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Celebran la Navidad los cristianos egipcios bajo fuerte seguridad

En la imagen, el papa copto Tawadros II, a la izquierda, saluda al presidente egipcio, Abdul Fatá el Sisi, durante la misa de Nochebuena ortodoxa en la catedral de San Marcos en El Cairo, el miércoles 6 de enero de 2016. (AP Foto/Nariman El-Mofty)
En la imagen, el papa copto Tawadros II, a la izquierda, saluda al presidente egipcio, Abdul Fatá el Sisi, durante la misa de Nochebuena ortodoxa en la catedral de San Marcos en El Cairo, el miércoles 6 de enero de 2016. (AP Foto/Nariman El-Mofty)
(Nariman El-Mofty / AP)
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En la imagen, el papa copto Tawadros II lidera la misa de Nochebuena en la catedral de San Marcos, en El Cairo, Eigpto, el miércoles 6 de enero de 2016. (AP Foto/Nariman El-Mofty)
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Los cristianos ortodoxos coptos acudieron a las iglesias para asistir a las misas de Nochebuena en el país de mayoría musulmana, mientras el gobierno continuaba su lucha contra la creciente insurgencia islamista.

Sólo en la capital, El Cairo, la policía registró de forma exhaustiva más de 300 iglesias en busca de dispositivos explosivos, dijo el mayor general de la policía Gamal Halawa. Se establecieron puntos de control ante las iglesias de todo el país y se prohibió temporalmente que autos y motocicletas se detuvieran delante, añadió.

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La policía trabajó para evitar “cualquier intento de estropear el gozo de las celebraciones con acciones firmes y decisivas”, dijo Halawa.

Los atentados se han multiplicado desde que el ejército derrocó al presidente islamista Mohammed Morsi en 2013, extendiéndose desde la inestable península del Sinaí y atacando el territorio continental varias veces en los últimos meses. Algunos extremistas en el Sinaí han jurado lealtad al grupo Estado Islámico y reivindicado el atentado que derribó el año pasado un avión de pasajeros de una aerolínea rusa y mató a 224 personas.

Los cristianos ortodoxos coptos de Egipto respaldaron mayoritariamente la caída de Morsi, el primer presidente elegido libremente en el país pero que era un líder divisivo. Tras la caída de Morsi, muchos islamistas reclamaron que los cristianos habían conspirado en su contra con el ejército y se produjeron ataques contra viviendas, negocios e iglesias cristianas.

“Hemos ido con retraso en la restauración y reparación de lo que ardió. Todo se arreglará... Por favor, acepten nuestras disculpas por lo que ocurrió”, dijo el presidente, Abdul-Fatá el-Sisi, que como jefe militar dirigió la caída de Morsi, ante un público cristiano en la catedral de San Marcos de El Cairo. Su intervención fue una disculpa pública y reconocimiento de los ataques poco habitual.

El-Sisi, al que muchos cristianos ven como un salvador, fue recibido como una estrella del rock en la catedral, sede de la Iglesia ortodoxa copta. Pareció que las fuerzas de seguridad no lograban contener a la multitud que vitoreaba y lanzaba flores en el camino de el-Sisi al salir del templo, lo que les obligó a retroceder y salir por otra puerta.

Las fuertes medidas de seguridad del miércoles se debían en parte a los preparativos para el aniversario el 25 de enero del alzamiento en 2011 que derrocó al veterano autócrata Hosni Mubarak. Altos cargos, incluido a el-Sisi, han expresado su preocupación por los intentos de señalar el aniversario de la revuelta con protestas en las últimas semanas.

Los presidentes egipcios nunca han acudido a las misas de Navidad, lo que hizo aún más apreciada la visita de el-Sisi este año, la segunda que ha hecho. Además del presidente acudieron miembros musulmanes del gobierno, personalidades de los medios partidarios del gobierno y personas conocidas.

Los coptos suponen en torno al 10% de los 90 millones de personas del país. Durante años han denunciado discriminación, algo que muchos creen persiste incluso bajo el gobierno de el-Sisi.

“En realidad no ha cambiado nada en lo referente a nuestros derechos y libertades”, dijo en El Cairo Michelle Labib, una programadora informática de 45 años, que es cristiana. “Es exasperante cómo le muestran como un héroe cuando nuestras vidas no han mejorado de ninguna forma”.

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