Novedoso tratamiento salva vida a mexicana con hipertensión arterial pulmonar
México — La dificultad para respirar y el agotamiento fueron los primeros síntomas de la hipertensión arterial pulmonar que padece Aurelia Yanek, quien se salvó gracias a innovadores tratamientos que recibió en la institución mexicana del ISSSTE.
“Llegué a tener incapacidad total, estaba en silla de ruedas, conectada al oxígeno, tenían que alimentarme, bañarme, dependía para todo de mi esposo”, reconoció la mexicana de 44 años.
Tras ser tratada por Guadalupe Espitia Hernández, neumóloga del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Aurelia logró caminar, volvió al trabajo y tiene una alta expectativa de vida.
La doctora explicó que Aurelia recibió medicamentos de alta especialidad denominados blanco específico para la hipertensión pulmonar, con los que se logró “recuperarla de una etapa funcional 4 de su enfermedad a una etapa 1”.
Yanek relató que descubrió su padecimiento porque “tenía dificultad para respirar” y se agotaba solo por moverse de un lugar a otro dentro de su propia casa.
La paciente llegó en 2013 al hospital por una embolia pulmonar aguda, por lo que tuvo que ser operada. Sin embargo, después de tres meses los síntomas regresaron y fue cuando le diagnosticaron hipertensión arterial pulmonar (HAP) asociada a tromboembolismo pulmonar crónico (TPC).
Esta enfermedad está en la lista de los casi 400 padecimientos raros de México, y la sufren alrededor de 493 personas en todo el país, 80 % de las cuales son mujeres.
Se estima que el 60 % de los pacientes que tienen este padecimiento y no cuentan con un tratamiento mueren en un lapso de 2,8 años en promedio.
La HAP se caracteriza por una presión anormalmente alta en las arterias de los pulmones, lo que hace que el lado derecho del corazón se esfuerce más de lo usual y derive en otros problemas respiratorios y cardíacos.
Uno de sus principales síntomas es la fatiga extrema pese a una escasa actividad física, algo que complica mucho más de lo que pueda parecer el día a día de cualquier persona.
“Llegué a pensar que jamás me iba a levantar de esa silla de ruedas, estaba muy deprimida, pero tras el tratamiento con medicamentos de alta especialidad y la vigilancia médica, he podido volver a trabajar”, señaló Aurelia.
Y es que la paciente se reincorporó a su trabajo como enfermera y asegura que tiene muchas ganas de vivir y ver crecer a sus dos hijos.