Anuncio

Lleva Unicef a niños espacios amigables

Share via

Los niños de Juchitán contaron ayer sus historias sobre el sismo.

“Estaba moviéndose mi casa, se cayó un pedazo de mi casa, por suerte pudimos salir, si no nos muriéramos ahí”. “Soy José y tengo 10 años”.

“Mi mamá· estaba hablando por teléfono y mi hermana estaba viendo la tele cuando me había acostado a dormir, después de un rato empezó a temblar, a mí me dio miedo porque yo sí pude bajar, pero mi mamá· y mi hermana se quedaron arriba, no podían bajar y mi abuelita se quedó en su cuarto”, dijo Gerson, de nueve años.

“Mi hermano el más chico se quedó en la hamaca, no se quiso levantar, pero por suerte mi papa· lo levantó, si no, ya no estaría acá·, ya estaría con Dios”, dijo Luis Roberto, de 10 años.

Anuncio

Sus relatos los hicieron en un albergue para las familias que se quedaron sin casa, donde el Unicef instaló uno de los 16 Espacios Amigables que funcionarán en las zonas de Chiapas y Oaxaca devastadas por el sismo.

Más de una docena de niÒos aún sentían miedo. Uno de seis años dijo que era muy valiente. El representante del Unicef en México, Christian Skoog, subrayó lo importante que es que los niños vuelvan a la normalidad.

“Los niños se impresionan mucho, pero afortunadamente son muy maleables y pueden atenderse”, dijo, y pidió donaciones en una forma que puede consultarse en su su página web.

Mientras tanto, ayer los niÒos jugaron a saltar como un conejo, a topear como un becerro y a contar sus historias.

“Estaba dormida en la cama y una cosa caía y era polvo”, dijo Ojanai, de cinco años, con rasgaduras en la nariz y debajo de un ojo.

“Hice una marometa y me caí y un niña se empezó a reír de mí”, dijo molesta.

Anuncio