Columna: Por qué Newsom podría preferir que las elecciones en su contra se llevaran a cabo lo antes posible
Las encuestas muestran que la mayoría de los votantes se oponen a los esfuerzos para destituir al gobernador demócrata Gavin Newsom. ¿Cambiará eso con el tiempo?
El final del verano trae muchos esplendores a California. Noches sofocantes, viajes en auto, hojas que flamean en carmesí y amarillo en la Sierra.
También podría traer la segunda votación de la historia para destituir a un gobernador antes de que termine su mandato.
A medida que las cosas mejoran para Gavin Newsom -las empresas vuelven a abrir, el COVID-19 disminuye, las escuelas comienzan a impartir clases en persona- es probable que la decisión sobre su destino político se produzca más cerca del Día del Trabajo que del Día de Acción de Gracias. Eso es antes de lo que se había previsto originalmente y refleja la creciente confianza de los demócratas en que Newsom sobrevivirá a un intento de destitución.
Una encuesta reciente del Instituto de Políticas Públicas de California, que no es partidista, mostró lo que otros han encontrado: Una amplia mayoría de los encuestados se opone a la destitución del gobernador. Los demócratas están fuertemente en contra de la iniciativa, los republicanos están firmemente a favor y los independientes están divididos casi por igual.
En un estado con muchos más demócratas e independientes que republicanos, esa no es una fórmula ganadora para los que buscan echar a Newsom del cargo antes de las elecciones de noviembre de 2022.
Más significativamente, el sondeo encontró poca diferencia con respecto a una encuesta de opinión realizada en marzo. Esas actitudes fijas y un limitado apetito por la cobertura informativa sugieren que la revocación no ha cautivado realmente a los votantes como la de 2003, que atrajo la atención mundial y una serie de candidatos que destacaba por la presencia de la megaestrella del cine Arnold Schwarzenegger.
Esta vez tenemos a Caitlyn Jenner y a John Cox que pasea por el estado.
Todo eso podría cambiar, por lo que Newsom probablemente programaría una elección anticipada para mañana si estuviera en su poder. No lo está. Hay fechas y directrices electorales escritas en la ley estatal.
Los principales embalses del norte de California contienen actualmente solo la mitad del agua que normalmente contienen a finales de la primavera. Es una señal de advertencia de una nueva sequía potencialmente devastadora y una marca innegable del dramático cambio climático, escribe el columnista George Skelton.
Pero no es como si esas reglas estuvieran talladas en piedra y se transmitan desde el Monte Whitney. Hay una cierta flexibilidad en el proceso y puede estar seguro de que los compañeros demócratas de Newsom velarán por los intereses del gobernador y harán todo lo posible para ayudarle a permanecer en el cargo.
El reloj comenzó a correr en la elección de destitución el 26 de abril, cuando el secretario de Estado anunció que los proponentes habían reunido suficientes firmas a fin de calificar la medida para la votación. Hay un período obligatorio de 30 días que permite a los que firmaron las peticiones retirar su apoyo, aunque no hay ningún esfuerzo serio para hacerlos cambiar de opinión.
Además, se necesita tiempo para evaluar los costes de la elección, que actualmente se proyectan en torno a los 400 millones de dólares. Existe la duda de si esa revisión por parte de la Legislatura y el Departamento de Finanzas del Estado puede concluirse rápidamente o requiere los 60 días asignados. Obviamente, un plazo más corto permitiría una votación más temprana.
Entonces depende de la vicegobernadora Eleni Kounalakis -compañera demócrata de Newsom- programar las elecciones en un plazo de 60 a 80 días. No hace falta ser licenciado en ciencias políticas para saber qué decisión tomará.
“Nuestro objetivo es ganar y venceremos la destitución republicana cuando se convoquen las elecciones”, dijo Nathan Click, portavoz de la campaña de Newsom. “Ese es nuestro enfoque”.
“Adelante”, dijo Anne Dunsmore, directora de campaña de Rescue California, uno de los grupos que lideran el esfuerzo de destitución. “Lo haremos de cualquier manera”.
Hay razones por las que ambas partes pueden preferir celebrar las elecciones lo antes posible - o, por el contrario, esperar hasta después de que los “truco-o-treta” hayan terminado de hacer lo suyo.
Menos tiempo significa menores oportunidades para que las circunstancias se vuelvan en contra del gobernador, ya sea un resurgimiento del COVID-19, un nuevo escándalo que involucre al asediado Departamento de Desarrollo de Empleo del estado, o una decisión estúpida de Newsom de volver al restaurante French Laundry para el postre.
El columnista George Skelton opina que no estamos perdiendo a las personas de altos ingresos que huyen de los impuestos de California. Hay más gente rica que se muda aquí que la que se va porque puede permitirse el aumento del coste de la vida.
(Una temporada de incendios forestales no pesará necesariamente en contra de sus posibilidades de supervivencia política; los votantes tienden a no culpar a su gobernador por un desastre natural si responde con rapidez y contundencia. Como demostró Pete Wilson al enfrentarse a una serie épica de calamidades a principios de la década de 1990, los votantes podrían incluso recompensarle. Sin embargo, podría ser una historia diferente si los apagones prolongados dejan que la comida se pudra en los frigoríficos y los votantes goteen sudor en sus papeletas).
En este momento, las encuestas muestran que los republicanos -es decir, los más ansiosos por destituir a Newsom- están mucho más interesados en la destitución que los demócratas y los independientes. Eso sugiere que ahora mismo es más probable que participen en la elección.
Al gobernador le vendría bien algo de tiempo para reunir a sus partidarios y captar su interés; es discutible que el verano y sus muchas distracciones ofrezcan la mejor oportunidad para hacerlo antes de las elecciones de agosto o principios de septiembre.
Además, muchos votantes son animales de costumbres. “La gente está acostumbrada a las elecciones de noviembre, ¿participarían en unas elecciones que no fueran en noviembre?”, se pregunta Jim Ross, un estratega demócrata que trabajó para Newsom cuando era alcalde de San Francisco. “No es una razón para no seguir adelante antes. Pero es algo a considerar”.
Hay un viejo dicho en política: Si tienes los votos, pasa lista. Parece - por ahora, al menos - que Newsom está preparado para vencer el esfuerzo de destitución. Aunque ha habido diferencias de opinión, el creciente consenso dentro de la órbita política del gobernador es que lo mejor sería que las elecciones se celebren cuanto antes.
Con los demócratas dirigiendo el espectáculo en Sacramento, seguramente eso es lo que sucederá.
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