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Teleterapia, medicamentos, meditación: cómo los músicos con problemas de salud mental están lidiando con la ansiedad por coronavirus

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Después de 16 años como líder de la influyente banda de emo-rock Paramore, Hayley Williams está a punto de lanzar su esperado álbum debut en solitario, “Petals for Armor”. Como tantos otros artistas, tenía previsto hacer una gira por el país esta primavera y verano, iniciando una nueva fase de su carrera, actuando ante miles de fans, haciendo lo que más le gusta. En cambio, está en casa en Nashville, en cuarentena, lidiando no sólo con los efectos de COVID-19 en el lanzamiento de su álbum, sino también con el que ha tenido en su bienestar.

Williams, de 31 años, sufre de depresión, trastorno de estrés postraumático y ansiedad. Ha estado pasando los días lo mejor que puede, horneando, cocinando y escuchando música. Pero ha sido un desafío. “Si me despierto y no pongo música, cosa que no hice hoy, puedo sentir el vacío”, dice Williams. “Siento que mis pensamientos se aceleran, y estoy tratando de entender el equilibrio entre huir de mis propios pensamientos cuando hay cosas buenas que extraer de ellos”.

Williams, que toma medicamentos para su salud mental, no ha tenido que aumentar la dosis, pero ha estado tomando suplementos como magnesio y vitamina D durante la crisis del coronavirus. “Aumenté un administrador de cortisol, que es un gran alivio para el estrés”, dice Williams. También ha estado haciendo teleterapia con su terapeuta de Nashville, a lo que se acostumbró cuando estaba en Los Ángeles terminando su álbum. “Incluso cuando no quiero hacerlo, lo cual no quise hacer la semana pasada, pero termino y digo: ‘Cielos’, respirando aliviada”.

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Este es un momento precario para los músicos. Los conciertos en vivo, la principal fuente de ingresos de la mayoría de los artistas, han sido cancelados en el futuro inmediato. Los álbumes se han retrasado, a veces durante meses, y otras indefinidamente. Los músicos que están acostumbrados a viajar en manada y a despertarse en una ciudad diferente cada noche, ahora están atrapados en casa sin saber hasta cuándo, preocupados por su próximo concierto, o si no, por su próxima comida. Todo el mundo está luchando con la incertidumbre. Para aquellos con problemas de salud mental, el estrés puede volverse inmanejable.

“Alrededor del 80% de mis clientes están en la industria de la música de alguna manera, desde managers y editores a intérpretes y equipo de producción. Llegaron inicialmente debido a un trauma no resuelto y ansiedad”, dice el terapeuta de trauma con sede en Nashville, el Dr. Lee Norton. “Ahora, la mayoría de ellos también se enfrenta a una crisis económica, que puede resucitar sentimientos de dependencia e impotencia, y crear ansiedad existencial y confusión de identidad. Es desalentador, especialmente para aquellos con factores de alto riesgo y menos resistencia”.

La Dra. Courtney Grimes es psicoterapeuta y fundadora del Collective, un programa de ocho semanas con sede en Nashville centrado en la terapia grupal. “Durante esta pandemia, veo que la ansiedad se dispara”, dice Grimes. “Los tours se suspenden, las sesiones se cancelan. Los músicos están aterrorizados de perder su base de admiradores porque no pueden hacer conciertos, ni encuentros con los fans. No pueden estar cerca de nadie”.

Williams es sólo una de un creciente número de artistas que han sido abiertos sobre sus problemas psicológicos. En la era de los medios sociales, los músicos han estado detallando cada vez más sus experiencias con la adicción, el trauma y el tratamiento, ayudando a normalizar la conversación en torno a la salud mental.

Demi Lovato ha sido muy sincera con sus fans. En 2011, reveló públicamente que fue diagnosticada con trastorno bipolar y desde entonces ha compartido que ha luchado contra la autolesión, la adicción, la bulimia y la anorexia. Sólo unas pocas semanas antes de una sobredosis en julio de 2018, Lovato habló sobre su recaída en su sencillo “Sober”.

Al igual que Lovato, Selena Gómez también ha sido sincera sobre su salud, revelando que ha buscado tratamiento hospitalario para la ansiedad y la depresión. En enero, Gómez expuso que había encontrado un medicamento que le funcionaba, y a principios de abril, compartió que le habían diagnosticado trastorno bipolar. El año pasado, apareció en la canción “Anxiety” de Julia Michaels. Tanto para Lovato como para Gómez, sus demonios personales se han convertido en una línea maestra de su arte.

No están solas: En su documental de Netflix “Miss Americana”, que debutó en enero, Taylor Swift compartió que anteriormente se enfrentó a un trastorno alimenticio. La estrella emergente del R&B, Summer Walker, tuvo que cancelar dos docenas de fechas de gira el año pasado debido a su paralizante ansiedad social. En su docuserie “Seasons”, que se estrenó en enero, Justin Bieber reveló sus propias luchas psicológicas, ya que intercambió sustancias ilegales por antidepresivos para ayudarlo a “levantarse de la cama por la mañana”.

Un estudio realizado por Record Union en 2019 informó que el 73% de los músicos independientes han experimentado estrés, ansiedad o depresión “en relación con su creación musical”. Eso fue antes de COVID-19.

El psicólogo clínico y músico con sede en Nueva York, el Dr. Ezra Feinberg ha visto a muchos de sus clientes artistas “acercarse mucho al límite financieramente”. “Ni siquiera se trata realmente de ‘¿Cómo sigo adelante con esto?’ sino de ‘¿Cómo puedo encontrar una manera de seguir viviendo, de poder pagar mi apartamento, de poner comida en la mesa?’” dice Feinberg. “Todo eso ha resultado tremendo para ciertas personas”.

Linnea Siggelkow, también conocida como Ellis, acaba de lanzar su álbum dream pop “Born Again”, a principios de abril. Sus planes para salir en gira se han suspendido debido a la cuarentena, y se ha quedado atrapada en su casa en Hamilton, Ontario. Diagnosticada con depresión, trastorno de ansiedad general, trastorno disfórico premenstrual y ansiedad social, ha encontrado la paz manteniendo rituales diarios como sentarse con su café de la mañana, practicar guitarra o hacer ejercicio. Ha estado tomando medicamentos por intervalos, y actualmente no los toma. “Me he estado preguntando si me sentiría mejor si estuviera [tomando medicamentos], pero tengo demasiado miedo para intentar ver a un médico ahora mismo”, dice Siggelkow, de 30 años.

La cantante y colaboradora de Beyoncé, Diana Gordon, de 34 años, también acaba de lanzar “Wasted Youth”, en abril. Sufre de ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático. “A veces estoy nerviosa, tanto que mi mente no se permite salir de ahí”, dice Gordon. Todavía promueve su lanzamiento mientras está en cuarentena en su casa en Los Ángeles.

La cantante y compositora en ascenso Delacey, de 28 años, que coescribió “Without Me” de Halsey, ha sufrido ansiedad y depresión a lo largo de los años. Con el lanzamiento de su material debut “Black Coffee” en marzo, se suponía que iba a estar de gira promocionando el álbum. Ahora, ha estado atrapada en su casa en Los Ángeles y tratando de mantenerse optimista. “Hay mucha gente en el mundo que lo pasa mucho peor que yo”, dice. “Algún día podré tocar en shows cuando todos estemos sanos y salvos de nuevo”.

Al igual que Hayley Williams, Katie Von Schleicher se está preparando para promocionar un nuevo álbum con el lanzamiento de “Consummation”, que saldrá el 22 de mayo. Von Schleicher lucha contra la ansiedad, y con el clima actual ella ha estado considerando tomar medicamentos una vez más. “Estoy en el proceso de averiguar qué sería mejor tomar”, dice Von Schleicher, de 33 años. Estar sola en su apartamento de Brooklyn no la ha ayudado durante este momento difícil. “Tengo muchas tendencias obsesivas, bueno, varias cosas, pero especialmente cosas de salud”, señala. “Y si estoy sola en mi casa y no puedo hacer nada al respecto, experimento todos estos sentimientos, y es difícil saber si son psicosomáticos”.

Algunos artistas han sido capaces de mantener su producción creativa en medio del caos. El bajista de Shinedown, Eric Bass, que sufre de depresión clínica y ansiedad, con momentos maníacos, ha estado usando el autoaislamiento como un momento para escribir: “No importa si es terrible. No importa si es genial. Para mí, la cosa es la creatividad”. Aún así, entiende que es un momento precario para los artistas, en el que el síndrome del impostor está tomando el control. “Cuando eres un artista, un día eres un héroe, y al día siguiente eres un fraude”, dice. “Y, eso es muy cierto, especialmente ahora mismo”.

En su casa de Charleston, Carolina del Sur, durante el último mes, Bass, junto con sus compañeros de banda, tratan de encontrar un propósito mientras se encuentran en cuarentena. Juntos, han estado trabajando directamente con la fundación de ayuda sin fines de lucro Direct Relief para proporcionar mascarillas, batas y equipo médico a doctores y hospitales. Desde entonces, el grupo ha recaudado más de 200.000 dólares con su disco sencillo de caridad, “Atlas Falls”.

Otros músicos han estado tratando de encontrar momentos de autocuidado donde puedan. La cantante de Indie-rock Liza Anne, de 26 años, lucha contra el trastorno depresivo mayor. Su audaz álbum de 2018 “Fine But Dying” abordó el manejo de la enfermedad mental mientras uno se enamora. “Los valles que he pasado mental y emocionalmente se sienten como un nuevo punto bajo”, dice ahora. A la vez, ha tenido tiempo para “desarrollar prácticas meditativas y nuevos patrones de pensamiento” que le ayudan a manejar la vida diaria.

Según el Dr. Norton, varias maneras en que los artistas pueden cuidarse a sí mismos durante la pandemia son tomar la menor cantidad de cafeína, azúcar y alimentos procesados posible, porque “son inflamatorios y afectan nuestros pensamientos y emociones”, y evitar más de dos horas de redes sociales, televisión y videojuegos por día.

La Dra. Grimes aconseja a sus pacientes que “se mantengan tan conectados como puedan, ya sea con llamadas telefónicas o con Zoom. Tengo algunas personas que van a un parque, traen sus guitarras y se sientan en círculo. Están a seis pies de distancia entre sí, pero hacen contacto con otra gente, a través de la música”.

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