¿Podría el coronavirus amenazar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020?
Las Olimpiadas de Verano, programadas para Tokio en julio, están en duda por el coronavirus. Los expertos en salud están preocupados por ser anfitriones de tal evento
TOKIO - Para Yoshiro Mori, el destino de los Juegos Olímpicos de verano depende de los dioses sintoístas. “Espero que [el coronavirus] desaparezca”, afirmó recientemente el jefe del comité organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio, durante un evento realizado aquí para develar la vestimenta oficial de los Juegos de Verano de Japón. “Rezo a los dioses todos los días”.
La realización de los Juegos está en duda; a los expertos en salud les preocupa celebrar un evento público tan grande este verano, y otros insisten en que es demasiado temprano para tomar decisiones. En Japón, estas preocupaciones se multiplican por diez.
El número de casos de coronavirus confirmados en esa nación era de 241 hasta el pasado sábado.
Aunque la cifra es importante, está muy lejos de los más de 3.100 casos reportados en Corea del Sur y los casi 80.000 en China continental, donde se originó el virus. Esos dos países representan más del 98% del total mundial y el 97.2% de todas las muertes (2.976 al 1º de marzo).
Se sabe que cinco personas fallecieron a causa del virus en Japón, en comparación con más de 2.800 en China.
El efecto del virus ya se está sintiendo en el mundo deportivo. La Liga Japonesa de Béisbol Profesional anunció la semana pasada que sus 72 encuentros restantes de pretemporada se jugarían en estadios vacíos, y el organismo que regula el fútbol de la Liga J. suspendió 96 cotejos programados hasta el 15 de marzo.
La Asociación de Sumo de Japón informó el viernes que sería “imposible” realizar una versión “regular” de su torneo de primavera, programado desde el 8 de marzo en Osaka. Las dos organizaciones profesionales de boxeo cancelaron todos los combates para marzo.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han aconsejado a las comunidades que tomen precauciones en caso de que el coronavirus se propague.
Algunos municipios locales también están tomando medidas. En la ciudad de Izu, la ubicación de los eventos de atletismo y ciclismo de montaña durante los Juegos Olímpicos, muchos eventos deportivos y otros han sido cancelados o pospuestos, según Masaki Suzuki, jefe de la división de planificación de los Juegos de Verano de la ciudad. Sin embargo, aún no hay ninguna palabra en concreto respecto a los eventos olímpicos, agregó.
“Este es un destino turístico popular, y los Juegos Olímpicos son una promoción para la ciudad”, expresó Suzuki. “Si se cancelaran, significaría perder un gran legado para nosotros”.
Los Juegos Olímpicos fueron cancelados en 1916, 1940 y 1944, durante las guerras mundiales (los de 1944 también se habían programado en Tokio). Sin embargo, otras preocupaciones de salud pública amenazaron las olimpiadas recientemente. En 2016, por ejemplo, el virus del Zika desafió la realización de los Juegos de Verano en Río de Janeiro, y los Juegos de Invierno de 2010 en Vancouver, Canadá, peligraron a causa de la gripe porcina.
En febrero, durante una reunión con miembros del Comité Olímpico Internacional, el jefe del grupo, Mori, evitó hablar de intervención divina y afirmó que, a pesar de las crecientes preocupaciones sobre la propagación del COVID-19, la cancelación o el aplazamiento de los Juegos “no estaba en consideración”.
Pero aproximadamente una semana después, se le vio con ánimo desafiante y sin la máscara quirúrgica omnipresente —objeto de peleas entre los japoneses, debido a su escasez—, implorando a los atletas a mantenerse alejados del virus.
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“Haré todo lo posible para no usar una máscara, hasta el amargo final”, remarcó Mori, un chiste que cayó como un globo de plomo entre los 130 periodistas asistentes, quienes sí fueron obligados a usarlas y a desinfectarse las manos antes de ingresar a la sala de conferencias.
El comentario rápidamente generó críticas entre los usuarios de Twitter de Japón, quienes lamentaron la falta de tacto en “otro comentario gratuito” por parte del exprimer ministro. Para otros, en cambio, fue una cuestión burocrática. “Eso fue sólo un espectáculo”, consideró el empresario de Tokio Keizo Yamaga, quien cree que celebrar los Juegos según lo planeado, en julio y agosto, será “extremadamente difícil” debido a la propagación global del COVID-19.
La respuesta doméstica al virus también ha sido criticada. La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, lamentó las recomendaciones tardías para el cierre de las escuelas de todo el país que el primer ministro Shinzo Abe recién efectuó el 28 de febrero pasado.
Al igual que Mori, la jefa de Tokio cree férreamente en que las olimpiadas se llevarán a cabo, y su oficina emitió una declaración a The Times donde insistió: “Nunca hemos discutido la cancelación de los Juegos. Los preparativos para el evento continúan según lo planeado”.
Esa postura se puso en duda el 24 de febrero, cuando el miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) Dick Pound le dijo a Associated Press que el grupo tomaría una decisión sobre los JJ.OO. a fines de mayo, pero que creía que una cancelación era más probable que un aplazamiento o reubicación.
La ministra de los Juegos Olímpicos de Japón, Seiko Hashimoto, rápidamente desestimó el comentario y dijo en una sesión parlamentaria, el miércoles, que había recibido garantías del COI de que no representaba la opinión oficial.
De acuerdo con el Comité Organizador de Tokio 2020, se está haciendo todo lo posible para garantizar que los JJ.OO. continúen según lo programado, comenzando con la creación de un grupo de trabajo de contramedidas para complementar las normas de la Sede Central de Respuesta por el nuevo coronavirus del estado.
Sin embargo, el comité no respondió a las solicitudes de detalles sobre esas contramedidas o cualquier estrategia relacionada con la etapa japonesa del primer evento de los Juegos de Verano, el relevo de la antorcha, que comienza el 26 de marzo.
El inicio del relevo -de 121 días- es Fukushima, y Takahiro Sato, de la oficina de promoción olímpica de la prefectura, declaró que aunque no se han recibido directivas específicas de Tokio, espera que las medidas que garanticen la seguridad de los muchos seguidores para el “gran comienzo” del relevo sean una “máxima prioridad”.
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“Trabajaremos estrechamente con el comité organizador y el estado para implementar disposiciones apropiadas de control de enfermedades infecciosas para el relevo, así como para los juegos de béisbol y softbol de los cuales seremos anfitriones”, remarcó Sato.
El asambleísta local Keiji Hiramoto es menos optimista, y cree que Japón debería pensar seriamente en posponer los Juegos Olímpicos. “Si el virus sigue propagándose, podríamos enfrentar no sólo una participación reducida [de los atletas], sino una pérdida significativa de visitantes del extranjero”, consideró Hiramoto, legislador de Namie Town, que fue uno de los municipios de Fukushima más gravemente afectados por el tsunami y el desastre nuclear de 2011. “El virus causó un pánico generalizado y la postergación ahora dará tiempo para que todos se calmen, reagrupen, preparen adecuadamente y aprovechen al máximo este evento único en la vida”.
Gilhooly es un periodista independiente que reside en Japón.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.
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