Otro joven pastor que abogaba por la salud mental muere por suicidio
El lunes por la tarde, Jarrid Wilson, un pastor de una mega-iglesia de Riverside y fundador de un grupo de defensa de la salud mental, publicó una inquietante declaración en Twitter.
“Amar a Jesús no siempre cura los pensamientos suicidas”, escribió Wilson. “Amar a Jesús no siempre cura la depresión. Amar a Jesús no siempre cura el Síndrome Post Traumático. Amar a Jesús no siempre cura la ansiedad. Pero eso no significa que Jesús no nos ofrezca compañía y consuelo. Él SIEMPRE hace eso”.
Esa noche, Wilson, de 30 años, se suicidó, según Harvest Christian Fellowship, donde era pastor asociado.
El predicador usaba jeans negros ajustados y un micrófono inalámbrico en su oreja.
“Él era vibrante, positivo, y siempre estaba sirviendo y ayudando a otros,” escribió Greg Laurie, el fundador de la iglesia, en una declaración. “Jarrid también se ocupó repetidamente de la depresión y fue muy abierto sobre sus continuas luchas. Quería ayudar especialmente a aquellos que estaban lidiando con pensamientos suicidas. Trágicamente, Jarrid se quitó la vida”.
El fallecimiento de Wilson el lunes siguió a la muerte de Andrew Stoecklein, de 30 años de edad, pastor principal de la iglesia Chino Inland Hills Church, quien murió por suicidio en agosto pasado, unos días después de predicar un sermón sobre sus propias luchas contra la enfermedad mental. Ambos hombres dejaron una esposa e hijos pequeños.
El suicidio se ha convertido en la décima causa de muerte del país y una de las tres más importantes en su crecimiento después de haber registrado un aumento sostenido en la última década.
Después de la muerte de Stoecklein el año pasado, Wilson tuiteó: “Es tan triste escuchar sobre el fallecimiento del pastor Andrew Steck de @InlandHills! Mi corazón está con el personal, la iglesia y la familia de Andrew”.
Unos años antes, Stoecklein había tuiteado una cita de Wilson: “Un verdadero líder no se mide por cuántas veces ha tenido éxito, sino por la decisión de levantarse después de fracasar”.
La muerte de los jóvenes pastores ha sacudido a los líderes cristianos evangélicos, dijo Ed Stetzer, director ejecutivo del Centro Billy Graham en Wheaton College en Illinois, quien había hablado en repetidas ocasiones con Wilson sobre la defensa de la salud mental. Muchos pastores, manifestó, esconden su propia enfermedad mental porque temen que sus congregaciones no escuchen a alguien que está luchando.
En 2017 el ritmo al que los jóvenes estadounidenses se quitaron la vida alcanzó una marca histórica, impulsada por un fuerte aumento en los suicidios de adolescentes mayores, según una nueva investigación.
“Se supone que los pastores deben proporcionar ayuda, no necesitar ayuda. Supuestamente los pastores deben hablar de la vida, no de la desesperación. Pero eso no es la realidad”, dijo Stetzer.
Wilson y Stoecklein fueron ampliamente respetados por su franqueza, lo que hizo que sus muertes sean aún más devastadoras, dijo Stetzer. Demasiados cristianos, dijo, creen que la enfermedad mental puede ser curada sólo con la oración y el estudio bíblico. La depresión, dijo, es una enfermedad, no el producto de una fe inadecuada.
“Los sermones rompen los estigmas, y necesitamos más conversaciones sobre esto”, dijo Stetzer.
El suicidio es una creciente crisis de salud pública y la segunda causa principal de muerte entre las personas de 10 a 34 años, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. En 2017, más de 47.000 personas murieron por suicidio - una tasa de aproximadamente una cada 11 minutos.
Wilson murió en la víspera del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, y había estado twitteando el lunes sobre la ocasión. La esperanza, escribió, es para todos, y “no tienes que seguir viviendo en la oscuridad”.
Esa mañana, también tuiteó que estaba oficiando un funeral “para una mujer amante de Jesús que se quitó la vida hoy. Sus oraciones son muy apreciadas por la familia”.
Kay Warren - quien, junto con su esposo, el pastor de la mega-iglesia Rick Warren de Saddleback, perdió a su hijo por suicidio - respondió a ese tweet diciendo que estaba agradecida por la “disposición de Wilson a ser los brazos de Jesús” para la familia de la mujer.
Wilson, de Corona, había sido pastor asociado en Harvest Christian Fellowship durante 18 meses. En una entrevista con Faithwire, Wilson dijo que los sermones de Laurie en la Cruzada de la Cosecha - un evento evangélico masivo y anual en el Angel Stadium - lo habían llevado a convertirse al cristianismo.
“Estaba sentado en mi auto, como lo he compartido muchas veces antes, buscando en Google maneras indoloras de suicidarme, y este torrente de emociones, sabiduría, guía y la presencia de Dios comenzaron a infiltrarse en mi vida”, dijo Wilson a Faithwire. “Y empecé a recordar las cosas que había oído de las cruzadas y los pasajes de las Escrituras que había memorizado, los estudios bíblicos a los que había asistido, los devocionales que había leído y las conversaciones que había tenido con mi familia”.
En 2016, Wilson y su esposa, Juli, fundaron Anthem of Hope, una organización sin fines de lucro basada en la fe que dirige una línea de chat para personas que luchan contra la angustia psicológica y que está “dedicada a ampliar la esperanza de quienes luchan contra el quebrantamiento, la depresión, la ansiedad, la autolesión, la adicción y el suicidio”.
En una entrada del blog del año pasado, Wilson reconoció que había “contemplado el suicidio en múltiples ocasiones” y desafió la creencia común de que el suicidio lleva al infierno.
“La realidad es que no te atreverías a decir que alguien que murió de cáncer va a ir al infierno sólo por su enfermedad, ¿verdad? Espero que no”, escribió. “Entonces, por favor, no asuma que alguien que murió por suicidio a causa de una depresión severa tampoco va a ir al infierno. Ambas son enfermedades. Ambos pueden llevar a la muerte”.
Le sobreviven a Wilson su esposa e hijos Finch, de 4 años, y Denham, de 2.
El lunes, Wilson publicó una foto de Finch, un niño rubio y sonriente con un pulgar en alto y un guante rojo de béisbol y una camiseta que decía: “¡Me estás matando!”. - una cita de la película de 1993 “The Sandlot”. Finch, escribió, había comenzado a jugar béisbol la semana anterior.
“Estoy muy orgulloso de este pequeño y me siento honrado de ser su padre”, escribió Wilson.
Al día siguiente, Juli publicó un video de Instagram de Wilson lanzando y atrapando a su hijo, quien grita “¡Otra vez, otra vez!”.
“No puedo dormir, así que estoy viendo este video una y otra vez”, escribió Juli. “Tomé esto el lunes por la tarde alrededor de las 7:30 p.m. en la práctica de béisbol de nuestro hijo. A las 11:45 de esa noche, mi dulce esposo estaba en presencia de Jesús.
“Te amo, Jarrid. Te extraño más allá de lo que mi corazón puede soportar”.
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