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El viaje de Sean Penn al encuentro con ‘El Chapo’ Guzmán

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“México tiene, en efecto, dos Presidentes. Y entre los dos, no es a Peña Nieto al que “Espinoza” y yo planeamos ver”.

Así resume Sean Penn lo que sentía al alojarse en el mismo hotel neoyorquino que el Mandatario mexicano cuando ya tenía acordado reunirse con “El Chapo”, Guzmán.

En una dilatada crónica, el actor describe la aventura que supuso lograr la única entrevista que el jefe del Cártel de Sinaloa ha concedido jamás fuera de una sala de interrogatorio.

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Tras semanas de organización clandestina, Penn y la actriz mexicana Kate del Castillo, quien llevaba más de un año intercambiando mensajes con el capo, volaron junto a sus compañeros “Espinoza” y “El Alto” desde Los Ángeles hasta suelo mexicano.

Allí, en una ciudad no especificada, un coche los recogería para transportarlos hasta una pequeña aeronave. Al volante: Alfredo Guzmán, hijo de “El Chapo”.

Tras dos horas más de vuelo, esperaban los actores y sus acompañantes otras siete de trayecto por sendas selváticas y montañosas.

En un punto del recorrido, llegaron a un puesto de control militar. Dos militares uniformados, armas en alto, se acercaron al vehículo y, al ver el rostro del hijo del narcotraficante, se retiraron, avergonzados. Los dejaron pasar.

“Así es, el poder de la cara de un Guzmán”, escribe Penn.

Unas horas más tarde, allí estaban. Cara a cara con el hombre más buscado del mundo, ataviado con camisa de lana y pantalones negros y exhibiendo una gran sonrisa.

Inmediatamente, Joaquín Guzmán saludó a Del Castillo -”como a una hija que vuelve de la universidad”, describe el actor- y a continuación estrechó la mano de Penn.

Comieron y bebieron. Esta, la noche del 2 al 3 de octubre, no era el día en que tendría lugar la entrevista, sino en el que “El Chapo” quería conocer al entrevistador. Penn, aun así, lanzó preguntas ocasionales.

“De todos los países y culturas con los que hace negocios, ¿cuáles son los más difíciles?”, le cuestionó.

“Ninguno”, contestó el narco, tajante.

A lo largo de siete horas hablaron de política, de Medio Oriente, de Trump, de la familia, de la droga, de los negocios, de la vida y de la muerte. El actor no tomó una sola nota.

Tras los tacos y los tequilas, ambos acordaron verse dentro de ocho días para realizar la entrevista. Penn, a cambio, le pidió una fotografía para poder demostrar a Rolling Stone, la revista donde sería publicada la crónica, que lo había conocido.

Se estrecharon la mano, miraron a cámara, no sonrieron. Alfredo Guzmán toma la fotografía, una para la historia.

Tres días después de despedirse, llegó la noticia: la zona donde se habían reunido era objeto de una intensa búsqueda por parte de la Marina mexicana. El 16 de octubre, el Gobierno de Enrique Peña Nieto informó que el narcotraficante había resultado herido.

Contactar con él se volvió imposible, lo que no fue excusa para el actor: se presentó, como había acordado, en un aeropuerto mexicano ocho días después de su primera reunión.

“Esperé en ese aeropuerto durante varias horas, para asegurarme de que supieran que había cumplido con mi compromiso”, relata Penn.

No hubo contacto alguno. Regresó a Los Ángeles.

Las siguientes semanas fueron difíciles. Él y Del Castillo intentaron ponerse en contacto con el capo de toda forma imaginable. Las respuestas, por servicio de mensajería de BlackBerry, fueron cortas y evasivas. Había motivos de sobra: todos estaban seguros de que la DEA vigilaba a los actores.

El estadounidense llegó, incluso, a diseñar un plan para cruzar a México que incluía introducirse en una cajuela, contratar un coche de alquiler y atravesar un paso fronterizo no vigilado para, finalmente, reunirse con los hombres de Guzmán.

No fue necesario, llegaron a un acuerdo. Mediante mensajes, Penn mandó todas las preguntas al “Chapo”, quien se comprometió a contestarlas todas en video.

Tras lo que pareció una eternidad, un archivo multimedia llegó al correo de Kate del Castillo. En la grabación, sin su característico bigote, el narcotraficante habla directamente a la cámara.

“Quiero dejar en claro que el contenido de esta entrevista es exclusivo para la señorita Kate del Castillo y el señor Sean Penn”.

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