Anuncio

La sobriedad de Sanders sobre su activismo social incrementa sus seguidores en California

Share via

Cuando Lyndon Baines Johnson tenía la edad de Bernie Sanders, ya tenía 10 años de muerto. No obstante Bernie está más vivo que nunca, liderando una campaña a lo largo del estado de California con el objetivo de llevar la cruzada de los jóvenes hasta la Convención Nacional Demócrata, en Filadelfia, a finales de julio.

Tuve la oportunidad de participar en dos mítines de Sanders – uno en el estadio de una preparatoria (H.S.) en Pomona el pasado jueves, y el otro el sábado en la tarde en un condado de Bakersfield, la ciudad que representa Kevin McCarthy, líder de la mayoría de la Casa de Representantes, un republicano con ideas políticas al otro extremo de las de Sanders.

Las multitudes en ambos eventos fueron en su mayoría jóvenes, en general latinos y predominantemente de la clase trabajadora. En ambos lugares, el senador de Vermont pronunció el mismo discurso, el mismo que ha dado en todas las esquinas de Estados Unidos sin la necesidad de leerlo en el ‘telepronter’. Es la consistencia del mensaje y la forma que lo pronuncia lo que lo ha convertido en una fuerza inesperada en esta campaña.

Anuncio

Hace un año, solo algunos progresistas soñadores hubieran predicho que un funcionario que anda en los ‘70s, social-demócrata, del estado de Vermont se convertiría en el líder de un movimiento juvenil que, seriamente, haría temblar el paso asegurado de Hillary Clinton a la nominación demócrata.

El crecimiento de Sanders que lo ha llevado a la cima de la campaña de 2016, es sin duda y esto se puede debatir, en una campaña aún más exitosa y sorprendente que la que ha realizado Donald Trump.

El magnate ya tenía millones de dólares para gastar, acceso a los medios incondicional y un campo pleno de contendientes con grandes dudas; pero Bernie, lo único que tenía era IDEAS.

Hable con una mujer, de edad universitaria, esperando en una fila tratando de entrar al evento de Sanders en Bakersfield. Ella vestía una gorra de beisbol al revés sobre su cabello teñido de color magenta, pantalones de mezclilla con agujeros, y una playera corta, negra, con el mensaje: “Bernie para Presidente”. Su nombre era Cela Ayres y le pregunté el por qué este hombre con arrugas, viejo y cabello blanco se había convertido en todo un fenómeno entre los ‘milenios’. Ayres me contestó que los otros candidatos –Hillary Clinton en particular- tratan de conectarse con los votantes jóvenes en forma errónea y utilizando trucos como Snapchat.

“Bernie solo dice lo que nos importa a nosotros”, dijo Ayres. “El no trata de identificarse con nosotros. Él habla de lo que nos interesa y obtiene nuestro apoyo”.

Escuché sentimientos similares de parte de muchos jóvenes que siguen a Sanders. A ellos les gustan las ideas, incluso todavía más poderoso; a ellos les gusta el hecho que el precandidato ha luchado por las mismas ideas toda su vida, desde que era estudiante de colegio en los ‘60s. No tendrá carisma, pero Bernie tiene algo que parece mucho más efectivo este año, especialmente con la gente joven y los votantes adultos que se han desilusionado por candidatos perfectamente peinados que tratan de ganar a sus seguidores (John Edwards-2008). Sanders es, en forma incuestionable, una persona auténtica.

Si el aspecto más desalentador de esta campaña presidencial ha sido el éxito que Trump ha logrado con sus discursos narcisistas, ofensivos y frases idiotizadas, un aspecto positivo y de esperanza es el saber que mucha gente pone toda su atención para escuchar a Sanders, en una forma muy sobria y con discursos de política. Él expresa sus posiciones como un organizador en los salones de los sindicatos. Sanders raramente se ríe o pierde tiempo haciendo chistes. Tampoco trata de verse más humano con historias personales. Lo más sorprendente es que parece no hablar con su audiencia, pero todos responden con aplausos.

Antes de que se realizara la conferencia en Bakersfield, estaba en una reunión más íntima dentro de un salón donde Sanders se reunió con activistas, líderes del área y gente de la comunidad, particularmente latina. El precandidato estaba escuchando fijamente para evitar perder detalle de la información. Un hombre de mediana edad se derrumbó en lágrimas al describir cómo su padre había trabajado como campesino toda su vida, inspirándolo a él a llegar más lejos.

Otro individuo dijo que él ganaba $1.25 por una caja de fresas cuando ésta era vendida a $40 en el mercado. Muchas de las personas se quejaron de el agua del grifo en sus hogares que no se puede beber –agua contaminada por los pesticidas utilizados en la agricultura y producto de las operaciones de fractura hidráulica (fracking). Muchos otros describieron enfermedades severas causadas por los químicos que se rosean en todos los campos donde sus familiares trabajan.

Cuando Sanders había llegado, su piel parecía quemada y él lucía un poco cansado, pero las historias de la gente lo despertaron. El respondió con simpatía y ofreció remedios que terminaron a ser parte de sus argumentos anticorporativos de los que habla en sus discursos. “Si alguien llega aquí y golpea a una persona con un bate de béisbol, él sería arrestado”, dijo Sanders. “Si alguien está envenenando a los niños [con pesticidas], esa persona debería de ser acusado también”.

Tengo que criticar a Sanders por un comentario contra los medios de comunicación. Mientras condenaba a las grandes corporaciones por la contaminación en el agua para beber en el Valle Central, se refirió a los ‘medios corporativos’ por no publicar la historia.

Los Angeles Times ha publicado, incluso ha hecho trabajo de investigación en el tema por varios años. Pero Bernie es una criatura del movimiento progresivo que puede ser simplificado en forma amplia en un ‘meme’ simple de los medios de comunicación. Aunque a los 74 años, posiblemente nunca cambie.

Muchas de las personas que se postulan para la presidencia de Estados Unidos actúan como si hubieran planeado sus campañas desde que iban en High School (piensen en Ted Cruz y MARTIN O’Malley). Otros adaptan su mensaje para parecer más elegibles y mejores oportunidades (Marco Rubio y Scott Walker). Y otros luchan por proyectar una imagen que sus consejeros de campaña les dicen será mejor con los votantes (Hillary Clinton y muchos más).

Bernie es definitivamente diferente. Más que un político, él es un organizador comunitario. Ciertamente, no es un hombre sin ambiciones, pero la idea de convertirse en Presidente le llegó un poco tarde. El parece que lo que está haciendo es una de sus últimas luchas de su activismo social.

Esa diferencia es la que le ha permitido ganar una inesperada, pero muy grande gama de seguidores. Y es algo que los funcionarios demócratas que quieren que se retire de la contienda antes de Filadelfia no pueden entender. Para @Berniesanders esto no política, esto es una revolución.

Para leer la historia en su versión original y en inglés haga clic aquí.

Anuncio