Anuncio

¿Fue realmente George Martin ‘el quinto Beatle’?

Share via

Las historias sobre la muerte del productor de los Beatles, George Martin se han referido a él como “el quinto Beatle”, una descripción usada para él la mayor parte de su vida.

Pero si se junta a toda la gente que ha sido descrita durante décadas como “el quinto Beatle”, se tendría a una pequeña, pero bastante interesante comunidad —seguramente más grande que el cuarteto que se convirtió en los Fab Four—.

¿Realmente quién merece ser llamado “el quinto Beatle”?

Para empezar, de hecho sí existió el quinto Beatle, en aquellos días antes de que el grupo encontrara la fama mundial. El bajista Stu Sutcliffe, un escocés que también creció en Liverpool, estuvo allí junto a John Lennon, Paul McCartney, Jorge Harrison y el baterista Pete Best, cuando actuaban alrededor de Liverpool y de vez en cuando hacían un largo y difícil viaje a Hamburgo a principios de los años 60, cuando estaban tratando de darse a conocer.

Sutcliffe dejó al grupo pronto para perseguir su pasión por el arte, pero murió de un aneurisma cerebral poco después, en 1962. Su salida redujo la banda al cuarteto principal que se mantuvo aún después de que Ringo Starr heredara los tambores de Best en agosto de 1962.

La descripción del “quinto Beatle” también fue usada por el socio Neil Aspinall, que al principio fue parte de su equipo cuando iban de gira, ayudando a los miembros de la banda a montar el engranaje en algunos de sus espectáculos y a menudo llevándolos a sitios remotos de Gran Bretaña para sus actuaciones. Aspinall, un miembro clave del círculo interior de los Beatles, continuó para dirigir su empresa comercial y compañía discográfica Apple Corps, que presidió hasta poco antes de su muerte en 2008.

El propio George Martin alguna vez dijo que el derecho honorífico le pertenecía a Aspinall

De la misma manera, Mal Evans fue un miembro clave del equipo de los Beatles a lo largo de su existencia —entre las contribuciones de más alto perfil a la herencia de la banda es la voz de Evans la que se oye contando hasta ocho durante la pausa rítmica en la grabación de 1968 de la canción “Birthday”.

El DJ de Nueva York Murray Kaufman, conocido como ‘Murray the K’, a menudo se refería a él mismo como “el quinto Beatle” por su apoyo temprano en EE.UU. a la música del grupo. Aquel apoyo le valió una invitación del director de los Beatles, Brian Epstein, para conocer al grupo en su primera visita a Estados Unidos en 1964, que presumió sin parar en su aclamado programa radial de rock. Incluso él compartió un cuarto con Harrison cuando viajaron a Miami ese año, y transmitió todas las noches desde la suite compartida.

Algunos votarían por el publicista de mucho tiempo de los Beatles, Derek Taylor, cuyo astuto mercadeo y contribuciones a la formación de la imagen pública del grupo, fueron parte fundamental de la popularización de la banda y su música a los millones de admiradores en todo el mundo.

Taylor vio primero, y escribió luego sobre los Beatles cuando actuaron en Manchester en 1963, afirmando en su análisis que “El Sonido de Liverpool vino a Manchester anoche, y creo que fue magnífico... El espectáculo de estos frescos, atrevidos y agudos jóvenes, a diferencia de sus idólatras adolescentes, es tan bueno como una rejuvenecedora medicina para el adulto cansado”.

Y aun cuando para 1964 estaba en la nómina de los Beatles, aún así él mostraba más clarividencia de la que simplemente se podría esperar de un publicista pagado, cuando él escribió los apuntes de su album “Beatles for Sale” —en un momento en el que muchos críticos calculaban en meses, si no semanas, el tiempo de vida de la banda—.

Y luego estuvo Epstein, quien fue el mánager de los Beatles de enero de 1962 hasta su muerte en 1967.

“Inmediatamente me gustó Brian cuando lo conocí en 1962, y él me impresionó enormemente por su pasión para que los Beatles tuvieran éxito”, dijo Martin alguna vez sobre Epstein, que convenció a Martin de firmarlos a su pequeña compañía discográfica Parlophone Records, luego de que decenas de otras empresas habían rechazado a la banda. “Fue esa pasión la que me animó a conocer a la banda, hacerles una audición y eventualmente firmarlos”.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio