Los mexicanos, entre la lealtad a su patria o cambiar EEUU a través del voto
Los Ángeles — Mucha bulla en manifestaciones y pocas papeletas en elecciones. Esa es la realidad de un gran número de mexicanos que ven como una “traición a la patria” el hacerse ciudadanos estadounidenses, a pesar de que con su voto podrían contrarrestar políticas antiinmigrantes como las actuales.
La situación es evidente con cifras dadas a conocer por Juliana Cabrales, directora regional en Carolina del Norte de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos y Nombrados (NALEO), quien asegura a Efe que hay “8,6 millones de residentes elegibles para ser ciudadanos”.
Entre los cuales, “4,4 millones son latinos” y, de ellos, alrededor de 2,7 millones nacieron en México.
“En la cultura mexicana está bien arraigado que tomar otra bandera es traición a la patria”, dice a Efe Octavio Pescador, fundador del Instituto Paulo Freyre de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Y su voto puede ser clave en unas elecciones que podrían cambiar en noviembre próximo el color del Capitolio, donde los republicanos controlan el Senado y la Cámara de Representantes, y, con ello, dificultar las iniciativas migratorias del Gobierno del presidente Donald Trump.
El profesor de Historia Mexicana explica que el “ser antiestadounidense” forma parte de los mexicanos, que se remontan a sus viejas guerras para alimentar ese sentimiento antagónico.
En el conflicto armado de 1847, México “perdió la mitad del territorio” y tropas estadounidenses incluso hondearon su bandera en el castillo de Chapultepec, en Ciudad de México, razón por la que muchos no toman hoy en día el estandarte de EEUU, indica Pescador.
Y eso que a pesar de que en 1997 el gobierno mexicano destacó a sus connacionales los beneficios de adoptar la ciudadanía del país en el que viven sin tener, por eso, que “renunciar a su nacionalidad”, recuerda el catedrático de UCLA.
“Pero muchos siguen considerando que adquirir otra ciudadanía es falta de lealtad a su tierra”, explica.
Consciente de lo difícil que es convencer a mexicanos y otros latinos de los beneficios de la naturalización, Francisco Moreno, director de comunicaciones del Consejo de Federaciones Mexicanas en Norteamérica (COFEM), dice a Efe que su organización realiza periódicos talleres de ciudadanía.
Cuenta Moreno que en Los Ángeles realizaron un “diagnóstico” de por qué los mexicanos no adquieren o tardan más en hacerse ciudadanos en comparación con, por ejemplo, asiáticos o centroamericanos, y se encontraron repetido el argumento que hacerlo es “como pisar la bandera de México”.
El representante de COFEM lamenta que, a pesar de que la naturalización en EE.UU. provee estabilidad migratoria y el derecho de votar en contra de políticas antiinmigrantes, “todavía hay gente que piensa así”.
Estados Unidos tiene una población de alrededor de 326 millones y los votantes en las elecciones presidenciales de 2016 fueron cerca de 139 millones.
Los hispanos son el 17,8 % de la población del país (57,5 millones de personas), y según cifras de NALEO, 27,3 millones de latinos son elegibles para votar, pero hace dos años sólo lo hicieron 12,6 millones.
Lydia Camarillo, vicepresidenta del Proyecto de Registro y Educación de Votantes del Suroeste, explica que, con una mayor participación latina, Trump no hubiera ganado las presidenciales de 2016.
Por ejemplo, en Arizona, donde Trump ganó por 84.000 votos a su rival demócrata, Hillary Clinton, había 990.000 latinos inscritos para votar, aunque entonces solo 550.000 ejercieron su derecho al sufragio.
La tendencia es similar en todo EEUU, sin embargo, la organizadora de votantes tiene “esperanza” de que aumente el voto latino en 2020.
“La tendencia es que cada cuatro años se inscriben dos millones más de hispanos para votar, aunque solo sale como un millón”, lamenta.
Para contrarrestar esta situación, numerosas organizaciones de todo el país llevan años instando a los latinos a votar, porque si se “intimidan de salir” la voz de la comunidad latina “no será escuchada”, asegura a Efe James Williams, promotor de registro de nuevos votantes en Fresno (California).