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Rusia dice que atentado en sala de conciertos dejó 115 muertos y decenas de heridos

Un enorme incendio arde en el Crocus City Hall en el extremo occidental de Moscú, Rusia.
Un enorme incendio arde en el Crocus City Hall en el extremo occidental de Moscú, Rusia.
(Sergei Vedyashkin / Associated Press)
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Varios agresores irrumpieron en una sala de conciertos de Moscú el viernes y comenzaron a disparar contra la multitud, causando la muerte de más de 60 personas y heridas a más de 100, además de que prendieron fuego al inmueble, en un ataque perpetrado apenas unos días después que el presidente Vladímir Putin consolidara su control del país con una aplastante victoria electoral. En otro reporte posterior, autoridades rusas elevaron a 115 la cifra de fallecidos en atentado en sala de conciertos.

El grupo Estado Islámico se adjudicó la autoría del atentado en un comunicado publicado en canales afiliados en redes sociales. Un funcionario de los servicios de inteligencia de Estados Unidos le dijo a The Associated Press que los servicios de inteligencia estadounidenses habían tenido conocimiento de que la rama del grupo en Afganistán estaba planeando un atentado en Moscú y habían compartido la información con funcionarios rusos.

De momento no estaba claro qué había pasado con los agresores después del ataque, que las autoridades estatales están investigando como un acto terrorista.

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El atentado, que dejó el salón de conciertos envuelto en llamas y con el techo derrumbado, fue el más mortífero en Rusia en años, y se produjo mientras la guerra del país en Ucrania se prolonga por tercer año. El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, describió el ataque como una “enorme tragedia”.

El Kremlin dijo que Putin fue informado del atentado minutos después de que los agresores irrumpieran en el Crocus City Hall, una gran sala de conciertos situada en el límite occidental de Moscú y con capacidad para 6.200 personas.

Un fuerte incendio arde sobre la sala de conciertos Crocus City Hall
Un fuerte incendio arde sobre la sala de conciertos Crocus City Hall el viernes 22 de marzo de 2024, en el extremo oeste de Moscú, Rusia.
(Dmitry Serebryakov/AP)

El ataque tuvo lugar mientras la multitud se reunía para la presentación de Picnic, una famosa banda de rock rusa. El Comité de Investigación, la principal agencia estatal de investigación criminal, informó a primera hora del sábado que habían muerto más de 60 personas. Autoridades del sector salud difundieron una lista de 145 heridos, de los cuales 115 estaban hospitalizados, incluidos cinco niños.

Algunos reportes de medios de comunicación rusos señalaron que más personas podrían haber quedado atrapadas por las llamas, que se desataron después de que los asaltantes arrojaron explosivos.

Un video mostraba enormes columnas de humo negro elevándose sobre el edificio en llamas en el cielo nocturno. La calle estaba iluminada por las luces azules intermitentes de decenas de camiones de bomberos, ambulancias y otros vehículos de emergencia, mientras varios helicópteros del departamento de bomberos sobrevolaban el recinto para arrojar agua sobre las llamas que tardaron horas en contener.

De acuerdo con la fiscalía, varios hombres vestidos con uniformes de combate irrumpieron en la sala de conciertos y dispararon contra los asistentes al evento.

Dave Primov, que estaba en la sala durante el ataque, describió el pánico y el caos cuando comenzó.

“Hubo ráfagas de disparos”, dijo Primov a la AP. “Todos nos levantamos e intentamos avanzar hacia los pasillos. La gente empezó a entrar en pánico, comenzó a correr y chocó entre sí. Algunos se cayeron y otros los pisotearon”.

Videos publicados por medios de comunicación rusos y en canales de aplicaciones de mensajería mostraban a hombres armados con fusiles de asalto que disparaban a quemarropa a personas que gritaban. Un video mostraba a un hombre en el auditorio que decía que los agesores le habían prendido fuego, mientras los disparos sonaban sin cesar.

Los guardias en el salón de conciertos no portaban armas, y algunos podrían haber muerto al inicio del asalto, reportó la prensa rusa. Algunos medios de comunicación rusos indicaron que los atacantes huyeron antes de que llegaran las fuerzas especiales y la policía antidisturbios. Algunos reportes señalaban que las patrullas de la policía buscaban a varios vehículos que los agresores podrían haber utilizado para huir.

Algunos reportes de medios de comunicación rusos señalaron que
Algunos reportes de medios de comunicación rusos señalaron que más personas podrían haber quedado atrapadas por las llamas, que se desataron después de que los asaltantes arrojaron explosivos.
(Sergei Vedyashkin/AP)

En un comunicado publicado por su agencia de noticias Aamaq, el grupo Estado Islámico dijo que había atacado una gran concentración de “cristianos” en Krasnogorsk, en las afueras de Moscú, donde mataron e hirieron a cientos. De momento no se pudo verificar la autenticidad de la afirmación.

Sin embargo, los servicios de inteligencia estadounidenses confirmaron la afirmación de la rama del grupo Estado Islámico con sede en Afganistán de que era responsable del atentado de Moscú, según declaró un funcionario estadounidense a la AP.

El funcionario dijo que las agencias de inteligencia de Estados Unidos habían recabado información en las últimas semanas de que la rama del EI estaba planeando un ataque en Moscú. Dijo que funcionarios estadounidenses compartieron en privado la información de inteligencia con funcionarios rusos este mes. El funcionario fue informado sobre el asunto, pero carece de autorización para declarar públicamente sobre los datos de inteligencia y habló con la AP a condición de guardar el anonimato.

Aymenn Jawad al-Tamimi, experto en el grupo terrorista, puso de relieve que el comunicado del EI presentaba su reivindicación como un atentado contra cristianos, lo que parece reflejar la estrategia del grupo de “golpear dondequiera que puedan como parte de una lucha global contra los infieles y apóstatas en todas partes”.

En octubre de 2015, una bomba colocada por el EI derribó un avión de pasajeros ruso sobre el Sinaí, matando a las 224 personas a bordo, la mayoría de ellos vacacionistas rusos que regresaban de Egipto. El grupo, que opera principalmente en Siria e Irak, pero también en Afganistán y África, se ha adjudicado varios atentados en el inestable Cáucaso ruso y otras regiones en los últimos años. Reclutó combatientes en Rusia y otras partes de la antigua Unión Soviética.

El 7 de marzo, la principal agencia de seguridad rusa dijo haber frustrado un atentado contra una sinagoga en Moscú perpetrado por una célula del grupo Estado Islámico, matando a varios de sus miembros en la región de Kaluga, cerca de la capital rusa. Unos días antes, las autoridades rusas declararon que seis presuntos miembros del EI habían muerto en un tiroteo en Ingushetia, en la región rusa del Cáucaso.

Declaraciones de indignación, conmoción y apoyo a los afectados por el atentado estuvieron llegando de todo el mundo el viernes..

Algunos comentaristas en redes sociales rusas se preguntaron cómo es que las autoridades, que vigilan y presionan sin descanso a los críticos del Kremlin, no identificaron la amenaza ni frustraron el atentado.

Funcionarios rusos dijeron que habían reforzado la seguridad en los aeropuertos y en las estaciones de ferrocarril de Moscú, así como en el extenso sistema de metro de la capital rusa. El alcalde de Moscú canceló todos los eventos multitudinarios, y los teatros y museos estarán cerrados el fin de semana. Otras regiones rusas también incrementaron la seguridad.

El Kremlin no culpó por el momento a nadie del ataque, pero algunos legisladores rusos rápidamente acusaron a Ucrania de estar detrás de él y pidieron intensificar la ofensiva. Horas antes del ataque, las fuerzas militares rusas bombardearon el sistema eléctrico de Ucrania, paralizando la mayor central hidroeléctrica del país y otras instalaciones energéticas, y dejando a más de un millón de personas sin electricidad.

Dmitry Medvedev, subdirector del Consejo de Seguridad de Rusia, dijo que si se demuestra la implicación de Kiev en el ataque contra la sala de conciertos, todos los implicados “deben ser localizados y eliminados sin piedad, incluidos los funcionarios del Estado que cometió semejante atrocidad”.

Algunos comentaristas en redes sociales rusas se preguntaron
Algunos comentaristas en redes sociales rusas se preguntaron cómo es que las autoridades, que vigilan y presionan sin descanso a los críticos del Kremlin, no identificaron la amenaza ni frustraron el atentado.
(Dmitry Serebryakov/AP)

Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, rechazó que Ucrania haya estado involucrada en el ataque contra la sala de conciertos.

“Ucrania nunca ha recurrido al uso de métodos terroristas”, publicó en X. “Todo en esta guerra se decidirá en el campo de batalla”.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que aún no podía hablar de todos los detalles pero que “las imágenes son simplemente horribles. Y es difícil mirarlas”.

El atentado del viernes ocurrió después de que, este mes, la embajada de Estados Unidos en Moscú instara a los estadounidenses a evitar lugares concurridos ante los “inminentes” planes de extremistas de atentar contra grandes concentraciones de personas en la capital rusa, incluidos conciertos. La advertencia fue repetida por varias embajadas occidentales más.

La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, dijo el viernes que el gobierno estadounidense tenía información sobre un atentado planeado en Moscú, lo que motivó el aviso del Departamento de Estado a los estadounidenses. Washington compartió la información con las autoridades rusas de acuerdo con su añeja política de “deber de advertir”, dijo Watson.

Putin, que extendió su mandato en Rusia por otros seis años en las elecciones presidenciales del 15 al 17 de marzo tras una amplia campaña contra la disidencia, criticó esta semana las advertencias occidentales y dijo que eran un intento de intimidar a los rusos. “Todo eso se parece a un chantaje público y a un intento de asustar y desestabilizar a nuestra sociedad”, señaló.

Rusia fue azotada por una serie de ataques terroristas mortales a principios de la década del 2000 durante la lucha contra los separatistas en la provincia rusia de Chechenia.

En octubre de 2002, combatientes chechenos tomaron a unas 800 personas como rehenes en un teatro de Moscú. Dos días después, las fuerzas especiales rusas irrumpieron en el edificio y 129 rehenes y 41 combatientes chechenos murieron, la mayoría a causa de los efectos del gas narcótico que las fuerzas rusas utilizaron para someter a los atacantes.

Y en septiembre de 2004, unos 30 combatientes chechenos tomaron una escuela en Beslan, en el sur de Rusia, y a cientos de rehenes. El asedio terminó en un baño de sangre dos días más tarde y murieron más de 330 personas, aproximadamente la mitad de las cuales eran niños.

Michael Balsamo, periodista de The Associated Press en Washington, contribuyó a este despacho.
Este despacho fue actualizado para corregir que John Kirby es portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, no el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca.

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