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Presidente del PPD de Puerto Rico pide consenso ante desavenencias por plebiscito

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El presidente del Partido Popular Democrático (PPD), Héctor Ferrer, pidió hoy consenso a los miembros de la formación opositora, cuyas divisiones internas se han reavivado con motivo de la postura adoptada ante la consulta del plebiscito del 11 de junio sobre el estatus político de Puerto Rico.

Ferrer apostó por la unidad del PPD, que el domingo celebró una Asamblea General de la que salió como postura oficial para la consulta sobre la relación política con EE.UU. el boicot al plebiscito por celebrar una consulta con coste millonario que carece de carácter vinculante.

El PPD desde hace meses reclamaba al gobernante Partido Nuevo Progresista (PNP) que lidera Ricardo Rosselló que en el plebiscito se incluyera la opción del actual estatus, a lo que tuvo que acceder la formación en el poder a instancias del Departamento de Justicia federal.

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Ferrer justificó el boicot, a pesar de incluirse, finalmente, la opción que reclamaban, por no haber contado el Gobierno con el PPD para pactar el plebiscito ni las opciones que recoge.

Durante la Asamblea General se reprodujeron las desavenencias que desde hace tiempo afloran en el PPD con respecto a la postura ante el estatus político de la isla, definida como un Estado Libre Asociado, lo que permite a Puerto Rico contar con cierto autogobierno gracias una Constitución propia y Asamblea Legislativa, aunque supeditadas al Congreso de EE.UU.

El portavoz del PPD en la Cámara de Representantes (una de las dos cámaras del Legislativo), Rafael Hernández, aprovechó la Asamblea General del fin de semana, que contó con escasa asistencia, para hacer referencia al legislador de su partido Luis Raúl Torres, quien había mostrado de forma pública su disconformidad con posturas oficiales de su grupo.

Hernández dijo que era necesaria la lealtad al PPD, palabras que fueron contestadas por los también legisladores Luis Vega Ramos y Manuel Natal, que se pusieron al lado de Torres y apuntaron que la postura de Hernández es un ataque contra el sector soberanista del partido.

El enfrentamiento entre facciones del PPD con motivo de la consulta sobre el estatus ha vuelto a poner de actualidad las tensiones internas en una formación considerara de “centro” en el espectro político en la que conviven dos alas claramente diferenciadas.

El sector soberanista busca un tipo de independencia que permita mantener la libre asociación con EE.UU., mientras que el sector conservador apuesta por mayor autonomía política dentro de la relación actual y siempre que lo permita la Constitución de EE.UU., sin, en cualquier caso, dejar de depender de la última palabra que actualmente ostenta el Congreso en Washington.

La alcaldesa de San Juan y una de las figuras más destacadas del PPD, Carmen Yulín Cruz, dijo que el sector soberanista al que ella pertenece “está buscando la unidad”, pero que la dirección de la formación política tiene que ser clara sobre si acepta esa corriente de opinión alternativa a la postura más oficialista.

Ferrer buscó limar asperezas y dijo que las diferencias son más de carácter personal que político, por lo que pidió a los implicados que trabajen en favor del consenso.

Vega Ramos también anunció que, temporalmente, se mantendrá al margen de la disciplina del PPD en la Cámara de Representantes hasta que Hernández no se disculpe por sus palabras respecto a Torres.

Ferrer resaltó que no es “una niñera” y que los problemas deben solucionarse lo antes posible, además de avanzar que durante los próximos meses se pondrá en marcha un proceso de reorganización del PPD y será definida una postura ideológica más clara respecto al estatus.

“En el PPD caben personas que piensan distinto, pero si se van a beneficiar de estar el Partido Popular también tienen que respetar los instrumentos y las estructuras”, señaló sobre el asunto Alejandro García Padilla, el anterior gobernador y presidente de la formación política.

El sector que hasta el momento ha dominado el PPD considera que Puerto Rico ganó en 1952 el estatus de Estado Libre Asociado a Estados Unidos gracias a un acuerdo entre la isla y Washington que le permitió de gozar de cierta autonomía y perder el carácter de colonia del país norteamericano.

Tanto el gobernante PNP, que busca la anexión plena a EE.UU., como el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), que pretende una ruptura total con Washington, entienden que la isla es actualmente una colonia.

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