OPINIÓN: L.A. responde al Tricolor
Para la mayoría de los 88,409 aficionados que llegaron el sábado al Coliseo de Los Ángeles fue un reencuentro y reconciliación con una selección que había dado vergüenza en su última visita en 2013 (derrota ante Panamá en Copa Oro).
En esta ocasión, el Tricolor, con jugadores de buena calidad, conquistó una victoria satisfactoria ante un conjunto ecuatoriano muy talentoso.
Para los promotores, patrocinadores y los directivos del futbol mexicano fue un negocio redondo en todos los sentidos. El coloso de Los Ángeles estuvo repleto y hasta los revendedores hicieron “su agosto”.
Pero desde mi punto de vista, lo más destacado del sábado por la noche fue la reconciliación del público mexicano con el Tricolor y la nueva fe que tienen en el equipo después del Mundial de Brasil.
Aún recuerdo aquella tarde de 2013 cuando José Manuel ‘Chepo’ de la Torre fue despedido del Rose Bowl con reclamos de “fuera Chepo” y varias personas le arrojaron botellas de agua al ahora técnico de Chivas. En aquella ocasión, era un equipo B que solamente llegó a semifinales y que acarreaba el fracaso del Tricolor en la Copa Confederaciones.
En este nuevo proceso, Miguel Herrera cuenta con elementos jóvenes y otros con mucha experiencia en Europa, lo que hace una combinación interesante. Tenía a un Héctor Herrera que está jugando como titular en el Porto de Portugal, un Andrés Guardado que es clave en el PSV de Holanda y un Javier Hernández que se vio bien, a pesar de estar en la banca con el Real Madrid. Fundamentalmente, contó con un portero sólido como Jesús Corona.
Por lo demostrado ante una selección muy veloz y física como la ecuatoriana, México exhibió el nivel necesario para ser un fuerte candidato para ganar la Copa Oro.
Por su parte, Ecuador, liderado por jugadores como el exjugador de Chivas USA, Miller Bolaños y el atacante Ángel Mena, se vio muy muchas veces superior al Tricolor, a pesar de haber perdido.
Este martes, Ecuador enfrentará a Argentina, una selección que les confirmará su verdadero nivel de cara a Chile 2015.
El juego del sábado dejó contentos a todos: los promotores llenos de dinero en sus bolsillos, el fiel público Tricolor emborrachado de felicidad por la victoria y hasta los ecuatorianos, cuyo equipo es muy talentoso y da esperanzas de limpiar la imagen dejada en Brasil el año pasado.
