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Los latinos, cansados de que las campañas demócratas les den por sentado

John Gimenez at an event hosted by the Hispanic Federation to encourage voting in Kissimmee, Fla.
John Giménez coloca una bandera en su vehículo en un evento organizado por la Federación Hispana para fomentar el voto en la comunidad latina en Kissimmee, Florida.
(John Raoux / Associated Press)
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Cuando llegó a su fin el salvaje día de elecciones, quedó claro que Joe Biden probablemente ganaría el voto latino en todos los estados.

Pero cuando se hizo evidente que la elección no sería la victoria rotunda que muchas encuestas parecían predecir, surgió una pregunta angustiante entre muchos demócratas: ¿Por qué más latinos no votaron por Biden y por qué tantos, relativamente hablando, optaron por Donald Trump, un mandatario con un historial de denigrar a los mexicanos y otros inmigrantes, y por ser insensible con sus conciudadanos en un Puerto Rico devastado por el huracán? En otras palabras, ¿por qué no prefirieron más latinos al candidato demócrata?

Para Chuck Rocha, es un tema familiar y frustrante.

“Si tengo que escuchar a una persona blanca más […] hablar en la televisión de que nuestra comunidad no es monolítica…”, expresó Rocha, fundador de Nuestro PAC, un grupo pro-Biden enfocado en atraer votantes latinos. “Anoche, la comunidad latina parecía estar escuchando y decir: ‘Permítanme mostrarles lo poco monolíticos que somos’”.

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El ejemplo más obvio está en el sur de Florida, donde Trump obtuvo casi la mitad de los votantes latinos y donde la debilidad demócrata entre los cubanoamericanos y otros votantes latinoamericanos le costó a los demócratas dos distritos electorales en el área de Miami. O en Texas, donde Biden se quedó significativamente atrás en comparación con los resultados obtenidos por Hillary Clinton en 2016, en los recintos predominantemente latinos del Valle de Río Grande.

Los estrategas políticos y expertos señalaron varios factores que influyeron en contra del partido demócrata, incluida la falta del conocimiento del terreno en Texas y una estrategia republicana agresiva en el sur de Florida que describió falsamente a Biden como socialista. Otros dijeron que el impulso para dominar el llamado voto latino llegó demasiado tarde en algunos lugares, lo cual permitió a los republicanos mordisquear los márgenes y reducir la brecha.

“Lo que comprendí es que el partido demócrata en su conjunto necesita reevaluar toda la estrategia sobre cómo llegar a los latinos”, destacó Rocha.

Sin embargo, le irrita que tal enfoque de las voces ansiosas de la izquierda pudiera caer sobre los latinos, cuando Biden no perdió su voto en ningún estado ante Trump. “Tú y yo estamos teniendo una conversación sobre los latinos y por qué tuvieron un desempeño inferior, cuando de hecho Joe Biden ganó a los latinos en Florida en todo el estado, mientras que perdió a los blancos”, remarcó. “Deberíamos estar hablando de eso”.

Fue un punto subrayado el miércoles por Juan Carlos Huerta, profesor de ciencias políticas en la Universidad Texas A&M de Corpus Christi. “Cuando vemos los datos nacionales […], creo que la población latina en general votó por Biden. El único gran grupo étnico racial que no lo hizo, y optó en cambio por Trump, fue el de los votantes blancos”, señaló. “Creo que no nos hacemos muy a menudo esta pregunta: ‘¿Cómo puede ser que los blancos sean tan republicanos?’”.

Todo esto sucede en medio de un drama electoral vertiginoso en el que el pesimismo de los demócratas en la noche del martes se convirtió en una nerviosa esperanza el miércoles por la mañana, con los desafíos judiciales como una certeza inevitable.

Y es probable que la historia del voto latino durante las elecciones de 2020 esté ensombrecida por qué lado gana, y que los demócratas se detengan menos en los errores cometidos si Biden finalmente triunfa.

Una encuesta a boca de urna realizada para un consorcio de cadenas de televisión indicó que Biden estaba ganando casi el 70% de los votantes latinos en todo el país. Trump se erigía con casi un tercio de ese grupo, una mejora con respecto al 28% que mostró en la encuesta a boca de urna hace cuatro años.

Esa brecha se redujo en lugares como el condado de Starr, en Texas, donde Clinton ganó el 79% de los votos en 2016. Este año, Biden ganó el 52% de los votos emitidos frente al 47% de Trump.

Si bien algunos podrían estar rascándose la cabeza sobre cómo podría suceder eso en un condado que es 96% latino, Rocha destacó que Clinton tuvo un desempeño superior al de Barack Obama porque los mexicanos en el Valle de Río Grande estaban familiarizados con el ex presidente Bill Clinton y su organización en el estado. “Mientras tanto, los latinos con los que hablé durante todo el verano no conocían a Joe Biden”, señaló Rocha, quien ha trabajado en política en Texas durante unos 30 años. “Sabían que había sido vicepresidente, pero no conocían nada de él”.

Huerta remarcó que la brecha entre latinos y latinas, las campañas de desinformación y un porcentaje creciente de protestantes evangélicos probablemente jugaron un papel en la forma en que votó este grupo. También citó el hecho de que la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos brindó a los latinos de la zona empleos bien pagados, mitigando así, tal vez, la indignación de algunos por la dura retórica de Trump sobre la inmigración ilegal.

Lupita Cruz Ríos vive en Roma, una pequeña ciudad en el oeste del condado de Starr, y votó por Trump este año y en 2016. La mujer de 62 años tiene un sobrino que trabaja para la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y apoya el muro fronterizo del actual presidente.

Su esposo, yerno y otros familiares trabajan en los campos petroleros del centro de Texas y piensan que su sustento se vería amenazado si Trump pierde. Su cuñada es una activista latina de la campaña del mandatario, con sede en Washington, D.C., y Cruz cree que pudo haber logrado un acercamiento más exitoso con las familias latinas socialmente conservadoras como la suya en el sur de Texas. “A mucha gente de aquí, [Trump] la ha ayudado: trabajos en la Patrulla Fronteriza, el campo petrolero”, dijo Cruz. “Nos ganamos la vida con eso”.

En general, Biden perdió Texas por seis puntos, mientras que Clinton perdió el estado por nueve.

“¿Cómo mejoró Biden el desempeño de Clinton si tuvo un actuación inferior entre los votantes latinos en el estado de Texas?”, preguntó Huerta. “Eso me lleva a cuestionar; ¿Es más un fenómeno de Río Grande en lugar de todo el estado?”.

Mientras tanto, en Arizona, la aparente victoria de Biden se atribuyó al triunfo demócrata entre los latinos. Rocha dijo que hubo “una operación real en el terreno por parte de organizaciones lideradas por latinos en el estado durante un largo tiempo”.

Debe agregarse a eso el hecho de que una generación de organizadores luchó contra el ex sheriff Joe Arpaio y el controvertido Proyecto de Ley del Senado 1070, que ordenaba a la policía exigir los documentos de las personas sospechosas de estar en el país ilegalmente.

Biden también explotó “recursos reales allí, en la televisión y la radio”, resaltó Rocha.

La fuerza del atractivo de Trump para los votantes latinos fue especialmente evidente en Florida, donde una encuesta a boca de urna mostró al presidente con el 47% de los votos del grupo, frente al 52% de Biden. Los republicanos aprovecharon la amenaza del socialismo, que tiene una resonancia considerable en el sur de Florida, un lugar formado por refugiados que huyeron de dictaduras, incluidas las de izquierda. “Ese es el mensaje que funciona. No es cierto, pero funcionó”, resaltó Eduardo Gamarra, profesor de política y relaciones internacionales en Florida International University. “Los republicanos […] sabían dónde estaban las susceptibilidades”.

Evelyn Pérez-Verdía, estratega demócrata de asuntos latinos, atribuyó el aumento de latinos que votan por Trump a la desinformación que es desenfrenada en el estado, así como al “fantasma del Castro-Chavismo”, una referencia a los fallecidos dictadores Fidel Castro, de Cuba, y Hugo Chávez, de Venezuela. Si no se le etiquetaba como socialista, el partido demócrata era catalogado falsamente como violento, resaltó.

Un anuncio de la campaña de Trump que se transmitió en español en una estación de radio del área de Miami describía a los demócratas como “títeres de la izquierda radical, una pandilla que prefiere la anarquía y el caos”.

“Todos escapamos de países violentos”, consideró Pérez-Verdía. “Si hay algo que todos tenemos en común en América Latina… es que la mayoría de los países hemos vivido la violencia”.

“Necesitamos enfocarnos en hacer algunos estudios en profundidad de nuestras comunidades durante todo el año en Florida y otras comunidades en todo el país”, agregó. “Ello ayudaría desde las campañas al gobierno a comprender realmente las subculturas de nuestras culturas”.

Charles Gerow, un estratega político republicano, dijo que los latinos ayudaron a impulsar a Trump “a una victoria inesperadamente grande en el Estado Soleado”. Citó el socialismo como una de las principales preocupaciones de esos votantes, no la inmigración. Agregó que muchos votantes latinos también apoyaron las políticas económicas del mandatario. “Al presidente Trump le ha ido muy, muy bien en la comunidad de minorías, a pesar de todo el discurso en los medios nacionales sobre su personalidad ofensiva y sus instintos racistas”, destacó Gerow, quien es brasileño estadounidense. “La gente simplemente no se lo creyó; la comunidad minoritaria no lo creyó”.

El martes por la noche, mientras Rocha investigaba las elecciones para la Cámara y al Senado, destacó que no podía encontrar latinos que se desempeñaran como directores de campaña. También faltaban hispanos que trabajen como consultores de televisión, correo y digitales en las campañas. “Entonces, así esperan que votemos por ellos y tengamos una voz”, dijo, “cuando literalmente no tenemos ninguna voz en estas campañas”.

Las reporteras de planta de The Times Molly Hennessy-Fiske y Kate Linthicum contribuyeron con este artículo.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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