La Casa Blanca de Biden busca pasar la página después de Trump

El fin del juicio político al ex presidente Trump abre un nuevo capítulo para su sucesor en la Casa Blanca.

Pero aunque el actual mandatario y su equipo están ansiosos por superar esa instancia, el tono amargamente partidista del proceso subraya los profundos desafíos que se avecinan mientras el presidente y su partido intentan impulsar su agenda y abordar crisis históricas.

Biden, quien se encontraba en el retiro presidencial de Camp David cuando el Senado votó, el sábado, para absolver a Trump, había reconocido que los demócratas debían responsabilizar al exmandatario por el asedio al Capitolio de Estados Unidos, pero no acogió con agrado la forma en que el proceso lo distrajo de su agenda.

El juicio terminó con todos los demócratas y siete republicanos dispuestos a condenar a Trump, pero la votación de 57 a 43 estuvo lejos del umbral de dos tercios requerido para una condena. Si los siete votos republicanos contra el expresidente le ofrecieron a Biden alguna nueva esperanza de cooperación bipartidista dentro del Congreso, sigue siendo una pregunta abierta.

En un comunicado, Biden hizo referencia a esos votos republicanos para condenar al expresidente -y la propia acusación del líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, de las acciones de Trump- como evidencia de que “la clave de la acusación”, de que el exmandatario fue responsable de incitar a la violencia en el Capitolio, “no está en disputa”.

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Feb. 13, 2021

Pero rápidamente pasó al trabajo por delante, enfatizando una nota de unidad y declarando que “este triste capítulo de nuestra historia nos recordó que la democracia es frágil” y que “cada uno de nosotros tiene un deber y una responsabilidad como estadounidenses, y especialmente como líderes, para defender la verdad y derrotar las mentiras”. “Es una tarea que debemos emprender juntos. Como Estados Unidos de América”, destacó el presidente.

Biden no vio el juicio en vivo y eligió comentar solo brevemente sobre las imágenes de los disturbios que conmovieron a la nación. Aunque su Casa Blanca argumentó públicamente que el juicio no obstaculizó sus planes, a sus funcionarios les preocupaba en privado que un procedimiento prolongado pudiera empantanar al Senado y retrasar la aprobación de su enorme proyecto de ley de ayuda contra el COVID-19. Esa propuesta, de $1.9 billones de dólares, es solo la primera parte de una amplia agenda legislativa que Biden espera aprobar mientras lucha contra la pandemia de COVID-19, que ha matado a más de 480.000 estadounidenses y sacudido la economía nacional.

“La prioridad número uno para los demócratas y la administración Biden será cumplir las promesas que se han hecho sobre la pandemia, tanto en el frente de las vacunas como en lo económico”, resaltó el estratega demócrata Josh Schwerin.

El final del juicio político libera al partido para que se concentre en cuestiones y políticas menos divisivas y más populares, como el paquete de ayuda contra el coronavirus, que según las encuestas tiene un apoyo significativo entre los estadounidenses.

A lo largo de su campaña, Biden trabajó para evitar definirse por Trump y sus controversias y, en lugar de ello, buscó establecer un contraste en la política y la competencia, un principio rector que él y sus asistentes han trasladado a la Casa Blanca.

Su equipo mantuvo un ritmo constante de los eventos durante el proceso al exmandatario, incluida una actualización sobre el desarrollo de vacunas y la primera visita de Biden al Pentágono como comandante en jefe. Ahora que los procedimientos en el otro extremo de la avenida Pennsylvania han terminado, la Casa Blanca planea aumentar sus esfuerzos para destacar la lucha contra la pandemia y superar el caos de Trump.

La ex senadora demócrata Heidi Heitkamp, de Dakota del Norte, predijo que en un estado como el de ella, donde Trump ganó el 65% de los votos, centrarse en esos temas urgentes haría más progresos con los votantes promedio ahora. “De lo que tenemos que hablar es de la economía: hacer que vuelva a funcionar y pasar la página” sobre la última administración, enfatizó. “Las buenas normas son una buena política. Tenemos que regresar a eso”.

Los demócratas tienen que tomar una decisión sobre cómo lidiar con Trump en el futuro. Si bien el final del juicio político ofrece una clara oportunidad para que el partido se concentre directamente en su propia agenda, Trump también puede ser un arma política potente para los demócratas, por no mencionar un gran impulsor del efectivo de la campaña.

Después de la votación del sábado, American Bridge 21st Century, el brazo de investigación de la oposición del partido demócrata, emitió un comunicado castigando a los senadores de Ohio y Florida, dos estados a los que los demócratas apuntan para las elecciones de 2022, por votar para no condenar a Trump.

“Ron Johnson, Marco Rubio y casi todos los demás republicanos del Senado anteponen su lealtad a Donald Trump al estado de derecho, a los agentes de policía del Capitolio que los protegen todos los días y a los juramentos que hicieron para defender la Constitución”, enfatizó Bradley Beychock, presidente del grupo, que definió a los senadores como “aduladores débiles”.

Aún así, Schwerin advirtió que el expresidente no puede ser el “foco principal” de los demócratas. “No debemos ignorar el hecho de que muchos de los problemas que enfrenta el país se deben a los fracasos de Trump, pero él no debería ser el centro de todos los correos electrónicos y comunicados de prensa de recaudación de fondos. Tenemos que mirar hacia adelante”, remarcó.

Biden planea mantener una apretada agenda centrada en la pandemia de COVID-19 la próxima semana.

El presidente hará sus primeros viajes nacionales oficiales esta semana: un encuentro por televisión en Wisconsin, el martes, para hablar con los estadounidenses afectados por el coronavirus, y una visita a una instalación de vacunas de Pfizer en Michigan, el jueves.

El personal de asuntos legislativos de la Casa Blanca estaba listo para trabajar con los comités de la Cámara en la elaboración de detalles del proyecto de ley de asistencia, que los demócratas esperan votar el próximo mes.

Aún así, algunos dentro del partido no han terminado con Trump. El Comité de Campaña de Cambio Progresista, un grupo líder de activismo, emitió una petición el sábado por la noche alentando a los partidarios a pedir al candidato a fiscal general Merrick Garland que “investigue y procese a Trump y a toda su red criminal por violar la ley”.

Es probable que Biden continúe enfrentando preguntas sobre cómo su Departamento de Justicia manejará una serie de investigaciones federales y criminales en curso sobre los negocios de Trump y su conducta como primer mandatario.

Y sus asistentes estarán atentos a los próximos movimientos de Trump, particularmente si se jacta de la exoneración y calienta su actividad política, e incluso apunta hacia una campaña de 2024. El plan, por ahora, es tratar de ignorar al exmandatario.

La expresidenta del Comité Nacional Demócrata, Donna Brazile, advirtió que Trump no lo hará fácil, pero que los demócratas deben evitar ser absorbidos nuevamente por su órbita. “No creo que Donald Trump vaya a desaparecer pronto; […] él siempre buscará formas de filtrarse y trabajar para sí mismo”, señaló. “Mientras el expresidente está pensando a quién apuntará a continuación, los demócratas tienen que descubrir cómo levantar a la gente y cómo proteger y ayudar al pueblo estadounidense”.

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