Las protestas en EE.UU provocan reflexiones sobre la violencia de clase, raza y la policía en México
México tiene una larga historia de desigualdad racial
Un grupo que protestaba por la muerte de un hombre de 30 años bajo custodia policial incendió un par de camionetas policiales, rompió ventanas y destrozó un edificio del gobierno, en medio de oleadas de gases lacrimógenos lanzados por los oficiales.
La tumultuosa escena del jueves reflejó episodios de violencia que acompañaron protestas pacíficas en ciudades de EE.UU en los últimos días. Pero en el caso de Giovanni López Ramírez, la acción se desarrolló en el centro histórico de Guadalajara, la segunda ciudad más poblada de México.
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Los eventos siguieron a una campaña en las redes sociales que comparó el destino de López con el de George Floyd, cuya muerte mientras estaba detenido por la policía de Minneapolis ha provocado cargos de asesinato y la indignación por el racismo en Estados Unidos.
Las fotos de los dos hombres lado a lado han circulado en Twitter, junto con la frase: “Giovanni no murió, la policía lo mató”.
El incidente mexicano incluso tuvo un giro en la era de la pandemia: los activistas alegaron que la policía inicialmente arrestó a López por no usar una mascarilla facial, una versión rechazada por las autoridades.
La protestas por la muerte de un joven a manos de un policía se vieron manchadas
Los disturbios civiles al norte de la frontera han paralizado a muchos en México.
Los medios de comunicación han presentado imágenes de grandes multitudes de manifestantes y de vehículos blindados que rugen por las calles de Estados Unidos.
Esa agitación, junto con el caso López y otros aquí, están provocando reflexiones sobre el papel de la policía mexicana, así como la relación del país con la raza.
“Cuando terminemos nuestro importante apoyo al movimiento antirracista en Estados Unidos, ¿podemos hablar sobre el racismo en México?”, preguntó Tenoch Huerta Mejía, la estrella mexicana de la serie de Netflix “Narcos”, en un video ampliamente compartido publicado en línea. “¿O seguirá siendo tabú?”
Si bien la raza es a menudo el centro del escenario en Estados Unidos, las discusiones sobre la misma en gran medida no se han dicho aquí. Cuando se discute el concepto de raza a menudo se entrelaza con cuestiones de clase.
México celebra oficialmente su mestizaje, o herencia de raza mixta, y hace una excepción a lo que muchos ven aquí como un trato racista de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos.
“Durante mucho tiempo, México se consideraba a sí mismo como un país no racista, en gran medida debido al contraste entre México y Estados Unidos”, expuso Claudio Lomnitz, profesor de antropología en la Universidad de Columbia en Nueva York, quien ha estudiado el tema. “Pero eso también contribuyó a una prolongada negación del racismo en México”.
Algunos dicen que sabían del alto riesgo de Covid-19 dentro de las fábricas mexicanas, pero necesitaban los trabajos
Otra publicación reciente en línea, del conocido influyente de redes sociales Juanpa Zurita, provocó una burla generalizada después de que dijó que no entendía el racismo que alimentaba las protestas estadounidenses. “En México no experimentamos ese tipo de cosas”, dijo.
Los detractores inmediatamente se lanzaron sobre lo que muchos llamaron un punto ciego en la sociedad mexicana.
“Así es como se ve el privilegio”, escribió el crítico cultural Fernando Bustos Gorozpe en Twitter, respondiendo a los comentarios de Zurita. “Alguien que le cuenta todo el racismo y el clasismo que existe en este país que aparentemente no ve”.
Un miembro del consejo de negocios dice que el saqueo durante las protestas en el centro de L.A. dañaría desproporcionadamente a la clase trabajadora y a la gente de color.
Hace más de una década, el entonces presidente Vicente Fox causó furor en Estados Unidos cuando declaró que los inmigrantes mexicanos “están haciendo los trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer”. La mayoría de los comentarios se ignoraron en México, donde muchos los consideraron precisos, aunque expresados de manera poco elegante.
México es el hogar de una pequeña comunidad negra, en su mayoría descendientes de esclavos traídos por los conquistadores españoles.
El segundo presidente de México, Vicente Guerrero, que se dice que es de herencia parcial africana, prohibió la esclavitud en 1829, un paso que durante mucho tiempo ha sido un motivo de orgullo en México, comparado favorablemente con la abolición tardía en Estados Unidos.
No hubo una guerra civil en México vinculada a la esclavitud, ni Jim Crow o un movimiento de derechos civiles al estilo estadounidense.
La Revolución mexicana fue uno de los conflictos característicos del siglo XX, pero se trataba sobre la clase, el empoderamiento de los campesinos sin tierra y la resistencia a la dictadura estaban en su núcleo, no en la raza.
Aún así, México tiene una larga historia de desigualdad racial.
Los descendientes europeos de piel clara han tenido históricamente un dominio desproporcionado en la política mexicana, la industria, la academia, el entretenimiento y otros campos.
Los mexicanos indígenas, aproximadamente el 10% de la población, tienen más probabilidades de vivir en la pobreza que los mestizos, que constituyen la mayoría de la población de México.
En los últimos años, ha habido un llamado creciente a una mayor representación cultural de las personas indígenas y de piel oscura en el cine y la televisión mexicanos, que tienden a destacar a los actores de piel clara.
En México, la policía ha tenido una reputación de corrupción y violencia extrajudicial. Las encuestas muestran que la policía se encuentra entre los empleados gubernamentales menos confiables.
El hecho de que la policía trabajara frecuentemente para bandas criminales llevó al entonces presidente mexicano Felipe Calderón a enviar soldados y marinos a las calles para combatir a los narcotraficantes en 2006, la descarga inicial en la fallida guerra contra las drogas de casi 15 años de duración.
Los activistas que hablan lenguas indígenas se esfuerzan por mantener informadas a las comunidades indígenas mexicanas y centroamericanas sobre la pandemia de coronavirus.
Un esfuerzo paralelo de reforma policial impulsado por Calderón con la ayuda de Washington también fracasó en gran medida. Ninguno de sus sucesores ha puesto mucho énfasis en eliminar a los oficiales corruptos, aumentar los salarios de la policía o mejorar la capacitación.
Enormes manifestaciones anuales en honor a las decenas de miles de mexicanos que han sido desaparecidos por la fuerza a menudo denuncian el papel de la policía como cómplices de pandillas.
En la Ciudad de México en los últimos días, cientos de personas se han reunido frente a la embajada de Estados Unidos. El embajador estadounidense Christopher Landau agradeció públicamente a la policía mexicana por intervenir el viernes “cuando una banda de violentos anarquistas atacó nuestra misión diplomática con cócteles molotov y rocas”.
Algunos manifestantes procedieron a romper las ventanas de las tiendas a lo largo del elegante Paseo de la Reforma y en las calles cercanas, pintando con aerosol las paredes con lemas que denunciaban a la policía y el racismo.
En Guadalajara, el jueves, unos 150 manifestantes exigieron “¡Justicia para Giovanni!” y centró la atención nacional en el caso incendiario de López, un trabajador de la construcción desempleado que murió el mes pasado después de ser arrestado en el suburbio de Guadalajara de Ixtlahuacán de los Membrillos.
Las protestas y las historias de los medios no se han centrado en lo más mínimo en su herencia: era mestizo como la mayoría de los mexicanos; pero las protestas de Estados Unidos por el asesinato de un hombre negro han ayudado a la indignación de la gente.
En un comunicado, el fiscal general del estado de Jalisco, que incluye a Guadalajara, dijo que la policía arrestó a López el 4 de mayo “por presunta conducta violenta”. En las redes sociales ha circulado un video de la policía confrontando a López y obligándolo a subir a una patrulla.
Según informes locales, el hermano de López, Christian, dijo que fue testigo de cómo la policía golpeaba a su hermano en la escena del arresto. Cuando una tía fue a la estación de policía a la mañana siguiente para preguntar sobre el destino de López, le dijeron que había sido enviado a un hospital en Guadalajara. Ahí fue donde fue declarado muerto el 5 de mayo.
Un certificado de defunción publicado por los medios locales declaró que “una lesión cerebral traumática” era la causa. López también recibió un disparo en la pierna izquierda, reveló su hermano.
Tres policías han sido arrestados en el caso, informaron las autoridades.
El jueves, la policía que inicialmente evitó confrontar a la multitud enojada en Guadalajara finalmente se mudó cuando los manifestantes rompieron ventanas, pintaron con aerosol las paredes e intentaron derribar y prender fuego a las puertas de madera del complejo del gobierno de la era colonial.
El video mostró a un hombre mojando la espalda de un policía en motocicleta con líquido inflamable y encendiéndolo. Los colegas extinguieron las llamas mientras policías enfurecidos maltrataban a los manifestantes.
En total, dicen las autoridades, 28 personas fueron arrestadas y media docena de oficiales resultaron heridos.
Todos fueron liberados posteriormente, y el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, se disculpó por los ataques policiales contra los manifestantes durante una protesta de seguimiento el viernes.
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