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Un robot pingüino infiltra una colonia en el Antártico

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WASHINGTON.- Durante décadas, los seres humanos han construido rovers para visitar lugares que no podemos alcanzar fácilmente, incluso la Luna y Marte. Ahora los científicos han construido un rover para explorar otro objetivo desafiante: colonias de pingüinos adorables.

Un equipo capitaneado por científicos de la Universidad de Estrasburgo, en Francia, han construido un rover que luce como un polluelo esponjadito de pingüino, lo que le permite entrar a hurtadillas a las colonias antárticas y acercarse a determinados pájaros sin alborotar demasiadas plumas en el camino.

Los resultados, descritos en la revista Nature Methods, demuestran que cuando se estudian a los animales en su hábitat natural, a menudo puede ser mejor que los humanos permanezcan fuera del cuadro y permitan que los robots hagan el trabajo.

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Los investigadores que intentan estudiar a animales como los pingüinos en su hábitat, con frecuencia terminan estresando a las criaturas, ya que les sube su ritmo cardiaco y su respuesta es de alarma – y esas reacciones pueden tener consecuencias negativas tanto para las aves como para la investigación.

“Acercarse a los animales salvajes para recopilar datos sobre sus rasgos fenotípicos induce estrés, comportamiento de huida y, potencialmente, fracaso en su reproducción y por lo tanto, pone en peligro la calidad de los datos recogidos”, escribieron los autores del estudio.

El problema es que los investigadores humanos frecuentemente tienen que acercarse lo suficiente—tanto como 60 centímetros de distancia–para recoger la señal de radio de los dispositivos que se colocan debajo de la piel de los animales y que almacenan los datos. Si los científicos necesitan usar los datos, tienen que molestar a los pingüinos.

Una posible solución: enviar a un robot sobre ruedas para hacer el trabajo. Pero los investigadores necesitaban comprobar la valía del rover en sus estudios.

En la Antártida, los científicos estudiaron las reacciones de los pingüinos rey en la isla Possession. Un ser humano que invadió el espacio personal de un pingüino causó que el ritmo cardiaco del ave subiera mucho más alto de lo que un rover causaría, encontraron los investigadores–y además, el efecto del encuentro con el humano duró mucho tiempo, demasiado.

“Los acercamientos humanos llevaron a un exceso de [ritmo cardíaco] aproximadamente cuatro veces mayor comparado al de los acercamientos con el rover”, escribieron.

Una pingüino rey que se siente amenazado puede, haciendo malabarismos con sus patas, alejarse siempre manteniendo a su huevo de polluelo o su bebé equilibrado entre sus patas. Cuando se acercó el rover, los pingüinos se movieron un promedio de 8 centímetros. Pero cuando se acercaron los seres humanos, los pájaros se movieron hasta 43 centímetros.

Además de eso, los movimientos de los pingüinos causaron que éstos invadieran el espacio de otros pingüinos cercanos. Siendo que los pingüinos rey pueden ser territoriales, la perturbación toma forma de un anillo u oleada a través de la colonia, resultando en peleas y caos para muchas aves más allá de la zona del pájaro sujeto de investigación.

Así que el rover, aunque no es perfecto, si dejo ver una marcada mejoría en muchos niveles—un hallazgo que encontró eco en las pruebas de rover que realizaron los científicos entre una población de pingüinos emperador dentro de Tierra Adelia.

Los pingüinos emperador son menos territoriales que los pingüinos rey y de las 158 aves sujeto de pruebas, el 28% “reaccionó en modalidad de vigilancia” el 47% no pareció reaccionar, y 25% parecían ser lo suficientemente curiosos como para acercarse y echarle un vistazo al rover.

Allí, los científicos probaron también una versión más amistosa del rover hacia el pingüino – uno que parecía un polluelo encantador sobre ruedas. Este adorable robot espía fue aún más exitoso que su antecesor, que era poco atractivo.

“Cuando el rover fue camuflado con un disfraz de pingüino, todos pingüinos adultos emperador y sus polluelos le permitieron acercarse lo suficiente para que el rover hiciera una identificación electrónica”, escribieron los autores. “Polluelos y adultos incluso se les escuchó vocalizando con el rover camuflado, y fue capaz de infiltrarse en una guardería de polluelos sin ninguna reacción negativa”.

Estos robots podrían utilizarse para investigar las vidas de toda clase de animales sin que les moleste de la forma en que les molesta la presencia de un científico humano, escribieron los autores del estudio. Y ¿quién sabe? Tal vez se logre que los robots del futuro también sean equipados de tal manera que puedan seguir a estas criaturas ya sea nadando.

¿Qué es un rover? Es un vehículo todo terreno de exploración que inicialmente fue diseñado para moverse a través de la superficie de un planeta e inclusive objetos. El rover puede ser construido desde tamaños muy pequeños, como en algunos juguetes, hasta tamaños bastante grandes, como los que son enviados a la luna y otros planetas.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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