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¿Cuáles son los traductores que compiten con Google Translate y cómo funcionan?

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Google Translate es el rey de los traductores.

La compañía con sede en Mountain View, California, EE.UU., lanzó su servicio de traducciones automáticas en 2006 con las opciones de inglés, árabe, chino y ruso.

Hoy, es capaz de traducir más de un centenar idiomas y lo usan unos 500 millones de personas en el mundo, sobre todo en Brasil, según sus estadísticas más recientes.

“Nuestro objetivo fue derribar la barrera idiomática y hacer que el mundo fuera más accesible”, aseguró Barak Turovsky, jefe de producto de Google Translate.

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“Ofrecemos 103 lenguas que cubren el 99 % de la población en internet”.

Cada día, la popular herramienta de Google traduce unos 100.000 millones de palabras.

Pero su sistema no es perfecto. A menudo comete errores.

Y cada vez son más las empresas y científicos que están inventando sistemas para hacerle la competencia.

Traductores de bolsillo y aplicaciones

Travis es una de ellas.

Su traductor universal “habla” 80 idiomas... y es capaz de traducir a todos al mismo tiempo.

Su punto fuerte, asegura el director ejecutivo de Travis The Translator, Brend Kouwenhoven.

“Diseñamos Travis para conversaciones naturales cara a cara, para usarlo sin mirarlo y sin necesidad de mantenerlo pegado a la boca”, le cuenta a BBC Mundo.

Kouwenhoven dice que basta con “hacer un simple clic y hablar” para que Travis exprese lo que dijiste en otro idioma.

Este año, la empresa presentó su “traductor personal” en el CES 2018, la mayor feria de electrónica de consumo, que se celebró en Las Vegas, EE.UU., del 9 al 12 de enero.

El producto salió adelante gracias a una campaña de financiación colectiva en el sitio web Indiegogo.

El sistema utiliza inteligencia artificial que le permite pasar de voz a texto y de texto a texto a través de un software.

De hecho, puede traducir hasta 120 idiomas usando 16 motores de traducción, “aunque no todos ellos están disponibles en voz, por eso decimos que tenemos 80”, aclara el director ejecutivo de la compañía.

“También estamos trabajando en añadir nuevos idiomas”, afirma Kouwenhoven.

La compañía ha vendido más de 80.000 dispositivos en todo el mundo y está desarrollando un nuevo producto que espera presentar el próximo mes en el Mobile World Congress de Barcelona, España.

Otro traductor simultáneo que está causando sensación es Pilot, un auricular capaz de traducir al momento varios idiomas que fue creado por la empresa Waverly Labs y diseñado por un equipo francés y mexicano.

Pero ¿qué hace a este tipo de traductores “de bolsillo” diferentes de la aplicación de Goolge Translate, que también puedes usar en el celular?

Kouwenhoven encuentra tres diferencias principales.

“Esas apps que funcionan en el smartphone están bien si hablas con un familiar. Pero cuando viajas, la gente no suele dejarle su teléfono a un desconocido, sobre todo por toda la información personal que contiene”, apunta.

Además, el director de Travis dice que la calidad y el enfoque varían: “Google Translate es genial y por eso lo hemos incluido entre nuestros motores de traducción, pero otros motores ofrecen una calidad más alta y nuestro software elige cuál es el mejor para cada traducción. Nosotros ofrecemos más idiomas”.

“Además, si estás en China no tienes opción de usar Google”, añade.

Kouwenhoven dice que las aplicaciones de traducción simultánea que la gente se suele descargar — iTrasnlate, Word Lens y SayHi son algunas de las más populares— no se utilizan tanto “en situaciones reales”, entre otros motivos, porque a veces el ruido de fondo resulta molesto o porque los problemas de batería e interfaz dificultan su uso.

“Aprendizaje profundo”

Pero el mundo de los traductores automáticos apenas está empezando a ser explotado a gran escala.

Y la tecnología que se usa no siempre funciona correctamente.

Los investigadores de la Facultad de Informática de la Universidad del País Vasco (UPV) Mikel Artetxe, Eneko Agirre y Gorka Labakaacaban de hacer grandes avances en este campo.

Su trabajo fue publicado recientemente por la revista especilizada Science y supone un gran avance para las traducciones con inteligencia artificial (y no en base a diccionarios o traducciones hechas previamente, que suelen usar los traductores automáticos).

Este equipo de investigadores no ha desarrollado un traductor como tal, pero esperan que los avances tecnológicos que han logrado permitan entrenar sistemas de traducción más eficientes.

“La traducción automática funciona mediante reglas establecidas por humanos. Frases traducidas anteriormente que el ordenador usa como patrones para hacer traducciones. Pero nosotros nos basamos en traducir el texto de manera independiente”, le cuenta Artetxe a BBC Mundo.

Gorka Labaka dice que su sistema utiliza el deep learning, que en español se conoce también como “aprendizaje profundo”.

“Las reglas han ido cambiando. Antes se usaban traducciones hechas usando estadísticas. Nuestros sistema se parece al de Google... pero con entrenamientos. Hay menos restricciones y menos parte humana”, explica.

Gorka dice que en idiomas como el alemán o el ruso no existen tantas traducciones hechas y que su método permite abarcar idiomas que Google no es capaz.

“Es algo muy nuevo. Hasta ahora no existía nada parecido”, apunta Mikel. “Pero todavía está en sus inicios”.

Ambos investigadores dicen que es fundamental revisar las traducciones hechas para enseñar a las máquinas, pues muchas veces hay sesgos machistas y errores que se necesitan subsanar.

Es lo que se conoce como “limpiar el corpus”.

Pero, más allá de detectar fallos, ¿qué aplicaciones puede tener su trabajo?

“El mayor beneficio sería tener traducciones entre más idiomas que hoy día no se pueden conseguir y entender cosas que ahora no somos capaces de entender”, explica Gorka.

“También hacer traducciones específicas y que se hagan más rápidamente. En el mundo se hablan entre 6.000 y 7.000 idiomas. Todavía faltan muchos por traducir”.

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