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Malasia corona a su nuevo rey en una ceremonia marcada por la pompa y el boato

El 17mo rey de Malasia, Sultan Ibrahim Iskandar, y la reina Raja Zarith Sofiah,
El 17mo rey de Malasia, Sultan Ibrahim Iskandar, y la reina Raja Zarith Sofiah, se acercan al trono durante su coronación, en el Palacio Nacional, en Kuala Lumpur, Malasia, el 20 de julio de 2024.
(Hasnoor Hussain / Associated Press)
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La pompa tradicional y los disparos de cañones marcaron el sábado la coronación del multimillonario rey de Malasia, el sultán Ibrahim Iskandar, quien se comprometió a gobernar con justicia durante los cinco años que durará su mandato en un sistema único de monarquía rotatoria.

El sultán Ibrahim, de 65 años, juró el cargo el 31 de enero. La coronación en el Palacio Nacional formalizó su papel como el 17mo rey del país en una ceremonia impregnada de la cultura y el boato malayos.

Nueve gobernantes estatales de etnia malaya se turnan en el trono durante periodos de cinco años en virtud de una monarquía rotatoria que se instauró tras independizarse de Reino Unido en 1957. Malasia tiene 13 estados, pero solo nueve tienen familias reales, algunas de las cuales remontan sus orígenes varios siglos hasta los reinos malayos que eran estados independientes hasta la unificación británica.

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Vestido con un traje y un tocado tradicional en negro y dorado, el sultán Ibrahim y la reina Raja Zarith Sofiah fueron recibidos con un saludo militar antes de subir al trono. Los jefes de las otras familias reales, el sultán de Brunei, Hassanal Bolkiah, y el rey de Bahréin, Hamad Isa al Khalifa, estaban en un escenario junto a los tronos.

Al inicio de la ceremonia, el sultán recibió una copia del Corán, que besó. Además, recibió una daga de oro, símbolo de poder. Después, el primer ministro, Anwar Ibrahim, prometió la lealtad de su gobierno y señaló que la monarquía era un pilar de fortaleza para la nación, antes de proclamarlo como nuevo rey de Malasia.

“Si Dios quiere, desempeñaré mis deberes con lealtad y honestidad, y reinaré con justicia”, dijo el sultán Ibrahim en su discurso de coronación, en el que pidió al gobierno de Anwar que redoble sus esfuerzos para mejorar las condiciones de vida de la población e impulsar el desarrollo del país.

Tras su juramento, los asistentes corearon “¡Viva el rey!” tres veces.

El sultán, natural del estado sureño de Johor, en la frontera con Singapur, es uno de los hombres más ricos del país, con un imperio que abarca desde telecomunicaciones a negocios inmobiliarios. Es conocido por su colección de autos y motos de lujo, y es el único gobernante estatal que cuenta con un pequeño ejército privado, una concesión a su estado cuando se unió a la Malasia actual. Ibrahim suele hablar de política nacional y se ha posicionado en contra de la corrupción y la discriminación racial.

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