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Elogian en Panamá la prosa impecable y la poética de Juan Rulfo en su centenario

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El cuentista y ensayista panameño Enrique Jaramillo Levi destacó hoy la prosa de calidad “impecable” y “extremadamente poética” de Juan Rulfo, en una conferencia que ofreció en el Centro Cultural de España en Panamá con motivo del centenario del nacimiento del autor mexicano.

Jaramillo Levi recordó al “tímido y callado” autor de “Pedro Páramo” (1955), “El gallo de oro” (1980) y “El llano en llamas” (1953), sus únicos tres libros, como un narrador “singular” y uno de los “más importantes escritores latinoamericanos del siglo XX” que nunca permitió que la fama “cambiara su apacible forma de ser”.

En su conferencia “Recordando a Juan Rulfo”, organizada por las embajadas de España y México, Jaramillo Levi indicó que “una parte al menos de la grandeza de este callado escritor” radica en cierta medida en la “calidad impecable” de su prosa que “habla por sí sola” y que “a ratos nos resulta (también) extremadamente poética”.

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El cuentista panameño, quien en 1971 participó en un taller de creación literaria dirigido por Rulfo, señaló a Acan-Efe que con su “inmensa modestia y timidez”, Rulfo (1917-1986) “a su modo era un genio literario, solo que él no lo supo hasta que su talento lo hizo célebre. Y luego se apocó”.

Resaltó que Juan Rulfo “supo crear un estilo propio, diferente parco y a la vez muy poético”, y también reflejar la idiosincracia del mexicano del campo (de algunos pueblos de Jalisco), su habla lacónica, sus traumas y sus temores, sus instintos y sus ilusiones, su desesperanza fatal”.

Durante el coloquio, Jaramillo Levi dijo que en este emblemático autor “la sencillez narrativa, cuando a menudo ocurre, no impide que esté presente una innegable complejidad; ni el silencio que permea buena parte de su obra niega el ímpetu avasallador de los murmullos, mucho menos la violencia implícita”.

Pero ocurre, agregó, que “esa es la percepción del mundo que tiene Rulfo, de sus lacónicos personajes, de la naturaleza humana misma, descarnada, y lamentablemente el México violento de hoy le está dando la razón”.

En términos generales, explicó, tanto en “El llano en llamas” como en “Pedro Páramo” la visión de mundo del autor es la de una “endémica imposibilidad de redención”, pero que aún así sus historias invitan a pensar y a reaccionar “para que, en lo posible, con nuestro propio accionar, el mundo sea mejor”.

Consideró que tal vez la visión de Rulfo no era tan negativamente utópica como algunos lectores podrían pensarlo, “sino más bien la de un solitario visionario de lo peor de la condición humana, quien no obstante jamás renunció a la poesía que toda vida entraña, ni a la difícil búsqueda del rescate de la dignidad humana”.

Jaramillo Levi, promotor cultural y autor de libros de poesía y teatro, detalló también que un trabajo del investigador y periodista mexicano Roberto García Bonillla, publicado en mayo pasado en la revista Nexos, reveló que existen unos 60 textos de Rulfo, entre prólogos, presentaciones, ponencias, monografías y unos 400 más sobre arquitectura, “casi todos inéditos”.

Detalló que García descubrió además que Rulfo trabajó en un proyecto de novela titulada “La cordillera” y en el libro de cuentos “Días sin floresta”, que nunca se publicaron, y que también fue un creador de imágenes, dejando unos 7.000 negativos, de los cuales se conocen unas 500 fotografías.

“Si eso fue cierto, Rulfo nunca dejó de escribir, pero no se atrevió a volver a publicar, probablemente debido a la inseguridad que sentía de no poder superar la excelencia de su obra anterior”, indicó.

El ensayista panameño dijo a Acan-Efe que muchísimos lectores hubieran querido que Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaino dejara otras muestras de su narrativa, pero que “supo callar cuando entendió que había dicho todo lo que tenía que decir”.

Aún así, remarcó, “no ha dejado de leerse ni de publicarse. Y la admiración por su genio, y por su honestidad, siguen imbatibles”.

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