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Airbnb abrirá en unos meses oficinas en Ciudad de México y Buenos Aires

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Airbnb, la plataforma que conecta a propietarios de viviendas con personas que buscan alojamientos turísticos, abrirá en los próximos meses oficinas en Ciudad de México y Buenos Aires, como parte de su estrategia para América Latina y el Caribe, la zona donde su negocio crece más rápido.

En los últimos doce meses aumentó un 148 % el número de llegadas a viviendas de la lista Airbnb en la región, hasta llegar a 5,2 millones de personas, y se duplicó la cantidad pagada por el alojamiento, hasta totalizar a 650 millones de dólares.

Estas cifras demuestran el potencial que tiene la región, no solo como destino sino como origen de viajeros, dijo hoy en una entrevista con Efe el barcelonés Jordi Torres, director de Airbnb para América Latina y el Caribe, con sede en Miami.

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Torres señaló que la empresa abrirá en los próximos dos o tres meses oficinas en Ciudad de México y Buenos Aires en razón de su vocación de ser cada vez más “locales”.

Es un “paso adelante” para la plataforma creada en 2008, cuyo compromiso formal con América Latina arrancó en 2012 y que hasta ahora solo cuenta con la oficina de Miami y otra en Sao Paulo (Brasil).

También lo es la reciente firma de un acuerdo con las autoridades de la capital mexicana por el que desde el 1 de junio los viajeros que utilicen departamentos o viviendas en la lista de Airbnb en esa ciudad deberán pagar un 3 % de tasa de acomodación, que la compañía recogerá y entregará al Gobierno municipal.

Ya se habían firmado acuerdos semejantes con países insulares del Caribe, pero éste el primero en Latinoamérica.

Torres indicó que los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, de los que Airbnb fue patrocinador oficial, marcaron una aceleración del negocio en la región, que tradicionalmente ha sido más un destino que un punto de origen.

“A raíz de los Juegos Olímpicos -agregó- vimos un gran masa de usuarios latinoamericanos” que optaron por el “modelo seguro, práctico y económico” que ofrece Airbnb para encontrar alojamiento.

A juicio de Torres, América Latina y el Caribe ofrece en la actualidad más oportunidades como origen que como destino.

Los turistas latinoamericanos están divididos al 50 % entre los que escogen la modalidad de alojamiento compartido y los que buscan alquilar todo el espacio de la casa o el apartamento.

La plataforma incluye lugares de alojamiento en todos los países de América Latina. El último en incorporarse fue Cuba, como consecuencia de la normalización en las relaciones entre ese país y Estados Unidos.

Argentina y especialmente Buenos Aires, que cuenta con una gran oferta de alojamientos turísticas en casas particulares, se incorporó a la plataforma de una manera “orgánica”, como ocurrió en mercados “maduros” como Europa y Norteamérica.

Pero Brasil es el país “número uno” para Airbnb y el crecimiento en México está siendo “muy fuerte”, dijo Torres.

A su juicio, el modelo de Airbnb va muy bien con la cultura latinoamericana, pues se basa en la conexión entre “personas abiertas y cercanas”.

En cuanto a la relación de la plataforma con las autoridades de las ciudades donde tiene usuarios y el pago de tasas o impuestos, Torres indicó que Airbnb mantiene una actitud de “colaboración y cooperación” y el compromiso de buscar solución para cada caso.

Subrayó que el modelo de Ciudad de México no tiene por qué ser el que se adopte en todas partes, pero ha sentado un “precedente”. “Legitima un modelo que ha llegado a la región para quedarse”, subrayó.

Torres destacó el “efecto democratizador” de Airbnb en el turismo y las posibilidades de desarrollo que ofrece no solo a los particulares que ponen sus propiedades inmobiliarias en alquiler a través de esa plataforma sino a ciudades, pueblos, barrios o comunidades que no están en los circuitos turísticos tradicionales.

“Por cada cien dólares del precio que se pone en la lista, 97 se quedan en manos del que alquila”, subraya.

La comunidad de usuarios de Airbnb, que ofrece alojamiento en más de 65.000 ciudades y pueblos de 191 países, supera los 160 millones de personas.

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