Newsom instó a los californianos a reducir el uso de agua en un 15%; en febrero se ahorró menos del 1%
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El uso total de agua en las ciudades y pueblos de California disminuyó solo 0,5 por ciento en febrero, en comparación con el mismo mes de 2020, muy lejos de la meta del gobernador Gavin Newsom de reducir el uso urbano de agua en un 15%.
Las cifras publicadas esta semana por la Junta Estatal de Control de Recursos Hídricos mostraron que incluso durante un tercer año de sequía, los californianos demoraron en intensificar las prácticas de conservación.
Para Joaquín Esquivel, presidente de la junta de agua, es vital que los californianos sigan progresando en la conservación, “dada no solo esta sequía sino la creciente aridez en el oeste” con el cambio climático.
Newsom pidió en julio a los californianos que reduzcan voluntariamente el uso de agua en un 15%. Pero los ahorros acumulados del estado desde julio hasta febrero son del 5,8 % en comparación con los mismos meses de 2020, frente al 6,4% de hace un mes.
Riego de un césped en Sacramento.

En febrero, el Área de la Bahía de San Francisco redujo el uso de agua en un 4,6%, mientras que la región de la costa sur del sur de California, que comprende el 55% de la población del estado, usó solo un 0,2% menos.
En otras partes del estado, las personas usaron más agua que en febrero de 2020. En la región del río Sacramento, el consumo aumentó un 6,7%, y en el desierto interior, la región del río Colorado del sur de California, los residentes usaron un 3,2% más.
Newsom emitió la semana pasada una orden para que los proveedores de agua urbana implementen medidas de conservación más fuertes, requiriendo que activen el “Nivel 2” de sus planes locales de contingencia de sequía para prepararse para la escasez. El gobernador también ordenó a la junta estatal de agua que considerara prohibir el riego de césped “no funcional” en negocios y otras propiedades.
Esquivel señaló que la junta avanzará para implementar la orden del gobernador y que existe un gran potencial para ahorrar más agua al reducir el consumo al aire libre. El estado, añadió, ahora tiene “necesidades críticas para la conservación”.
Los niveles de la mayoría de los embalses más grandes de California, desde el lago Shasta hasta el embalse de San Luis, están muy por debajo de la media. Y la capa de nieve en Sierra Nevada ahora se encuentra en solo el 31% del promedio.

La capa de nieve de las montañas, que normalmente constituye casi un tercio del suministro de agua de California, se redujo rápidamente durante los meses de enero a marzo más secos del estado registrados. “Lo que normalmente anticiparíamos como nuestros meses más húmedos del año fueron de sequías históricas esta vez”, comentó Michael Macon, un científico ambiental, a la junta de agua, y añadió que las condiciones se están intensificando. “Anticipamos que todo empeorará durante el verano”, advirtió.
Se espera nuevamente que este mes sea cálido y seco, destacó Macon, y según los últimos pronósticos, “estamos viendo el período de tres años más seco registrado”.
Las temperaturas más cálidas provocadas por el cambio climático causado por el hombre han hecho que las sequías se intensifiquen en California y todo el oeste. Los científicos descubrieron que la sequía extrema desde 2000 en el oeste, desde Montana hasta el norte de México, ahora se ubica como el período de 22 años más seco en al menos 1200 años, y ha empeorado por el calentamiento del planeta.
El río Colorado, que abastece de agua a siete estados y a México, se redujo drásticamente durante dos décadas de sequía intensificada por un calor sin precedentes, y sus embalses siguen disminuyendo.
Los administradores de agua de California redujeron las entregas a través del Proyecto Estatal de Agua al 5% de las asignaciones totales, y solicitaron a los residentes que colaboren en la conservación del recurso.
Los proveedores que dependen en gran medida del Proyecto de Agua del Estado impusieron restricciones al riego al aire libre. La junta del Distrito Municipal de Agua de Las Vírgenes, en el oeste del condado de Los Ángeles, votó el martes para reducir los presupuestos de agua al aire libre para los clientes del 75% actual al 50%.
Los funcionarios del distrito destacaron que las restricciones son un esfuerzo por retrasar la toma de medidas más severas, como prohibir todo riego al aire libre. La junta de Las Vírgenes también decidió contratar a una empresa que ayude con las iniciativas de cumplimiento y para prevenir el desperdicio.
Las entregas de agua también se han reducido para muchas áreas agrícolas en el Valle Central este año.
Algunos investigadores aseguraron que el estado debería adoptar limitaciones de sequía obligatorias en todo el estado, como propuso en 2015 el entonces gobernador Jerry Brown. Los funcionarios estatales hablaron de imponer reducciones de agua obligatorias, pero se están enfocando finalmente en abordar las respuestas a la sequía en función de las circunstancias locales, en lugar de un enfoque de “talla única” dictado desde Sacramento.
Los funcionarios estatales presentaron datos, el martes, que mostraron que el uso residencial de agua per cápita en febrero promedió 74 galones por día, una de las cantidades más altas en casi una década. El mes fue más cálido que el promedio y extremadamente seco, lo cual puede aumentar el consumo.
El personal de la junta también analizó datos de proveedores de agua urbanos en todo el estado y descubrió que la gran mayoría de las agencias cobran menos por unidad adicional de agua a medida que los clientes usan más. “El efecto de esto es que los consumidores que usan más agua reciben descuento por volumen”, señaló Charlotte Ely, de la oficina de investigación y planificación de la agencia. “Están pagando menos por unidad a medida que utilizan más”.
La junta discutió, además, los datos que muestran que algunas áreas de ingresos más altos emplean más agua que aquellas donde los residentes tienen ingresos más bajos.
El estado comienza a considerar más el uso de agua residencial per cápita como un objetivo “porque tenemos muchas desigualdades en este momento, en términos de quién usa el agua y cómo se pueden sentir las reducciones en su consumo”, comentó Laurel Firestone, miembro de la junta.
La funcionaria destacó que el estado también necesita analizar más el tema de la asequibilidad del recurso, asegurando que todos puedan pagar una cantidad básica de agua mientras se avanza hacia estructuras de tarifas que “no subsidien efectivamente a los grandes usuarios”.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.
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