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NASCAR celebra el Mes de la Herencia Hispana desde sus primeros días

Matt Kenseth (20) takes the lead on a restart during the NASCAR Sprint Cup series auto race at New Hampshire Motor Speedway Sunday, Sept. 27, 2015, in Loudon, N.H. Kenseth won the race. (AP Photo/Jim Cole)
(Jim Cole / AP)
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Frank “Rebel” Mundy no aparece en la famosa foto tomada el 14 de diciembre de 1947, durante las reuniones de organización en el Streamline Hotel en Daytona Beach, Florida, que dieron paso a lo que es la NASCAR de hoy, a pesar de que estaba ahí.

Sin embargo, Mundy, quien nació en Atlanta, Georgia en 1918, bajo el nombre de Francisco Eduardo Menéndez, jugó un importante papel en los primeros días de la NASCAR, como piloto y embajador.

Y hay una buena razón para justificar su ausencia en la famosa imagen.

Ken Martin, el Gerente Seniero de Desarrollo de Archivos de la NASCAR, recuerda haber entrevistado a Mundy un par de décadas antes de su muerte en 2009, cuando tenía 90 años, como uno de los últimos sobrevivientes de las reuniones en el Streamline.

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“Frank dijo, ‘Yo estaba con el flash’”, recordó Martin. ‘Quizá no fue la decisión más inteligente que hice, porque me quedé fuera de la foto, pero ¿quién iba a saber sobre la importancia de esa foto?”

Mundy si aparece en la primera entrega de una serie de videos producidos por la NASCAR para celebrar el Mes de la Herencia Hispana (disponible en NASCAR.com y NASCAR.com/espanol), en la que se cuenta la historia de los pilotos latinos desde la década de 1950 a los de la actualidad.

Mundy ya tenía una impresionante historia antes de correr en los primeros días de la NASCAR. Fue el chofer personal del General George S. Patton en la II Guerra Mundial, y compitió como piloto de exhibición con los Death Dodgers de Jimmy Lynch en la Feria Mundial de New York en 1939.

Y fueron las carreras de motocicletas las que llevaron a Mundy a Daytona Beach, donde coincidió por casualidad con Bill France Sr. durante una parada para cargar gasolina en una de las estaciones que operaba el fundador de la NASCAR. En ese momento, nació una amistad que duró toda la vida y eventualmente llevó a Mundy a convertirse en uno de los principales integrantes del comité organizador de la serie.

“Con su experiencia en carreras de exhibición, era un gran orador”, dijo Martin. “El iba en una comitiva de avanzada para hablar con los periodistas. Fue un buen embajador”.

Mundy también compitió y ganó tres carreras de la máxima serie de la NASCAR en 1951, y seis veces en la NASCAR Convertible Series en 1956.

Otros pilotos hispanos destacados son los peruanos Raúl Cilloniz y Eduardo Dibos, quienes compitieron en la primera Daytona 500 en 1959, para el equipo Holman & Moody.

Cilloniz terminó en 12do. puesto en la carrera inaugural y Dibos fue 48vo., debido a una falla en la suspensión. Sin embargo, regresó para competir en la Firecracker 250 más tarde ese año para la que clasificó 3ro. y terminó en 5to. puesto.

Por su parte, el legendario piloto mexicano Pedro Rodríguez, dejó su huella en la NASCAR Sprint Cup Series al arrancar en el puesto 12 de la World 600 en Charlotte en 1965, y terminar en 5to. lugar.

El cubano Félix Sabates, a su vez, ha sido dueño de equipos de la NASCAR Sprint Cup Series desde 1989, primero como SABCO Racing y luego en Chip Ganassi in Chip Ganassi Racing with Felix Sabates.

Sabates, no tenía ningún conocimiento sobre la NASCAR, cuando llegó a Estados Unidos en 1961.

“Tenía 16 años y vine solo”, recordó. “No tenía idea de lo que era la NASCAR. Solo conocía la Fórmula 1 en el automovilismo porque fueron a correr en Cuba hasta que (Juan Manuel) Fangio fue secuestrado por los rebeldes. Eso acabó con el automovilismo en Cuba.

“No conocí a la NASCAR hasta que llegué a North Carolina y sin saber me encontré en el corazón de la NASCAR. Fui a un par de carreras en Darlington y en Rockingham, y pensé que sería muy bueno poder ser propietario de uno de esos equipos algún día o manejar uno de esos autos”.

Ganassi no manejó en la NASCAR, pero sí fue el responsable de que el colombiano Juan Pablo Montoya dejara la Fórmula 1 para competir en la Sprint Cup Racing a partir de 2007.

Montoya, quien ganó siete carreras en la Fórmula 1 y la Indy 500 antes de llegar a la NASCAR, no tuvo el mismo éxito, aunque ganó una carrera en un circuito mixto en la máxima serie.

“Montoya demostró una cosa: las carreras de series open-wheel y las de estos autos son dos cosas completamente diferentes”, dijo Sabates, quien también reconoció que el crecimiento de la NASCAR Mexico Series le ha dado un nuevo impulso a la serie entre los pilotos hispanos.

El principal ejemplo de la actualidad es el mexicano Daniel Suárez, del equipo Joe Gibbs Racing y graduado del programa NASCAR Drive for Diversity, quien se está destacando en su primera temporada completa en la NASCAR XFINITY Series.

“Lo conozco bien a nivel personal”, dijo Sabates. “Como con él regularmente Viene a mi casa y es un chico maravilloso. Un gran piloto que además está en una gran organización con muy buenos autos. Creo que estará listo para la Sprint Cup, sino en 2016, la siguiente temporada”.

Sabates cree que Suárez será una de las super estrellas de la NASCAR, donde dijo, no hay límites para los sueños.

“Yo soñé un día con ser propietario de unos de estos autos”, dijo Sabates al recordar su primer visita a Darlington. “Quién me iba a decir que 30 años después, seguiría enamorado de la NASCAR.”

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