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Trump habló con el mariscal Hafter sobre transición hacia democracia en Libia

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EFE

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habló por teléfono con el mariscal libio Jalifa Hafter, que lidera una ofensiva contra Trípoli, sobre una transición hacia un sistema democrático en Libia, informó hoy la Casa Blanca.

La oficina del mandatario estadounidense reveló en un comunicado que Trump conversó con Hafter el pasado 15 de abril.

“El Presidente reconoció el papel significativo del Mariscal de Campo Hafter en la lucha contra el terrorismo y (para) asegurar los recursos petroleros de Libia, y los dos de una visión compartida para una transición de Libia a un hablaron sistema político estable, democrático”, dice el texto.

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La nota señala que ambos analizaron los “esfuerzos antiterroristas en marcha y la necesidad de lograr la paz y la estabilidad” en el país norteafricano.

Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los diferentes grupos rebeldes contra la dictadura de Muamar al Gadafi.

Desde 2014 tiene dos focos de poder enfrentados, un Gobierno sostenido por la ONU en Trípoli -que apenas controla la capital y algunos zonas del oeste- y otro establecido en la ciudad oriental de Tobruk tutelado por el controvertido mariscal, que domina cerca del 70 por ciento del territorio.

A comienzos de abril Hafter intensificó su ofensiva castrense sobre la capital libia, que amenaza con desencadenar un baño de sangre.

De lograr su objetivo, Hafter, un exmiembro de la cúpula militar que en 1969 aupó al poder Al Gadafi, se haría prácticamente con el control del país.

En diciembre de 2017, Trump dio un espaldarazo al Gobierno libio respaldado por la ONU al recibir a su primer ministro, Fayez al Serraj, en un momento en el que Naciones Unidas confiaba en alcanzar un acuerdo para poner fin a la crisis del país, que no llegó a cuajar.

Sin embargo, algunos de los principales aliados de Washington en Oriente Medio, como Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, apoyan a Hafter, que mantiene también buenas relaciones con Egipto, pese a que este país respalda oficialmente a Serraj.

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