Un vistazo a los términos y tensiones del acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamás
EL CAIRO — Si el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás se desarrolla según el borrador actual, entonces los combates se detendrán en Gaza durante 42 días, y decenas de rehenes israelíes y cientos de prisioneros palestinos serán liberados. En esta primera fase, las tropas israelíes se retirarán hacia los bordes de Gaza, y muchos palestinos podrán regresar a lo que queda de sus hogares a medida que aumenta la ayuda.
La pregunta es si el alto el fuego sobrevivirá más allá de esa primera fase.
Eso dependerá de más negociaciones que deberían comenzar en las próximas semanas. En esas conversaciones, Israel, Hamás y los mediadores de Estados Unidos, Egipto y Catar tendrán que abordar el difícil tema de cómo se gobernará Gaza, ya que Israel exige la eliminación de Hamás.
Sin un acuerdo dentro de esos 42 días para comenzar la segunda fase, Israel podría reanudar su ofensiva en Gaza para destruir a Hamás, incluso mientras decenas de rehenes permanecen en manos de los milicianos.
Hamás ha aceptado un borrador del acuerdo de alto el fuego, según han confirmado dos funcionarios. Sin embargo, de acuerdo con funcionarios israelíes, aún se están ultimando los detalles, lo que significa que algunas condiciones podrían cambiar o incluso podría fracasar el acuerdo en su totalidad. A continuación, un vistazo al plan y a los posibles escollos del borrador al que ha tenido acceso The Associated Press.
Intercambio de rehenes por palestinos encarcelados
Durante la primera fase, Hamás liberará a 33 rehenes a cambio de la liberación de cientos de palestinos encarcelados por Israel. Al final de la fase, todas las mujeres, niños y ancianos vivos retenidos por los milicianos deberían ser liberados.
Unos 100 israelíes siguen cautivos dentro de Gaza, una mezcla de civiles y soldados, y el ejército cree que al menos un tercio de ellos están muertos.
En el primer día oficial del alto el fuego, Hamás liberará a tres rehenes, luego otros cuatro al séptimo día. Después de eso, liberará a tres rehenes cada siete días.
Qué rehenes y cuántos palestinos serán liberados es una cuestión compleja. Entre los 33 israelíes habrá mujeres, niños y mayores de 50 años, casi todos civiles, pero el acuerdo compromete a Hamás a liberar a todas las mujeres soldado vivas. Hamás liberará primero a los rehenes vivos, pero si los vivos no completan el número de 33, se entregarán los cadáveres. No todos los rehenes están en manos de Hamás, por lo que conseguir que otros grupos de milicianos los entreguen podría ser un problema.
A cambio, Israel liberará a 30 mujeres, niños o ancianos palestinos por cada rehén civil vivo liberado. Por cada mujer soldado liberada, Israel liberará a 50 prisioneros palestinos, incluidos 30 que cumplen cadena perpetua. A cambio de cuerpos entregados por Hamás, Israel liberará a todas las mujeres y niños que ha detenido de Gaza desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023.
Docenas de hombres, incluidos soldados, permanecerán cautivos en Gaza, pendientes de la segunda fase.
Retirada israelí y el retorno de los palestinos
Durante el curso de la primera fase del acuerdo propuesto, las tropas israelíes se retirarán a una zona de amortiguamiento de aproximadamente un kilómetro (0,6 millas) de ancho dentro de Gaza a lo largo de sus fronteras con Israel.
Esto permitirá a los palestinos desplazados regresar a sus hogares, incluidos los de la Ciudad de Gaza y el norte de Gaza. Dado que la mayor parte de la población de Gaza se ha visto obligada a instalarse en enormes y precarios campos de carpas, los palestinos están desesperados por volver a sus hogares, a pesar de que muchos han sido destruidos o gravemente dañados por la ofensiva israelí.
Pero hay complicaciones. Durante el último año de negociaciones, Israel ha insistido en que debe controlar el movimiento de los palestinos hacia el norte para asegurar que Hamás no lleve armas de vuelta a esas áreas.
A lo largo de la guerra, el ejército israelí ha separado el norte del resto de Gaza controlando el llamado Corredor de Netzarim, un cinturón que atraviesa la franja donde las tropas desalojaron a la población palestina y establecieron bases. Esto les permitía registrar a las personas que huían del norte hacia el centro de Gaza y prohibir el regreso a cualquiera que intentara regresar.
El borrador visto por la AP especifica que Israel debe abandonar el corredor. En la primera semana, las tropas se retirarían de la principal carretera costera norte-sur, la carretera Rasheed, lo que abriría una ruta para que los palestinos regresen. Para el día 22 del alto el fuego, las tropas israelíes deberían abandonar todo el corredor.
Sin embargo, mientras las conversaciones continuaban el martes, un funcionario israelí insistió en que no habrá libre movimiento y habrá arreglos de seguridad israelíes para monitorear a quienes se dirigen hacia el norte. No dio detalles. El funcionario habló bajo condición de anonimato para discutir negociaciones a puerta cerrada.
Esto sugiere que aún se están concretando los detalles, lo que podría ser una fuente de fricción.
Durante la primera fase, Israel mantendrá el control del Corredor de Filadelfia, la franja de territorio a lo largo de la frontera de Gaza con Egipto, incluido el cruce de Rafah. Hamás ha retirado las demandas de que Israel se retire de esta área.
Ayuda humanitaria
En la primera fase, se aumentará la entrada de ayuda a Gaza a cientos de camiones al día de alimentos, medicinas, suministros y combustible para aliviar la crisis humanitaria. Esto es mucho más de lo que Israel ha permitido durante toda la guerra.
Durante meses, los grupos de ayuda han tenido dificultades para distribuir a los palestinos incluso el goteo de ayuda que entraba en Gaza debido a las restricciones militares israelíes y a los robos desenfrenados de camiones de ayuda por parte de pandillas. El fin de los combates debería aliviar esta situación.
Hay mucha necesidad. La desnutrición y las enfermedades son rampantes entre los palestinos, apiñados en casas de campaña y con escasez de alimentos y agua limpia. Los hospitales han sido dañados y carecen de suministros. El acuerdo de borrador especifica que se permitirá la entrada de equipos para construir refugios para decenas de miles cuyos hogares fueron destruidos y para reconstruir infraestructuras como electricidad, alcantarillado, comunicaciones y sistemas viales.
Pero en este caso también la puesta en marcha podría acarrear problemas.
Incluso antes de la guerra, Israel había restringido la entrada de algunos equipos, argumentando que podrían ser utilizados para fines militares por Hamás. Otro funcionario israelí dijo que aún se están trabajando los arreglos sobre la distribución de ayuda y la limpieza, pero el plan es evitar que Hamás tenga algún papel.
Además, complicando las cosas, el gobierno de Israel sigue comprometido con su plan de prohibir la operación de UNRWA y cortar todos los lazos entre la agencia y el gobierno israelí. La agencia de la ONU es el principal distribuidor de ayuda en Gaza y proporciona educación, salud y otros servicios básicos a millones de refugiados palestinos en toda la región, incluida Cisjordania ocupada por Israel.
La segunda fase
Si todo esto sale bien, las partes aún deben abordar la segunda fase. Las negociaciones al respecto comenzarán el día 16 del alto el fuego.
Las líneas generales de la segunda fase están recogidas en el borrador: Todos los rehenes restantes serán liberados a cambio de una retirada completa de Israel de Gaza y una “calma sostenible”.
Pero ese intercambio aparentemente básico abre problemas mucho mayores.
Israel ha dicho que no aceptará una retirada completa hasta que se eliminen las capacidades militares y políticas de Hamás y no pueda rearmarse, asegurando que Hamás ya no gobierne Gaza. Hamás dice que no entregará los últimos rehenes hasta que Israel retire todas las tropas de todas partes en Gaza.
Por lo tanto, las negociaciones tendrán que hacer que ambas partes acuerden una alternativa para gobernar Gaza. Efectivamente, Hamás tiene que aceptar su propia eliminación del poder, algo que ha dicho que está dispuesto a hacer, pero puede buscar mantener una mano en cualquier gobierno futuro, lo cual Israel ha rechazado vehementemente.
El borrador del acuerdo establece que la segunda fase debe estar concluida antes de que finalice la primera.
Ambas partes estarán presionadas para llegar a un acuerdo, pero ¿qué ocurrirá si no lo consiguen? La situación podría tomar muchos caminos.
Hamás había querido garantías escritas de que un alto el fuego continuaría mientras fuera necesario para acordar la fase dos. Abandonó esa demanda hace meses y se ha conformado con garantías verbales de Estados Unidos, Egipto y Catar.
Israel, sin embargo, no ha dado garantías. Entonces, Israel podría amenazar con una nueva acción militar para presionar a Hamás en las negociaciones o podría reanudar directamente su ofensiva militar, como ha amenazado hacer el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Hamás y los mediadores apuestan a que el impulso de la primera fase dificultará que lo haga. Relanzar el asalto supondría el riesgo de perder a los rehenes restantes —lo que enfurecería a muchos en contra de Netanyahu—, aunque no llegar a destruir a Hamás también enfurecería a socios políticos clave.
Si todo eso funciona, la tercera fase probablemente será menos conflictiva: los cuerpos de los rehenes restantes serían devueltos a cambio de un plan de reconstrucción de 3 a 5 años que se llevaría a cabo en Gaza bajo supervisión internacional.
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