Masacre de Toronto no parece ser un acto terrorista, según autoridades
Toronto (Canadá) — Veinticuatro horas después de la masacre causada por el conductor de una furgoneta que arrolló a decenas de peatones en Toronto, las autoridades canadienses han descartado de momento que el atropello masivo, que causó diez muertos, sea un atentado terrorista.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, compareció a primeras horas del martes ante los medios de comunicación en Ottawa para tranquilizar a la población y dejar claro que las autoridades no creen que el incidente fuese un ataque terrorista como los sufridos en varias ciudades europeas en circunstancias similares.
“La investigación continua pero es bastante claro que no hay conexión con la seguridad nacional”, afirmó Trudeau durante la rueda de prensa, utilizando el lenguaje empleado horas antes por su ministro de Seguridad Pública, Ralph Goodale.
Precisamente Goodale volvió a repetir el mismo mensaje hoy durante la apertura de la reunión de ministros de Seguridad de los países del G7 que trata, entre otros temas, sobre los ataques terroristas contra los llamados “objetivos fáciles”.
Ante los ministros de Alemania, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón, Goodale agradeció a sus colegas la asistencia que han ofrecido en las últimas horas y añadió que Canadá no considera el atropello como un acto terrorista.
“La investigación está en sus inicios. Pero de momento, con la información disponible ahora, no hay conexión visible con la seguridad nacional”, explicó Goodale.
De momento, las autoridades canadienses han decidido no alterar el nivel de alerta en el país.
También hoy, el supuesto autor de la matanza, el estudiante de 25 años de edad Alek Minassian, compareció brevemente ante un tribunal de Toronto donde la fiscalía le imputó diez asesinatos premeditados y otros trece intentos de asesinato.
Minassian, vestido con ropa de presidiario blanca, contestó con monosílabos a las dos preguntas que le realizó el juez, que ordenó que el sospechoso siga bajo custodia policial al menos hasta el próximo 10 de mayo, cuando tendrá que aparecer de nuevo ante los tribunales.
El perfil que hasta ahora ha emergido de Minassian es el de una persona reservada a la que no se le conocen vínculos con creencias religiosas o afiliaciones políticas y que parece padecer algún tipo de discapacidad social o cognitiva.
Según el testimonio ofrecido por varios de sus compañeros de instituto al periódico “The Globe and Mail”, Minassian parecía padecer algún tipo de “discapacidad social” y nunca protagonizó ningún tipo de problema durante su etapa escolar.
Uno de los conocidos de Minassian, que colaboró con el acusado en un proyecto universitario, señaló que parecía padecer una “discapacidad significante social o mental”, que tenía problemas para comunicarse con los demás y con constantes tics nerviosos.
La radiotelevisión pública canadiense, CBC, también informó hoy que Minassian pasó un breve tiempo en las Fuerzas Armadas canadienses en 2017 pero tuvo problemas de adaptación y dejó el servicio.
Mientras, los investigadores siguen intentado averiguar las razones por las que Minassian decidió alquilar una furgoneta y arrasar a los transeúntes que caminaban por la acera de la calle Yonge, la principal calle de Toronto y que marca la línea divisoria entre el este y el oeste de la ciudad.
Según algunos testigos, Minassian parecía conducir “enfadado y asustado” al mismo tiempo, y alternó durante más de un kilómetro recorrer la calle Yonge, en la que se produjo el ataque, por la acera y la calzada.
El primer ministro canadiense dijo que “llevará tiempo” entender las razones por las que el supuesto autor decidió arrollar a decenas de personas.
Aunque las autoridades canadienses no han identificado a las víctimas del atropello, se han empezado a saber la identidad de algunas de las víctimas del ataque.
La familia de una de las personas fallecidas, Anne Marie D’Amico, anunció su muerte a través de Facebook, y la empresa en la que trabajaba, la firma de inversiones Invesco, también confirmó que uno de sus empleados había fallecido en el atropello, que sucedió a escasos metros de la sede de la compañía.
La embajada de Jordania en Canadá también confirmó que uno de sus ciudadanos es una de las víctimas mortales del ataque. Y medios surcoreanos han señalado que entre las víctimas mortales hay dos personas de ese país. Además, una de las personas heridas es también de nacionalidad surcoreana.
Mientras, el lugar en el que la furgoneta empezó a arrollar transeúntes en la calle Yonge amaneció hoy con decenas de ramos de flores y pancartas escritas a mano recordando a las víctimas y lanzando mensajes de apoyo a sus familiares.
Tanto el alcalde de Toronto, John Tory, como otros políticos canadienses han asegurado que el ataque no cambiará el espíritu abierto y tolerante de la ciudad, que es considerada por la ONU como la más multicultural del mundo.