20 fotos del ‘Día de Muertos’ en México
La centenaria festividad del ‘Día de Muertos’ que se celebra el 1 y 2 de noviembre es una ocasión para recordar a los muertos, y no de temer su regreso o de revivir viejos odios

Decenas de personas participan en el desfile Animas del Desierto, en las festividades del Día de Muertos, en la ciudad de Saltillo, en el estado de Coahuila (México). (Miguel Sierra/EFE)
México celebra su fiesta del ‘Día de Muertos’, fiel a las raíces de la festividad, el evento se convierte en una oportunidad de reflexión y reconciliación, en lugar de venganza.

Habitantes participan en la ofrenda gigantesca colocada en la explanada del Zócalo durante la festividad del Día de los Muertos en Ciudad de México. EL Día de los Muertos tiene sus raíces en las antiguas culturas prehispánicas y manifiestan el sincretismo religioso de numerosas costumbres de los mexicanos. (Mario Guzmán/EFE)

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, posa con participantes en la celebración del Día de Muertos, en el Zócalo de Ciudad de México. (Sáshenka Gutiérrez/EFE)

Asistentes participan en la megaofrenda del Día de Muertos, este viernes durante la celebración en el Zócalo de Ciudad de México. (Sáshenka Gutiérrez/EFE)

Asistentes participan en la megaofrenda del Día de Muertos, este viernes durante la celebración en el Zócalo de Ciudad de México. (Sáshenka Gutiérrez/EFE)

Asistentes disfrazados de catrinas posan durante la inauguración de la megaofrenda del Día de Muertos, en el Zócalo de Ciudad de México. (Sáshenka Gutiérrez/EFE)

Mujeres disfrazadas de Catrinas posan este viernes en la inauguración de la ofrenda gigantesca colocada en la explanada del Zócalo durante la festividad del Día de los Muertos en Ciudad de México. El Día de los Muertos tiene sus raíces en las antiguas culturas prehispánicas y manifiestan el sincretismo religioso de numerosas costumbres de los mexicanos. (Mario Guzmán/EFE)

Vista general del Zócalo capitalino durante la megaofrenda del Día de Muertos, en Ciudad de México. (Sáshenka Gutiérrez/EFE)

Habitantes participan en las llamadas “muerteadas de Jalapa del Valle” , toda una exhibición imaginaria de la convivencia entre la vida y la muerte, entrelazados por las bandas de música de viento, en Oaxaca (México). La música de viento identifica a las comunidades del sureño estado mexicano y sella la vida desde que las personas nacen hasta que exhalan su último suspiro para entrar al mundo de los muertos. (Arturo Velazquez/EFE)

Habitantes participan en la madrugada de este sábado de Las llamadas “muerteadas de Jalapa del Valle” , toda una exhibición imaginaria de la convivencia entre la vida y la muerte, entrelazados por las bandas de música de viento, en Oaxaca (México). La música de viento identifica a las comunidades del sureño estado mexicano de Oaxaca y sella la vida desde que las personas nacen hasta que exhalan su último suspiro para entrar al mundo de los muertos. (Arturo Velazquez/EFE)

Habitantes participan en las llamadas “muerteadas de Jalapa del Valle”, toda una exhibición imaginaria de la convivencia entre la vida y la muerte, entrelazados por las bandas de música de viento, en Oaxaca (México). La música de viento identifica a las comunidades del sureño estado mexicano y sella la vida desde que las personas nacen hasta que exhalan su último suspiro para entrar al mundo de los muertos. (Arturo Velazquez/EFE)

Una mujer ofrenda frutas y comida preparada a sus muertos, en la población de Santa Fe, en el estado de Michoacán (México). La festividad del Día de los Muertos en México, los días 1 y 2 de noviembre, tiene sus raíces en las antiguas culturas prehispánicas y manifiestan el sincretismo religioso de numerosas costumbres de los mexicanos. En muchos hogares, en los panteones y sitios públicos, desde la noche del 31 de octubre o aún antes, se instalan ofrendas a las almas de los difuntos que regresan desde el “Mictlán”, que en lengua náhuatl significa “Lugar donde habitan los muertos”. (Ivan Villanueva/EFE)

Pobladores hacen la velada a sus muertos en el panteón municipal y les ofrendan frutas y comida preparada que en vida gustaban consumir, en la comunidad de Tzintzuntzan, en el estado de Michoacán (México). La festividad del Día de los Muertos en México, los días 1 y 2 de noviembre, tiene sus raíces en las antiguas culturas prehispánicas y manifiestan el sincretismo religioso de numerosas costumbres de los mexicanos. En muchos hogares, en los panteones y sitios públicos, desde la noche del 31 de octubre o aún antes, se instalan ofrendas a las almas de los difuntos que regresan desde el “Mictlán”, que en lengua náhuatl significa “Lugar donde habitan los muertos”. (Luis Enrique Granados/EFE)

Pobladores hacen la velada a sus muertos en el panteón municipal y les ofrendan frutas y comida preparada que en vida gustaban consumir, en la comunidad de Janitzio, en el estado de Michoacán (México). La festividad del Día de los Muertos en México, los días 1 y 2 de noviembre, tiene sus raíces en las antiguas culturas prehispánicas y manifiestan el sincretismo religioso de numerosas costumbres de los mexicanos. En muchos hogares, en los panteones y sitios públicos, desde la noche del 31 de octubre o aún antes, se instalan ofrendas a las almas de los difuntos que regresan desde el “Mictlán”, que en lengua náhuatl significa “Lugar donde habitan los muertos”. (Luis Enrique Granados/EFE)

Pobladores hacen la velada a sus muertos en el panteón municipal y les ofrendan frutas y comida preparada que en vida gustaban consumir, en la comunidad de Tzintzuntzan, en el estado de Michoacán (México). La festividad del Día de los Muertos en México, los días 1 y 2 de noviembre, tiene sus raíces en las antiguas culturas prehispánicas y manifiestan el sincretismo religioso de numerosas costumbres de los mexicanos. En muchos hogares, en los panteones y sitios públicos, desde la noche del 31 de octubre o aún antes, se instalan ofrendas a las almas de los difuntos que regresan desde el “Mictlán”, que en lengua náhuatl significa “Lugar donde habitan los muertos”. (Luis Enrique Granados/EFE)

Pobladores hacen la velada a sus muertos en el panteón municipal y les ofrendan frutas y comida preparada que en vida gustaban consumir, en la comunidad de Janitzio, en el estado de Michoacán (México). La festividad del Día de los Muertos en México, los días 1 y 2 de noviembre, tiene sus raíces en las antiguas culturas prehispánicas y manifiestan el sincretismo religioso de numerosas costumbres de los mexicanos. En muchos hogares, en los panteones y sitios públicos, desde la noche del 31 de octubre o aún antes, se instalan ofrendas a las almas de los difuntos que regresan desde el “Mictlán”, que en lengua náhuatl significa “Lugar donde habitan los muertos”. (Luis Enrique Granados/EFE)

Pobladores de la comunidad de Aldama hacen la velada a sus muertos y les ofrendan frutas y comida preparada que en vida gustaban consumir, este sábado en el estado de Chiapas (México). La festividad del Día de los Muertos en México, los días 1 y 2 de noviembre, tiene sus raíces en las antiguas culturas prehispánicas y manifiestan el sincretismo religioso de numerosas costumbres de los mexicanos. En muchos hogares, en los panteones y sitios públicos, desde la noche del 31 de octubre o aún antes, se instalan ofrendas a las almas de los difuntos que regresan desde el “Mictlán”, que en lengua náhuatl significa “Lugar donde habitan los muertos”. (Carlo López/EFE)

Pobladores de la comunidad de Zinacantán hacen la velada a sus muertos este sábado, en el panteón municipal y les ofrendan frutas y comida preparada que en vida gustaban consumir, en el estado de Chiapas (México). La festividad del Día de los Muertos en México, los días 1 y 2 de noviembre, tiene sus raíces en las antiguas culturas prehispánicas y manifiestan el sincretismo religioso de numerosas costumbres de los mexicanos. En muchos hogares, en los panteones y sitios públicos, desde la noche del 31 de octubre o aún antes, se instalan ofrendas a las almas de los difuntos que regresan desde el “Mictlán”, que en lengua náhuatl significa “Lugar donde habitan los muertos”. (Jaime Avalos/EFE)

Decenas de personas velan a sus muertos a la espera de su regreso, en un cementerio de Atzompa, en el estado de Oaxaca (México). La festividad del Día de los Muertos en México, los días 1 y 2 de noviembre, tiene sus raíces en las antiguas culturas prehispánicas y manifiestan el sincretismo religioso de numerosas costumbres de los mexicanos. En muchos hogares mexicanos, en los panteones y sitios públicos, desde la noche del 31 de octubre o aún antes, se instalan ofrendas a las almas de los difuntos que regresan desde el “Mictlán”, que en lengua náhuatl significa “Lugar donde habitan los muertos”. (Arturo Velázquez/EFE)

Pobladores de la comunidad de Aldama hacen la velada a sus muertos y les ofrendan frutas y comida preparada que en vida gustaban consumir, en el estado de Chiapas (México). La festividad del Día de los Muertos en México, los días 1 y 2 de noviembre, tiene sus raíces en las antiguas culturas prehispánicas y manifiestan el sincretismo religioso de numerosas costumbres de los mexicanos. En muchos hogares, en los panteones y sitios públicos, desde la noche del 31 de octubre o aún antes, se instalan ofrendas a las almas de los difuntos que regresan desde el “Mictlán”, que en lengua náhuatl significa “Lugar donde habitan los muertos”. (Carlo López/EFE)