Supremo investiga mapa electoral por debilitar el voto afroamericano
Washington — El Tribunal Supremo examina hoy las divisiones electorales del estado de Virginia, acusado de trazar un mapa electoral con la intención debilitar la influencia del voto de la población afroamericana en los resultados, según medios locales.
La deliberación tratará de determinar si el rediseño de 11 distritos electorales impulsado en 2011 viola la Constitución estadounidense al tratar de alterar el desarrollo de los comicios por motivos raciales.
El cuestionado mapa electoral de Virginia fue aprobado por la mayoría conservadora (republicanos) en el Congreso estatal, pero una demanda colectiva de votantes registrados en las nuevas circunscripciones pidió a la justicia que anulase la reforma, al supuestamente agrupar en los mismos distritos a los afroamericanos para reducir la influencia de su voto en otras demarcaciones más importantes.
“La Cláusula de Protección Igualitaria garantiza que los estados no participen en la aceptación ofensiva y degradante de que los votantes de una raza en particular piensan igual, comparten los mismos intereses políticos y prefieren a los mismos candidatos en las urnas”, determinó un tribunal federal el pasado junio antes de que el caso llegara al Tribunal Supremo.
A pesar de la cláusula constitucional, el asunto es importante porque existe una generalización asumida en el país de que la mayoría de electores afroamericanos vota por candidatos demócratas, lo que llevaría a algunos políticos republicanos a tratar de aminorar su influencia en las urnas; aunque también hay denuncias de prácticas similares entre los progresistas.
Después de varios años, esta controversia llega a la máxima instancia judicial del país justo antes de que se elabore el nuevo censo y se dibuje, por tanto, un nuevo mapa electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2020.
Ya en otra ocasión, el Supremo pidió a un juzgado de Virginia que reconsiderara ese polémico trazado de los distritos electorales, puesto que no los suspendió y estimó que los demandantes estaban equivocados.
En una segunda sentencia, el juzgado local determinó que efectivamente el color de la piel había jugado un papel importante en la delimitación de las 11 circunscripciones y violaba por tanto la Constitución.
Esta vez han sido los representantes republicanos quienes han decidido elevar el caso de nuevo al Supremo.
La nueva sentencia no tendría impacto en las divisiones electorales actuales, pero podrá influir en los futuros diseños.