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El coronavirus cambia drásticamente los planes financieros hasta de los jubilados con más recursos

Los jubilados han visto el valor de sus fondos de jubilación muy erosionado y están buscando maneras de generar dinero para los gastos de vida.

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Los jubilados sienten el golpe económico de la pandemia de coronavirus. Incluso aquellos que tienen ahorros y otros recursos ahora temen que la estabilidad financiera que habían previsto para sus años postlaborales haya desaparecido.

A medida que la economía de EE.UU se enfrenta a una recesión y el mercado bursátil cae más del 25% desde su pico en febrero pasado, los jubilados sienten la erosión del valor de sus fondos de retiro y buscan formas de generar efectivo para sus gastos básicos.

A continuación, tres personas en esa situación explican cómo están lidiando con la crisis:

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‘Nunca vi algo como esto’

Randy Smythe, de 60 años, se jubiló en septiembre pasado después de una carrera en ventas de comercio electrónico, y pronto decidió pasar un año visitando los parques nacionales mientras rentaba su casa en Lake Arrowhead.

Ahora está atrapado en esa propiedad debido a la pandemia y, aún a dos años de la elegibilidad para el Seguro Social, Smythe espera que los ingresos de su cartera de inversiones de seis cifras y reducir los costos de vida puedan ayudarlo. “Soy soltero, así que normalmente como afuera, pero ahora no lo hago porque están todos los restaurantes cerrados”, comentó. “Entonces, estoy ahorrando dinero en ese sentido”. Él tampoco incurrirá en los gastos de viaje que pensaba.

También paga sus cuentas tan pronto como llegan. “Siempre lo he usado como mi primera línea de defensa contra el despido o alguna otra cuestión”, señaló. “Estoy bien hasta el primero de mayo”.

En cuanto a sus inversiones, Smythe dijo que comercia activamente con acciones, pero cuando el mercado comenzó a cambiar violentamente, hace varias semanas, “los primeros días ni miré” cuando los precios descendieron en un mercado en baja, comentó. “Llevo haciendo esto por un tiempo, así que ya he pasado por múltiples recesiones, pero nunca una tan grande. Jamás había visto algo como esto”.

Hasta el momento, no vendió muchas acciones para recaudar efectivo. El valor de su cartera, comentó, que está formada en un 90% por acciones individuales y un 10% de efectivo, cayó sólo 5% desde febrero, gracias en parte al repunte del mercado desde sus mínimos recientes. “Me gusta el riesgo, pero no tanto”, reconoció. “Sé que el mercado siempre sube con el tiempo”.

¿Y si no vuelve a ocurrir pronto? “Podría volver a trabajar hasta que tenga 67 o 68 si es necesario”, reflexionó.

‘Tengo suerte de estar en esta posición’

A los 64 años, Marty Foster estaba en proceso de mudarse a Las Vegas desde San Francisco hace un mes, cuando la pandemia comenzó a azotar a Estados Unidos. Residir en Nevada le está ahorrando dinero porque allí el costo de la vivienda es más bajo; el hombre sigue escondido en su apartamento de una habitación, cuya renta es de $944 al mes. “No hay nada que hacer, no hay lugares abiertos”, comentó.

Nacido y criado en Los Ángeles, Foster fue un fabricante de utilería en la industria del cine durante 25 años; luego pasó 11 años como instalador de gabinetes. Una lesión en la espalda lo obligó a jubilarse hace siete años, con el Seguro de Incapacidad del Seguro Social, que le proporciona “un ingreso fijo digno”, comentó.

“No hay nada en que gastar dinero”, reconoció. “Me encantaba ir al cine porque trabajaba en él. Pero ahora, cualquier cosa que no sea una tienda de comestibles está cerrada. De todas maneras, no me gustaría salir ahora, incluso si los lugares estuvieran abiertos”.

Foster también busca formas de recortar gastos. Cuando la batería de su automóvil se agotó, la semana pasada, no la reemplazó; dejó el vehículo estacionado y suspendió su seguro. “Eso me ahorra otros $50 al mes”, pensó.

Foster gastó $130 en una bicicleta de ejercicio, para mantenerse activo. Todavía no canceló algunos viajes en crucero que ya había pagado, a pesar de las desgarradoras historias de tantos pasajeros infectados. En parte, espera porque las líneas de cruceros le están ofreciendo créditos para los artículos que se compran en los barcos cuando finalmente se pueda viajar.

Por ahora, sin embargo, “veo el horror” de la pandemia y “leo las noticias de las personas a quienes afecta”, dijo. “No soy tan religioso, pero considero una bendición tener este apartamento, y no voy a salir de él”.

‘Una increible sensación de miedo’

Hace dos semanas, Charles V. (quien no desea citar su apellido) llegó a su apartamento en San Juan, Puerto Rico, para quedarse en él mientras su nueva casa en Rehoboth Beach, Delaware, está en construcción. Ahora, a sus 56 años de edad, no sabe cuándo volverá al continente.

Charles fue durante 29 años un ejecutivo de marketing de “una importante empresa de productos de consumo”, que también se negó a identificar, hasta que fue despedido, hace dos años. Recibió una “indemnización generosa” de un salario continuo que, casualmente, terminó justo cuando la crisis del coronavirus se desató.

Ahora, está haciendo cambios en su cartera de inversiones valuada en siete cifras para recaudar efectivo y reducir su vulnerabilidad al mercado, al tiempo que busca limitar sus gastos diarios. “El valor de mi cuenta de jubilación se redujo un 25%”, afirmó Charles. “Lo único que pude controlar en este momento fue quizá tener un poco más de seguridad en mi situación financiera. Inmediatamente comienzas a pensar en cosas que puedes reducir, lo que sea”.

“Quiero ser claro”, continuó. “Reconozco plenamente que estoy en una mejor situación que la mayoría de los jubilados. Pero si hay algo que todos compartimos es un sentimiento de preocupación y temor de que las perspectivas de una jubilación cómoda estén en peligro”.

“Hay una increíble sensación de miedo sobre el futuro”, confesó. “Esperemos que el mercado se recupere y compense más de lo que tengo que sacrificar [mis inversiones] mensualmente”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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