Lupe Valdez, la demócrata que sueña con revolucionar la conservadora Texas
Austin (TX) — Mujer, hispana, homosexual, veterana del Ejército y demócrata: Guadalupe “Lupe” Valdez, la exsheriff del condado de Dallas, aspira a ser elegida en noviembre gobernadora de Texas, uno de los estados más conservadores del país.
Su programa electoral contrasta con el conservadurismo imperante en Texas con propuestas de corte liberal y enfoque social como la creación de un sistema sanitario universal básico o educación de calidad para todo el mundo, y en lo económico reducir la brecha salarial y aumentar la inversión pública en infraestructuras.
La movilización del voto latino, adelanta en las entrevistas que ha dado de cara a su candidatura, será una de sus herramientas para lograr la metamorfosis de un estado que desde hace más de dos décadas está liderado por miembros del Partido Republicano.
En cuanto a inmigración, Lupe Valdez considera también que los “soñadores” -los hijos de inmigrantes indocumentados que llegaron al país siendo niños- y sus padres “deben luchar por la oportunidad de conseguir sus metas en la tierra que ellos consideran como propia”.
Por eso, ante el futuro incierto que se les presenta a estas personas con la nueva estrategia migratoria del presidente Donald Trump, la exsheriff llama a la movilización, a involucrarse activamente en las decisiones políticas y ser partícipes de los cambios, como ocurre en estados liberales como California.
La exalguacil, hija de inmigrantes agrícolas mexicanos, lleva tiempo siendo un estorbo en Texas para el conservadurismo que ahora encarna el presiente Trump.
Saltó a los titulares nacionales en 2015 después de promover en su departamento políticas a favor de las “ciudades santuario”, al dejar en libertad a los indocumentados que cometían faltas leves, en lugar de entregarlos a las autoridades migratorias para que enfrentasen un proceso de deportación.
“Su negativa a cumplir con el programa federal destinado a mantener a criminales peligrosos fuera de nuestras calles no le deja al estado más remedio que tomar todas las medidas que sean necesarias para proteger a los texanos”, señaló entonces el gobernador del estado, Greg Abbott, en una carta.
Precisamente será Abbott, de nuevo, el principal candidato del bando conservador, sucesor de la “dinastía roja” (el color del Partido Republicano) que mantiene el poder en el estado de la estrella solitaria tras el expresidente, George W. Bush (1995-2000) y el actual secretario de Energía, Rick Perry (2000-2015).
Pero para hacerle frente, Valdez deberá ganar antes las primarias demócratas, en marzo, ante Andrew White, empresario de 45 años e hijo del antiguo gobernador texano Mark White, y quien en principio parte con ventaja, al menos en lo referido a apoyo financiero.
Según el diario Dallas News, Lupe Valdez ha logrado recaudar tan sólo 84.000 dólares para financiar su campaña, frente a los 169.000 dólares de White, que no obstante quedan muy lejos de los más de 40 millones de que dispone Abbott.
Este panorama no es desconocido para la candidata, de 70 años, puesto que en sus primeros comicios para sheriff del condado de Dallas pocas personas le daban opciones de victoria a una mujer que se declaraba abiertamente gay y que carecía de experiencia.
Sin embargo, a pesar del ajustado margen -51 % a 49 %- logró su objetivo; dos años más tarde aumentó la distancia hasta los diez puntos y obtuvo una última reelección con el 59 % de los votos frente al 37 % de su rival, antes de renunciar al cargo y aceptar el reto de ser la tercera gobernadora de la historia de Texas.
Valdez insiste en que el voto latino será clave en unos de los estados con mayor presencia hispana, cuya población representa ya un 51,5 % del total del estado.
La exsheriff considera, según explica en la página oficial de su candidatura, que quien ocupe la Gobernación de Texas tiene la responsabilidad de permitir que “los sueños” de los ciudadanos se cumplan, para lo cual debe escuchar la opinión de todo el mundo.
La menor de ocho hermanos de una familia de agricultores mexicanos que llegaron a San Antonio (Texas) a principios de siglo, Valdez destacó el día de la presentación de su candidatura que durante toda su vida ha sido una persona “trabajadora” y que su labor no habrá acabado hasta que “el texano común tenga voz”.