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Tailandesas tratan muñecas ‘querubín’ como mascotas

Una mujer tailandesa sostiene una muñeca "querubín" en Bangkok, Tailandia. Las muñecas, que se dice traen buena suerte a sus dueñas, dominaron las noticias está última semana después de que se filtró un memorándum de la aerolínea de bajo costo Thai Smile instruyendo al personal a que traten a las muñecas como si fueran pasajeros humanos, proporcionándoles, por supuesto, su asiento si se pagó por él. (Foto AP/Sakchai Lalit)

Una mujer tailandesa sostiene una muñeca “querubín” en Bangkok, Tailandia. Las muñecas, que se dice traen buena suerte a sus dueñas, dominaron las noticias está última semana después de que se filtró un memorándum de la aerolínea de bajo costo Thai Smile instruyendo al personal a que traten a las muñecas como si fueran pasajeros humanos, proporcionándoles, por supuesto, su asiento si se pagó por él. (Foto AP/Sakchai Lalit)

(Sakchai Lalit / AP)
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Mezcle un porción de superstición, dos porciones de moda, una pizca de idolatría por las celebridades y muchísima agitación en medios de comunicación y ¿qué obtendrá?

Respuesta: Las muñecas “querubín”, la moda más reciente en Tailandia.

Éstas ocupan un nicho de mercado en algún punto entre los amuletos budistas —que son amados por apostadores, mafiosos y policías por sus supuestos mágicos poderes protectores— y el Furby, mascota electrónica adoradas por niños debido a su apariencia linda.

Las muñecas, dicen sus propietarias adultas, proporcionan buena suerte, especialmente si se les trata como un descendiente vivo, llevándolas a largos paseos, convidándolas a la mesa a la hora de comer y orando juntas en el templo.

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Aunque las muñecas “luk thep”, como son conocidas en tailandés, habían llamado poca atención previamente más allá del círculo de sus devotos coleccionistas, tomaron por asalto los sitios de noticias está última semana después de que se filtró un memorándum de la aerolínea de bajo costo Thai Smile en el que instruía al personal a que traten a las muñecas como si fueran pasajeros humanos, siempre y cuando hayan pagado por un asiento.

La aerolínea tomó en cuenta el factor rareza, y sugirió que las muñecas fueran sentadas lo más fuera posible de la vista de otros pasajeros.

Enseguida, varios restaurantes anunciaron similares políticas de bienvenida a las muñecas. La policía, mientras tanto, advirtió que las muñecas podrían ser utilizadas para contrabandear droga y mostró una de ellas donde se había ocultado 200 tabletas de metanfetamina.

Lo que hace que estas muñecas sean especiales es que fueron bendecidas por algunos monjes budistas, quienes aplican símbolos sagrados a éstas, como suelen hacer con un automóvil o una casa nueva. No se trata estrictamente de una práctica budista, y al menos un templo supuestamente prohibió la bendición de muñecas, pero los relajados tailandeses no son escrupulosos respecto a mezclar rituales hinduistas y otros elementos en su religión.

Las muñecas, en su mayoría importadas, cuestan entre unas decenas de dólares y unos cientos, y la bendición cuesta una suma similar. Algunas son hechas a la medida por los vendedores, y las propietarias buscan invariablemente darles una apariencia más interesante, con joyería y otros accesorios, en anticipación, o gracias a, la buena fortuna.

Las muñecas tienen elementos de un pasatiempo, un culto y un negocio. Autoridades del sector de salud mental, aunque advierten en contra de prácticas de superstición, reconocen su utilidad terapéutica como reductoras de estrés.

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