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Mensaje contradictorio de Trump: ¿detener el escrutinio o seguir contando?

Trump supporters chanted, "Stop the count!" outside a ballot processing center in Detroit, Mich., on Wednesday.
Los partidarios de Trump corean: “¡Detengan el conteo!” en un centro de procesamiento de boletas en Detroit, el miércoles.
(Kent Nishimura / Los Angeles Times)
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Los infructuosos pedidos del presidente Trump el jueves por la mañana para “detener el conteo” subrayaron un problema importante para el primer mandatario: necesita que algunos estados sigan contando las boletas si tiene alguna posibilidad de ganar la reelección.

Trump se ubicaba por detrás del ex vicepresidente Joe Biden en Arizona y Nevada cuando tuiteó en mayúsculas exigiendo que se detuviera el conteo, y necesita ganar al menos uno de ellos para evitar que Biden alcance los 270 votos electorales necesarios.

Corrección:

7:35 p.m. nov. 5, 2020In a previous version of this article, Trump advisor Kellyanne Conway’s last name was misspelled as Conaway.

Además, Trump tendría que mantener sus liderazgos cada vez más reducidos en Pensilvania y Georgia, donde Biden se encuentra a una distancia considerable. Trump parecía encaminado a la victoria en Carolina del Norte, otro estado clave que aún espera sus resultados finales.

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Trump emitió un tuit de seguimiento en mayúsculas afirmando falsamente que cualquier voto que llegara después del día de las elecciones “no será contado”. Twitter lo marcó como desinformación, un hecho frecuente para un presidente que se ha apoyado en gran medida en afirmaciones infundadas de fraude electoral.

Es un problema matemático difícil y un manejo complicado de las relaciones públicas para Trump, quien ha perdido credibilidad durante sus cuatro años en el cargo con declaraciones contradictorias y, a menudo, falsas.

Durante la campaña, Trump insistió en que el resultado debía resolverse el día de las votaciones, el 3 de noviembre, aunque la mayoría de las elecciones necesitan varios días para el conteo final. El desafío creció este año porque un número récord de estadounidenses, temerosos por la pandemia de COVID-19, sufragaron por correo en lugar de hacerlo en persona.

Pero cuando Trump se quedó atrás de Biden la noche de las elecciones, y Fox News proyectó al demócrata como el ganador en Arizona, sus asesores exigieron, sin éxito, anular el cálculo y expresaron que los medios de comunicación deberían esperar hasta que se contaran todos los votos.

Los mensajes discordantes ponen a Trump en desventaja mientras intenta convencer a los votantes de que puede ser el legítimo ganador de las elecciones.

En el recuento de Florida de 2000 entre George W. Bush y Al Gore, los republicanos ofrecieron un mensaje coherente, aunque polémico. Bush lideraba por varios cientos de votos, de más de seis millones emitidos, en el estado que decidiría al ganador en el colegio electoral. Su campaña argumentó en la corte estatal y federal que los intentos demócratas de encontrar boletas no contadas podrían conducir a una revocación ilegal de las elecciones.

Los republicanos imprimieron camisetas y calcomanías en los parachoques, burlándose del logotipo de la campaña Gore-Lieberman mientras inundaban las oficinas electorales y las calles.

El tema ganó el apoyo del público mientras luchaban contra los desafíos legales y finalmente prevalecieron en una Corte Suprema dividida. El tribunal superior detuvo el recuento y Bush ganó el estado, y por lo tanto la Casa Blanca, por 537 votos.

Veinte años después, Trump carece de un mensaje coherente para defender sus relaciones públicas. Sus seguidores golpearon ventanas y corearon: “¡Detengan el conteo!” en el exterior de una oficina electoral en Detroit. Horas más tarde, otro grupo de partidarios de Trump se reunió frente a una oficina electoral en Phoenix, coreando: “¡Cuenten los votos!”.

Trump tampoco se mostró alineado con sus propios asesores. Incluso cuando exigió un alto del recuento, Kellyanne Conway le dijo a Fox News que no había prisa por declarar un ganador. “¿No podemos esperar tres horas, tres días, tres semanas para obtener un resultado?”, preguntó. “¿Cuál es la prisa de repente?”.

En sus comentarios públicos, el martes por la noche y el miércoles, Biden instó a sus seguidores a “ser pacientes” y esperar hasta que se cuenten todos los votos.

Trump recurrió a los tribunales para darse una ventaja. Su campaña obtuvo una orden judicial, el jueves, que permite al equipo del presidente observar más de cerca el procesamiento de las boletas en Pensilvania. Varios cientos de miles de sufragios permanecen sin contar allí, y la ventaja del primer mandatario se ha ido reduciendo constantemente.

Bill Stepien, director de campaña de Trump, negó que el presidente estuviera en peligro de una derrota allí. “Ganaremos Pensilvania”, enfatizó. “Tengo tanta confianza hoy como ayer”, en alusión a su prematura declaración de una victoria.

La campaña de Trump planea presentar otra demanda el jueves en Nevada, donde la carrera sigue demasiado estrecha como para definir un ganador.

Según Fox News, la demanda alegará que 10.000 personas votaron en el estado a pesar de no vivir allí. No está claro qué pruebas existen para tal afirmación. El equipo de Trump ha difundido repetidamente acusaciones infundadas de fraude electoral.

El estado tiene seis votos electorales, y una victoria de Biden aseguraría efectivamente su triunfo si mantiene su liderazgo en Arizona.

La agencia de noticias Associated Press proyectó que el candidato demócrata ganará Arizona, pero el equipo de Trump insiste en que el estado aún está en juego a medida que se cuentan más votos.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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