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Nadal desenchufa el show de Kyrgios en Wimbledon

(Tim Ireland / AP)
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Associated Press

Rafael Nadal estaba cerca de la red en la Cancha Central, cuando Nick Kyrgios realizó un potente tiro de derecha, directamente hacia el abdomen del español. El pelotazo, aparentemente intencional, derivó en un duelo de miradas desafiantes.

Kyrgios no se disculpó en ese momento ni en la conferencia de prensa.

“No lo golpeé”, razonó. “Le pegué a su raqueta, ¿no? ¿Por qué iba a disculparme? Gané el punto... Quiero decir, este tipo tiene, ¿cuántos Grand Slams? ¿Cuántos millones en la cuenta bancaria? Creo que puede aguantar un pelotazo en el pecho”.

Tampoco ofreció disculpas por discutir con el juez de silla ni por pasar un tiempo en un pub local, la noche anterior al partido.

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La contrición no es la especialidad de Kyrgios. Los destellos de rebelde talento sí, y tuvo varios también durante el encuentro correspondiente a la segunda ronda de Wimbledon.

Realizó saques por debajo del brazo, incluido uno que se convirtió en un ace. Intentó disparos hacia atrás y por en medio de sus piernas. Incluso, corrió de manera anticipada antes de un servicio del español, y protestó airado cuando se le marcó la infracción.

“Es increíble lo bien que es capaz de jugar”, comentó Nadal acerca del australiano. “Si es capaz de olvidar el resto de cosas es un potencial ganador de Grand Slam”.

Kyrgios hizo de todo frente a Rafael Nadal, excepto ganarle.

El encono entre los dos tenistas deparó momentos interesantes. Pero Nadal, dos veces monarca en Wimbledon, se cercioró de desenchufar el espectáculo de su adversario, al vencerlo por 6-3, 3-6, 7-6 (5), 7-6 (3) en la cancha central, para instalarse en la tercera ronda.

Nadal y Kyrgios no tienen la mejor relación, dentro ni fuera de la cancha. En 2014, Kyrgios tenía 19 años y superó a Nadal en Wimbledon, para convertirse en el tenista más joven que había eliminado al primero del ranking en un major desde 2005.

En los meses recientes, hubo una disputa pública entre Nadal, su tío y Kyrgios.

Este año, en el puerto mexicano de Acapulco, Kyrgios eliminó a Nadal, y su festejo fue considerado desmedido e irrespetuoso por el astro de las Baleares.

Una vez vengada aquella derrota, Nadal quiere olvidarse de las preguntas sobre Kyrgios, sobre todo las referentes a sus alardes.

“Si vamos hablando de él todo el día, desde la ATP le hacen la promoción que le hacen todo el día, pues la realidad es que él se sigue creciendo”, advirtió. “Creo que él tiene un gran talento, hay que promocionar el talento que tiene que es bueno para el tenis pero hay otras muchas cosas que no hay que promocionar”.

En la antesala del encuentro del jueves, Kyrgios dijo que difícilmente se sentaría con Nadal para tomar una cerveza. El español respondió que estaba muy viejo para prestar atención a comentarios semejantes.

Quizás Nadal pueda disfrutar una cerveza en solitario, para celebrar algo que seguramente fue más que un triunfo de rutina, aunque él mismo lo niegue.

“Es sólo un partido de segunda ronda”, zanjó.

Roger Federer avanzó a la tercera ronda, en su camino hacia lo que sería un octavo título de Wimbledon. Serena Williams siguió también con vida, pese a perder el primer set.

En cambio, Angelique Kerber cayó sorpresivamente en la Cancha 2, por 2-6, 6-2, 6-1 ante la estadounidense Lauren Davis, quien no figura entre la preclasificadas.

“Me dije a mí misma: ‘Eres fuerte y puedes hacerlo; éste es tu lugar’”, dijo Davis, quien sólo llegó al torneo por la lesión de una tenista que la había derrotado en la fase clasificatoria.

Kerber se impuso a Williams en la final del año pasado. Federer ganó su octavo cetro en el All-England Club en 2017 y quedó eliminado el año pasado en cuartos de final.

Pese a su palmarés en Wimbledon, Federer enfrentó al británico Jay Clarke en la mayor instalación periférica, en vez de hacerlo en la Cancha Central, su recinto habitual.

El suizo se impuso por 6-1, 7-6 (3), 6-2.

“Realmente disfruté hoy estar en la Cancha 1 con el techo”, dijo Federer. “No podía decir en realidad si era la Central o la Cancha 1”.

En la jornada, avanzó el japonés Kei Nishikori (8vo preclasificado), y cayó el estadounidense John Isner (9no).

Williams sufrió dos quiebres en el primer parcial pero se recuperó para doblegar a la eslovena Kaja Juvan, por 2-6, 6-2, 6-4, con lo cual ancló en la tercera ronda.

Bajo la mirada de la duquesa Meghan de Sussex en la Cancha 1, Williams tuvo la oportunidad de llevarse el duelo con su saque 5-2, pero sufrió un rompimiento.

En su segundo intento no falló, y recetó un ace.

Mejoró a una foja de 23-0 ante tenistas provenientes de la fase clasificatoria en torneos del Grand Slam. Sólo ha perdido dos sets ante esas jugadoras en duelos anteriores.

En tanto, si la presión se está acumulando sobre Ash Barty, la australiana lo ha logrado ocultar.

La primera del ranking llegó al único torneo del Grand Slam que se disputa sobre césped luego de ganar el Abierto de Francia y un certamen preparatorio en Birmingham. Ahora, ha hilado dos victorias en el All-England y ha llegado a la tercera ronda, con una seguidilla de 14 triunfos.

Aplastó 6-1, 6-3 a Allison Van Uytvanck, en apenas 55 minutos sobre la Cancha 2. Pudo ser más rápida, pero no pudo liquidar con su saque en 5-2 durante el segundo set.

Fue el único quiebre que sufrió.

“Estuve bastante afinada desde el inicio”, dijo Barty (1ra preclasificada). “Fui capaz de implementar lo que quería hacer desde el arranque, y pude presionarla a ella”.

Avanzaron también a la tercera ronda Petra Kvitova, bicampeona de Wimbledon, Kiki Bertens (4ta preclasificada) y Sloane Stephens (9na).

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