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CBP celebra su 230 aniversario con nuevos retos de seguridad fronteriza

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EFE

El Servicio de Aduanas de Estados Unidos, hoy CBP, celebró este miércoles su 230 aniversario en uno de los cruces entre California y México con una muestra de sus resultados: decomisos de droga, incautación de especies exóticas y detención de migrantes indocumentados.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que con sus casi 60.000 empleados es una de las agencias federales más grandes del país, hizo en la garita de Otay Mesa (sur de California) una exhibición de las técnicas empleadas para inspeccionar mercancía, vehículos y pasajeros que ingresan a Estados Unidos.

Aros de neumáticos, baterías de vehículo, latas de jalapeños y piezas hidráulicas fueron algunas de las piezas exhibidas en las que los agentes migratorios se toparon narcóticos y contrabando de bienes durante su labor diaria.

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Han sido sorprendidos incluso con intentos de cruce de drogas a través de una máquina de gimnasio, como la que detectaron en enero de este año en Otay Mesa y en la que descubrieron 27 kilos de metanfetaminas, un kilo de fentanilo y 2 kilos de cocaína.

“Donde se puede hacer un lugar para esconder cosas, lo hacen, lo que cambió es que lo están haciendo más pequeños como la batería de un vehículo”, dijo Angélica DeCima, vocera de CBP en el Sector San Diego.

En las garitas fronterizas que gestiona CBP, cada día se incautan más de 5.800 libras de narcóticos y unos 3,3 millones de dólares en productos que violan derechos de propiedad intelectual.

Según información de la Oficina de Estadísticas de Transporte, las garitas entre California y México son unas de las más activas en la frontera con más de 14 millones de cruces a pie y 49 millones de vehículos en ambas direcciones al año.

La Asociación de Gobiernos de San Diego (Sandag) calcula que la mercancía que en 2018 ingresó y salió de Estados Unidos por la garita comercial de Otay alcanzó un valor de 47.000 millones de dólares.

La línea fronteriza está hoy por hoy en el centro del debate político, ante la grave crisis humanitaria que implica la llegada diaria de cientos de indocumentados que solicitan asilo, y que ha merecido un endurecimiento de las políticas migratorias, y de paso la implementación de nuevas medidas para detener el tráfico de drogas.

El presidente Donald Trump reconoció hoy el trabajo de la agencia para “impedir que el flujo de drogas y la violencia cruce hacia nuestro grandioso país”, según dijo en un mensaje difundido por la Casa Blanca.

Recordó que desde el siglo XVIII, y bajo diferentes denominaciones, la agencia ha sido fiel a su misión de preservar “la integridad” de los puertos de entrada y aseguró que continuará recibiendo los “recursos y el entrenamiento que requieran para proteger el territorio estadounidense, salvaguardar a sus ciudadanos y resolver la crisis en la frontera sur”.

Solo en las garitas de Otay Mesa y San Ysidro hay unos 70 equipos caninos para detectar narcóticos, según dijo el comandante de esta agencia Roberto Pagan.

Más allá de las drogas, los agentes de CBP también se especializan en otras áreas como el programa de inspección de agricultura. En el año fiscal 2018, los agentes del sector San Diego especializados en este programa realizaron más de 77.000 inspecciones de carga.

Luis Ángulo, supervisor de CBP en el Aeropuerto de San Diego, se refirió hoy a las cámaras de reconocimiento facial, que permiten con una efectividad de 99,7 % comparar el rostro de los viajeros con una base de datos, y que desde mayo de este año, cuando el sistema se instaló en esta terminal, se usan en vuelos hacia Japón, Alemania e Inglaterra.

Las cámaras también han sido colocadas en las garitas terrestres y Angulo comentó que CBP planea aplicar estos aparatos en todas las garitas en un futuro.

En un día promedio, la agencia procesa a más de un millón de viajeros, 79.000 contenedores de embarcaciones, camiones de carga y trenes, y realiza alrededor de 850 aprehensiones en los puertos de entrada.

En el marco de este aniversario, las autoridades locales iniciaron hoy la construcción del último tramo de una carretera que conectará el área metropolitana de San Diego con el futuro Puerto de Entrada Este de Otay Mesa.

El proyecto del nuevo puerto de entrada, que se espera esté terminado en 2023, es una obra de unos 800 millones de dólares y busca reducir los tiempos de espera para así dinamizar esta zona de fuerte intercambio comercial.

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