poniendo en primer plano el vigor inagotable de Byron McMackin -su baterista original- para sostener sin error algunos de los ritmos más implacables del hardcore. El cierre llegó, por supuesto, con “Bro Hymn”, una pieza perfecta para los coros de la audiencia a la que se sumaron integrantes de The Offspring, Bad Religion, Rancid y NOFX.

Pese a que sus letras y su imagen despreocupada desentonan ahora con el aspecto maduro de sus integrantes, The Vandals entretuvieron al público con su punk desenfadado de tinte adolescente, amparados por títulos tan elocuentes como “Live Fast Diarrhea”, “Anarchy Burger (Hold the Government)” y “My Girlfriend’s Dead”.

La formación de la banda se ha visto alterada en varias ocasiones desde sus orígenes en 1980, hasta el punto de que la alineación actual solo tiene a un integrante original, el mexicoamericano de Long Beach Joe Escalante, que empezó como baterista y se trasladó luego al bajo.

Pero el resto de los integrantes tienen más de tres décadas en el grupo, incluyendo al baterista Josh Freese, quien también forma parte de Devo, pero que alcanzó finalmente notoriedad mundial hace un año y medio al ser integrado a Foo Fighters como reemplazante de Taylor Hawkins.

Por fortuna, Freese, que es un maestro de las percusiones, pudo impresionarnos con su talento durante la despedida de NOFX, ya que los compromisos que tenía con Grohl y cía. le impidieron acompañar a The Vandals en numerosas ocasiones. Como se sabe, FF acaba de entrar en un receso indeterminado, por lo que el regreso de su contratado más reciente al club en el que se inició podría ser permanente.

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Pennywise, igualmente presente.
(JL)
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