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Familias piden que desaparecidos no sean olvidados en una Colombia en paz

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Familiares de los miles de desaparecidos por la violencia pidieron hoy que sus seres queridos no sean olvidados en una Colombia en paz, y que la reconciliación que ahora se alcanza con la guerrilla de las FARC ayude a preservar la memoria de lo ocurrido durante 52 años de conflicto para no repetirlo.

En la conmemoración del Día internacional de las víctimas de desaparición forzada, que en Colombia el Gobierno calcula en 64.920 personas, hombres, mujeres y niños se reunieron en Bogotá para recordarle al Estado la “deuda histórica” de buscar a sus familiares y devolverlos.

“Nosotros tenemos hoy una consigna que es no lo olvidaremos en la paz a los desaparecidos”, dijo a Efe Janet Bautista, directora de la fundación Nydia Erika Bautista, desaparecida el 30 de agosto de 1987, quien además sufrió la pérdida de su compañero, ambos militantes guerrilla del M-19, desmovilizada en 1990.

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“Hoy más que nunca el país, el Estado tiene que pagar esa deuda histórica que tiene con los desaparecidos y con sus familiares de buscarlos seriamente, de encontrarlos y de devolvérnolos y sobre todo garantizar que los niños y los jóvenes en el futuro pueden salir a la calle sin tener miedo a ser desaparecidos”, añadió.

Un espacio donde se edificará el Museo Nacional de la Memoria, en el centro de Bogotá, fue el escenario elegido para familiares, integrantes de organizaciones sociales y activistas para protagonizar una “siembra simbólica” de personas.

Sentados sobre el asfalto, rodeados hasta la cintura de arena, con flores y fotos de sus familiares, los participantes de la actividad “Cuerpos Gramaticales” buscaban hacer una catarsis para recordar a las víctimas de desaparición forzada, en un país, que, según uno de los organizadores, ha vivido una “multiplicidad de violencias”.

“Estamos sembrando nuestros cuerpos para que aquí en Bogotá se den cuenta que tenemos más de 45.000 desaparecidos a lo largo y ancho del país”, declaró Luz Marina Bernal, madre de Fair Leonardo Porras, un joven con discapacidad mental desaparecido a sus 26 años y presentado como una falsa víctima de un operativo.

Esta “es una acción del cuerpo, donde entendemos que son los cuerpos los que han recibido las distintas cargas de violencia histórica en este país”, afirmó Aka, un activista de la ciudad de Medellín (noroeste).

Aka, quien señaló que hoy buscan promocionan la actividad con la etiqueta “encontrarlos es paz”, participa del proyecto “Agroarte”, nacido en 2008 como resistencia a la situación de la Escombrera, donde el año pasado se desarrolló sin éxito una excavación en busca de víctimas de la violencia en el sector “La Arenera”, uno de los vertederos de escombros de la Comuna 13, en Medellín.

Para María José Pizarro, hija del asesinado líder de la desmovilizada guerrilla del M-19, Carlos Pizarro, la actividad de hoy en Bogotá es una “reinvindicación de las organizaciones de familiares de víctimas de desaparición forzada” y una manera de subrayar de que encontrarlos “también es paz”.

Además consideró que es una forma de “crear una conciencia social, interpelar a la sociedad frente al tema de la desaparición forzada” en un país que ha sufrido “uno de los casos más dramáticos en el mundo”.

“Parte de construir una paz estable y duradera tiene que pasar en primer lugar porque el país sepa la dimensión de su propia tragedia, reconozca el dolor y la tragedia que vivieron sus compatriotas”, señaló por su parte la directora del Museo Nacional de la Memoria, Martha Nubia Abello.

La activista indicó que en este país “se pueden inventariar las peores atrocidades”, pero consideró que “debe saberlo no para que se atormente” sino “para que reflexione qué hizo posible que eso pasara” y “aprender las lecciones éticas de ese pasado”.

“Uno no mira el pasado simplemente para horrorizarse, uno mira el pasado para tratar de extraerle a ese pasado las enseñanzas que le está dejando al país”, agregó.

Después de más de cinco décadas de conflicto armado, el Gobierno y las FARC rubricaron el pasado 24 de agosto un acuerdo de paz alcanzado luego de una negociación de casi cuatro años en La Habana.

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