Anuncio

Ana Tijoux regresa con un rap combativo que reconoce el temor, pero le deja espacio a la esperanza

La cantante chileno-francesa Ana Tijoux en una imagen promocional reciente.
La cantante chileno-francesa Ana Tijoux en una imagen promocional reciente.
(Inti Gajardo)

Reside en Barcelona desde hace dos años, pero su corazón se encuentra todavía en Latinoamérica y, más específicamente, en Chile, país en el que se quedó hasta hace poco y en el que vivió desde la adolescencia, cinco décadas después de que sus padres optaran por el exilio con la finalidad de escapar de la dictadura militar y radicarse en Francia, la nación europea donde vio sus primeras luces.

Estas no son palabras vacías, sino afirmaciones que se pueden comprobar en el contenido de unas letras que han sido siempre combativas y han denunciando de manera constante los males que afectan a nuestra comunidad, como se puede notar en las seis producciones discográficas individuales que ha lanzado desde el 2007 y que la ubicaron prontamente como una de las figuras más relevantes del rap alternativo y de conciencia en todo el universo hispano.

En realidad, Ana Tijoux, la artista a la que nos referimos, era ya ampliamente conocida en el ambiente ‘underground’ desde mediados de los ‘90, cuando se integró a Makiza, un combo hip hopero que cuestionaba constantemente a quienes habían estado involucrados en el sangriento régimen de Agusto Pinochet y que le rendía tributo a las personas que tuvieron que dejar el país a causa de sus nefastas acciones.

Pero la verdadera difusión internacional llegó recién durante su fructífera etapa como solista, que le ha brindado varias nominaciones al Grammy y la ha traído en diversas ocasiones a Los Ángeles en los últimos años. La más reciente correspondió a su intervención en el concierto “Canto en resistencia”, que se llevó a cabo en el Walt Disney Hall durante el mes de noviembre del 2023 y que, además de tenerla al lado de Lila Downs, Catalina García, Ely Guerra y Goyo, contó con la prensa de la LA Phil a cargo del venezolano Gustavo Dudamel.

Anuncio

Ahora, la chileno-francesa vuelve a nuestras costas para ofrecer un show propio que tendrá lugar en el Echoplex el 29 de este mes, y que le dará no solo la oportunidad de interpretar temas de su último álbum en estudio, “Vida” (2024), sino que le servirá también para presentar su nueva obra, “Serpiente de madera”, un EP que la devuelve de algún modo a sus raíces.

En la entrevista con Los Angeles Times en Español que puedes encontrar también por aquí en su versión en video, Tijoux habló de lo que significa regresar a Estados Unidos en la (segunda) era de Trump, del contenido de su flamante trabajo, de su rol como madre, de su conexión incuestionable con la audiencia de este país y de otros temas de interés que descubrirás en las siguientes líneas.

Ana, vuelves a Los Ángeles no solo con tu primer álbum en 10 años, “Vida”, sino también con un EP que acaba de salir, que se llama “Serpiente de madera” y que, como lo has señalado, será presentado de algún modo en este concierto.

Estoy en esas, sí. La idea es tocar tres temas. Es un EP que, sin querer quitarle méritos, es de un hip hop muy simple.

Es interesante lo que dices, porque “Vida” era mucho más ambicioso en términos de sonido y de producción… y también mucho más pop.

En verdad, es loco, porque cuando uno hace música, no es que diga ‘voy a hacer algo más pop o algo más duro’. Son cosas que surgen del alma; a veces, efectivamente, aparecen cosas mucho más suaves, y a veces, aparecen cosas más fuertes. En “Serpiente de madera”, me junté con un amigo histórico, Hordatoj, que había producido ya “1977” [el disco más aclamado de su carrera]. No teníamos ninguna pretensión, más allá de cagarnos de la risa. Creo que uno de los aspectos más lindos de la música es esa necesidad de entraña que tiene, y que después se va moviendo a otro lugar.

También es curioso que no hayas grabado en diez años y que de repente estés grabando tanto.

Anuncio

Es que durante todos esos años me tocó ser madre. No es que no haya hecho nada; estaba criando, girando, criando, girando, criando, girando. Ahora mis tiempos son un poco distintos. Mi hijo ya está mayor y mi hija es una preadolescente, lo que me permite cerrar la puerta sin que nadie grite.

Sin embargo, en el nuevo EP, hay una canción llamada “Retomé la pluma” en la que insinúas cierta incomodidad con la industria y las redes sociales como probable motivo para tu falta de productividad compositiva del pasado reciente. Obviamente, eres una artista con un largo recorrido, y tiene que haber sido complicado para ti adaptarte a los avances de la tecnología y a sus consecuencias no siempre positivas. En la canción “Fin del mundo”, del disco “Vida”, hablabas de manera crítica de la sobreexposición mediática y de la Inteligencia Artificial.

Creo que estamos en una época muy loca. ¿Quién se siente cómodo en ella? Pero esa incomodidad es también muy sana, y tiene que ver con la manera en que me construyo o me desarrollo como artista. Este es un mundo en el que hay un hiperconsumo de todo. Han cambiado las reglas, y como han cambiado las reglas, uno trata de entender donde cabe dentro de eso y si quiere caber, realmente.

Yo soy lenta, y como ahora todo es tan rápido, no sé cómo articularme dentro de esa rapidez, siendo que las emociones son mucho más lentas que la rapidez del mercado. “Retomé la pluma” es una canción que trata sobre el placer de volver a escribir con toda la inseguridad del mundo, y está bien que así sea, porque todos los humanos somos inseguros.

“El fin del mundo”, por su lado, era un poco como el apocalipsis zombi; se va a acabar esto, y siempre te dicen que no hay futuro. ¿Cómo te construyes o construyes un futuro dentro de eso? Lo que yo hago es emplear la ironía y reírme mucho, porque, a estas alturas, hay muchas cosas que me dan risa.

Hablando de las cosas que cambian rápidamente, el EP empieza hablando del 2025 de manera muy positiva, con todo ese rollo tuyo de ser madre, de ser consejera, de querer ayudar a otra gente. Pero el paso de los meses nos ha demostrado que la situación se está poniendo realmente espeluznante en el mismo calendario. De todas formas, es importante que el disco se inicie así, con un mensaje completamente opuesto a los discursos de odio que circulan ahora por todos lados. Y también es interesante que tú hayas dicho que la rabia ante lo malo es necesaria, o es al menos preferible que el temor.

Si alguien me hubiera dicho en el 2015 que en el 2025 iba a pasar esto, no lo hubiera creído. Pero está pasando en la política con la misma velocidad en que está pasando en el mercado musical. Hay muchas leyes que aparecen del día a la noche, cancelaciones de activistas, encarcelaciones, deportaciones, genocidios que se aceptan, y nadie dice nada porque todo el mundo tiene miedo. ¿’Cresta’, me perdí un capítulo? O sea, ¿qué pasó?

Anuncio

Como soy madre, me toca tener esperanza, porque si no la tengo, me cuesta mucho caminar, hablar, relacionarme, criar a mis hijos, escribir canciones y hasta subirme a un escenario. Necesitaba hacer un manifiesto de gratitud, y no de un falso positivismo tóxico, de que acá no pasa nada, sino de darle gracias a las personas maravillosas que me acompañan.

La artista se presenta en el Echoplex.
La artista se presenta en el Echoplex.
(Inti Gajardo)

Esta gente quiere que uno pierda la esperanza, porque tienen tanto, tanto, tanto poder y tanto, tanto, tanto dinero, que eres una hormiga en un pastizal inmenso en el que no se te da ni voz ni voto. Ante el miedo, te congelas, mientras que la rabia te activa, porque te permite, por último, una acción. Por eso me gustan tanto el rock y el rap; no son una música mercenaria del silencio.

Por ejemplo, lo de Palestina es un genocidio, no una guerra, como dicen en todos los medios de comunicacion. Están bombardeando niños y civiles, y esa es una realidad que no se puede silenciar. Si ese dolor no nos conmueve como Humanidad, el día de mañana le va a tocar a cualquier otro pueblo.

En ese sentido, “Serpiente de madera” respondía a una necesidad de rendirle honor a la gente que no está ya entre nosotros, a la gente que ha vivido genocidios a lo largo de la Historia, en honor a los hijos de la dictadura y a los deseos de que no se repitan los errores del pasado.

El disco anterior incluía una canción llamada “Óyeme” donde se hablaba sobre los abusos contra los inmigrantes, que son ahora blanco de un odio muy intenso por aquí. Acabas de dar varios conciertos en diferentes ciudades de Estados Unidos. ¿Cómo has sentido el ambiente?

Anuncio

Me daba mucha curiosidad visitar Estados Unidos, porque tengo muchos afectos en ese lugar; muchos amigos, muchas amigas, mucha gente que adoro y que proviene de distintas naciones, de distintos espacios. Estados Unidos es un lugar lleno de vida. Pero claro que me daba curiosidad volver en un momento álgido que está recién empezando.

En el festival Tiempo de Mujeres, ellas dejaron volar sus voces al viento y sin temor

Solo puedo hablar como una ‘outsider’, como una persona que no vive ahí. Siento la inflación por lo que yo vivo, porque trabajo y tengo que hacer compras, y todos los precios están muy inflados. Y siento miedo por mi gente.

Es raro lo que te voy a decir, porque, aunque soy súper atea, tengo una fe inquebrantable en que la respuesta de la población interna va a ser muy fuerte. ¿Por qué digo esto? Porque hay un historial. Estados Unidos fue creado por inmigrantes. Es una tierra que fue robada a los indígenas, a los autóctonos del lugar. Nadie puede negar ser descendiente de irlandeses, ingleses, franceses, nigerianos, colombianos, mexicanos y tal.

Es parte de la riqueza de esa tierra, y es lo que ha hecho que su música sea tan diversa y tan impresionante, como lo demuestran el jazz, el funk, el soul, el hip hop y el rock. Como legado de todas esas migraciones, confío en que el alma colectiva esté presente, a pesar del miedo.

No quiero ignorar la existencia de ese miedo, pero creo que hay una historia de lucha y de resistencia que va desde la epoca de esclavitud hasta el día de hoy. Hay un legado respecto a la identidad, y estoy segura de que va a haber una reacción, aunque sea muy distinta a la de los ‘70, porque hay una cosa burbujeante debido a tanta injusticia junta.

Anuncio