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¿Qué harían ustedes si tuvieran un hijo desaparecido?

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“Si ustedes tuvieran un hijo desaparecido, ¿qué harían?”, preguntó una mujer al encarar a los agentes de la Policía Federal que cubrieron la caseta de Palo Blanco de la Autopista del Sol.

“Son ustedes unos desgraciados que no tienen conciencia”, gritó otra mujer que llevaba en sus manos un cartel con el rostro de uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos desde hace 259 días en la ciudad de Iguala.

Ayer, alrededor de 500 manifestantes entre padres de familia y normalistas de primero, segundo y tercer grado de la escuela rural arribaron en diez autobuses a la caseta para realizar un boteo.

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Sin embargo, su llegada coincidió con la de 15 autobuses repletos de agentes federales.
De inmediato, los policías bajaron con escudos, toletes y algunos con rifles con lanza granadas de gases lacrimógenos para posesionarse de la zona.

Unos diez normalistas de Ayotzinapa ya tenían listos los cohetones para lanzarlos contra los agentes en caso de que iniciara la confrontación. Otros, juntaron piedras.

Un comandante de la Policía Federal que tenía en su camisola los apellidos M. Ponce de la Cruz dialogó con el vocero de los padres de los estudiantes desaparecidos, Felipe de la Cruz a quien le dijo: “Yo estoy con ustedes, sé lo que sienten, pero aquí solo obedezco órdenes”.

“Estamos en son de paz”, le respondió De la Cruz. “No vamos a afectar a terceras personas y lo único que queremos es botear porque no tenemos recursos económicos para realizar nuestras actividades de aquí el 26 de este mes cuando se cumple un año de la desaparición de los 43 normalistas”.

Después, el vocero hizo varias llamadas a funcionarios de la Secretaría de Gobernación.
“Hablé con el secretario particular del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y me dijo que no podemos realizar estas acciones. Eso es una amenaza de represión”, contó De la Cruz.

Y par evitar una confrontación, se dio la orden de retirada.

“Son ustedes unos cobardes. A ver, ¿por qué no van a agarrar al Chapo Guzmán?, gritó una de las madres de los normalistas a los policías federales.

De regreso hacia Chilpancingo, estudiantes de Ayotzinapa que iban en vehículos lanzaron piedras contra los autobuses vacíos de la Policía Federal. Los vidrios de tres unidades quedaron en añicos.

Poco después de las 12:00 horas, al llegar al kilómetro 272 de la Autopista del Sol, a la altura del Parador del Marqués, los normalistas y padres de familia decidieron bloquear la zona. Aquí donde el 12 de diciembre del 2011, agentes federales y estatales desalojaron a balazos una manifestación de estudiantes de esta escuela en donde murieron Jorge Alexis Herrera y Gabriel de Jesús García.

Una hora después, la autopista y el entronque de la carretera federal a Acapulco y a los municipios de Mochitlán y Quechultenango estaban cerradas. Cinco tráilers repartidores de diversos productos fueron atravesados sobre la vía.

“Aquí vamos a esperar a los federales”, decían los normalistas, mientras un grupo de 300 policías permanecía a 200 metros del bloqueo.

Cientos de vehículos quedaron varados en ambos sentidos. Felipe de la Cruz y Melitón Ortega, éste último papá del estudiante desaparecido Mauricio Ortega, ordenaron que por media hora se abriera un carril para darle vialidad a los automovilistas.

“El Presidente Enrique Peña Nieto tendrá que aguantarnos, ya que si el 24 de este mes no nos da una respuesta positiva sobre nuestros jóvenes desaparecidos las protestas se van a intensificar”, refirió el vocero.

A las 14:30 horas, los normalistas desbloquearon las vías federales.

“Esto es solamente una probadita de lo que en los próximos días vamos a realizar”, dijo uno de los normalistas.

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