Anuncio

Paradoja y falsedad subyacen a historia de la “Conquista de México”

Share via
EFE

Al cumplirse cinco siglos de la llegada de la flota de Hernán Cortés al continente americano, proliferan las alusiones a la victoria de los españoles sobre los aztecas y la “Conquista de México”, lo que entraña tanto una paradoja como una falsedad, o al menos imprecisión, histórica.

Como señala el prominente historiador mexicano Miguel León-Portilla en “Los aztecas: disquisiciones sobre un gentilicio” (2000), las fuentes más antiguas refieren que el nombre “azteca” proviene del lugar de origen de este pueblo, Aztlan, sitio al que a veces se le denomina Chicomóztoc.

León-Portilla indica que en varias de esas fuentes Aztlan y Chicomóztoc aparecen como lugares de origen no sólo de los aztecas sino también de otros pueblos nahuatlacas, o de habla náhuatl.

Anuncio

El investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cita al cronista indígena Cristóbal del Castillo (1526-1606), quien afirma que “los que gobiernan en Aztlan Chicomóztoc son los aztecas chicomoztocas”.

“Y sus macehuales (vasallos) eran los mexitin, los ribereños, los pescadores de los gobernantes aztecas (...), y sus gobernantes los maltrataban mucho, mucho los hacían tributar”, dice el cronista.

De acuerdo con Del Castillo y otras fuentes, los oprimidos tenían un sacerdote llamado Huítzil, quien suplicaba a Tetzauhtéotl, su dios protector, que liberara a su pueblo.

“El dios portentoso oyó su petición y ordenó a su pueblo que saliera de ese lugar y abandonara para siempre a sus antiguos dominadores”, dicen las fuentes citadas por León-Portilla.

El historiador, máxima autoridad en pensamiento y literatura náhuatl, indica que el Códice Aubin (1576) recrea las palabras del dios protector a su pueblo: “Les dijo: Ahora ya no será vuestro nombra aztecas, vosotros seréis mexicas”.

Fueron estos mexicas, escindidos de los aztecas, quienes probablemente a principios del siglo XIV fundarían Tenochtitlan en lo que hoy es Ciudad de México.

León-Portilla afirma que el cambio de nombre prevaleció y que en los textos en náhuatl se empleó el gentilicio mexicas, mientras en las crónicas y otros escritos en castellano el nombre se transformó en mexicanos. El propio Cortés, en sus cartas de relación al emperador Carlos V, se refiere a ellos como “los de México”.

Agrega que no fue sino hasta 1810 que el empleo de la palabra “mexicano” comienza a ceder terreno al de “aztecas”. En ese año apareció en francés la obra “Vistas de las Cordilleras y Monumentos de los Pueblos Indígenas de América”, de Alejandro de Humboldt, quien en numerosas ocasiones emplea el gentilicio “aztecas”.

El término se extendió poco a poco, tal vez en gran medida porque, incluso desde antes de consumarse la independencia de México en 1821, se quiso distinguir entre el nombre de los habitantes de todo el país, conocidos ya como mexicanos, y el del antiguo pueblo que había fundado Tenochtitlan.

El historiador destaca una paradoja en ello: “?Por qué dentro y fuera se suele decir que México es ‘el país azteca’? ?Por qué se continúa dando tal nombre -el de los execrados dominadores de los mexicas- a cuanto hay en el país entero?”.

Y a continuación se pregunta si México podrá finalmente fincar su grandeza “en sus muy hondas y variadas raíces”, entre las que menciona a sus muchos pueblos originarios, así como los españoles, los africanos traídos como esclavos por éstos y todos cuantos, en diversos tiempos, se han establecido en el país.

Es precisamente en la multiplicidad de culturas autóctonas -que se manifiesta en las 68 lenguas indígenas que sobreviven hasta la actualidad, incluido en náhuatl- donde radica la imprecisión de magnitud literalmente histórica sobre la Conquista.

En su ponencia “?Quién conquistó México? Nuevas respuestas a una vieja pregunta”, el historiador Federico Navarrete, también investigador de la UNAM, expuso este 3 de abril que la respuesta convencional es que la conquista la realizaron los españoles.

“Se basa en un relato que conocemos muy bien: unos cuantos centenares de expedicionarios españoles lograron derrotar en poco más de dos años a un imperio poblado por millones de nativos que tenían a su disposición ejércitos de decenas de miles de guerreros”, expuso.

Esto fue inventado por Cortés en sus cartas de relación, afirmó el especialista, quien consideró plausible el cálculo del historiador británico Matthew Restall de que por cada soldado español en el ejército que tomó y destruyó Tenochtitlan en 1521 había 200 indígenas de otros pueblos que se aliaron con Cortés contra sus opresores mexicas.

“Por ello, más que hablar de una expedición española, es más exacto y justo hablar de un ejército indoespañol”, puntualizó Navarrete durante su participación en el ciclo de conferencias “1519. El Encuentro de Dos Mundos”, organizado por la UNAM.

Al respecto, el destacado arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma señaló el 27 de marzo en su ponencia “Posibles causas de la caída de Tenochtitlan” que “cuando hablamos y nos referimos a este episodio decimos ‘Cuando vinieron los españoles y nos conquistaron’, como si fuéramos mexicas todos”.

“Ahora, como pueblos mestizos, una parte de nosotros conquistó a la otra parte y de ahí devenimos todos en buena medida porque hay grupos indígenas que tienen sus propias lenguas y su pensamiento”, puntualizó el investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

De tal forma que ni los españoles por sí mismos conquistaron a los mexicas, ni la entidad conquistada fue México, país que surgió precisamente de ese encuentro traumático de culturas, de la colonia y la independencia, concretada siglos más tarde en 1821.

Anuncio