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Entregas a domicilio durante la pandemia: a quién dar propina y cuánto

Desde dinero en efectivo y aperitivos hasta un “gracias” verbal, hay opciones a la hora de mostrar su aprecio por los repartidores.

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Una de las cosas que las restricciones de Seguridad en el Hogar en Los Ángeles dejaron en claro en los últimos meses es que casi cualquier artículo que se pueda comprar -desde comidas preparadas en restaurantes y alimentos, hasta comederos para colibríes y marihuana- puede ser entregado directamente a su puerta.

Sin embargo, lo que está menos claro es quién debe recibir una propina por sus esfuerzos y cuánto, especialmente si se considera que los repartidores de Postmates, Amazon, DoorDash, Instacart y demás servicios son quienes se están exponiendo a los gérmenes para que nosotros no tengamos que hacerlo.

Para ayudarnos a navegar por las complejidades de la cortesía en la era del coronavirus, hablamos por teléfono con los árbitros de la etiqueta del Emily Post Institute, con sede en Burlington, Vermont; específicamente con su presidenta, Lizzie Post, quien es autora de varios libros sobre etiqueta moderna y tataranieta de Emily. La charla comenzó con un recordatorio de por qué damos propina en primer lugar: “La propina está relacionada con la gratitud. Se trata de mostrar nuestro agradecimiento”, comentó Post. “Cuando alguien entrega comida en nuestra puerta, nosotros, como estadounidenses, tendemos a querer decir gracias por eso, y lo hacemos en forma de propina... Se supone que es algo extra”.

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Entrega de comidas

Es por eso que el primer paso en el camino de la gratitud - con o sin COVID-19- es determinar si la propina para el repartidor de comida (ya sea directamente de un restaurante o de servicio de terceros, como DoorDash, GrubHub o Postmates) ya fue tenida en cuenta en el precio pagado, ya sea a través del cargo de envío o de otra manera. “No debe pensarse que un cargo por entrega significa que el conductor ya recibió una propina”, agregó la especialista.

Con eso en mente, Post detalló que se tiende a calcular la propina ya sea como un porcentaje (“Vemos que algunas personas agregan del 10% al 20% de un pedido”, afirmó) o simplemente suman algo fijo (por ejemplo, $5 o $6) por entrega.

Ella se negó a ser más específica dado el complejo mundo de las propinas, y explicó que el papel del Emily Post Institute no es establecer reglas estrictas y rápidas, sino ayudar a la gente a comprender cuáles son las normas y expectativas sociales.

Del mismo modo, se negó a hablar de una cantidad específica que debería darse por encima de la propina habitual -una prima pandémica, por así decirlo- como agradecimiento especial a aquellos que entregan nuestras comidas para que nosotros podamos quedarnos seguros en casa. Esto es aún más clave ahora, dijo, cuando tantas personas en ambos lados de estas transacciones sienten los efectos de la crisis económica. “Son tiempos difíciles, y algunos no pueden darse el lujo [de dar propina] de más”, comentó. “Por lo tanto, la etiqueta se vuelve un poco peligrosa. [Sin embargo] el mejor enfoque es tratar de hacer el mínimo estándar [de propina], y luego cualquier suma posible más allá de eso siempre será apreciada. Deberíamos sentirnos alentados a hacer eso”.

Entrega de comestibles

Ese mismo enfoque es una buena idea para dar propina a quienes entregan los comestibles en su puerta a través de servicios como Yummy.com, Amazon Fresh o Instacart, algunos de los cuales también son quienes toman los alimentos de los estantes del supermercado. Si no está seguro, y desea incluir ese esfuerzo en su propina, pregunte al momento de la entrega.

Al igual que con los servicios de reparto de comidas para llevar, la mayoría de los servicios de reparto de comestibles en línea permiten a los clientes agregar una propina directamente en la aplicación, para que no tenga que manejar efectivo, lo cual haría que la “entrega sin contacto” no tuviera mucho sentido. Si el efectivo es la única opción, se debe hacer de la forma más rápida y limpia posible, indicó la especialista en etiqueta. “Tal vez deje [el dinero] y retírese”, indicó, “o al menos extienda por completo su brazo. Ahora no es el momento de [volver a] esa distancia de 18 pulgadas a la que estamos acostumbrados”.

Entrega de paquetes

U.S. mail carrier and truck
Una foto de archivo de Jamesa Euler, repartidora postal. El USPS tiene una política estricta, que prohíbe a los empleados aceptar dinero en efectivo. Eso significa que, si desea expresar su gratitud al trabajador postal, deberá hacerlo de otra manera.
(David Goldman / AP)

¿Y qué pasa con aquellos que actualmente mantienen toda la economía en línea desplázandose sobre cuatro ruedas y dos hombros fuertes, como los conductores de UPS y FedEx, y los repartidores del abrumado Servicio Postal de EE.UU? En este sector también, comentó Post, es útil seguir la práctica que se considera como lo bueno y esperable: es decir, no dar propina.

La política del Servicio Postal de Estados Unidos prohíbe explícitamente a los empleados aceptar “efectivo o equivalentes” en cualquier cantidad, y un representante de UPS confirmó que sus repartidores deben “rechazar educadamente las propinas”.

En el entorno actual, agregó Post, tratar de dar dinero a la persona que deja los paquetes en su puerta no sólo los ralentiza sino que también aumenta el riesgo de una posible exposición al coronavirus para ambas partes.

Pero no dar propina no significa no mostrar gratitud. La sugerencia preferida de Post para expresar un gracias implica literalmente exhibir su sentimiento: “Simplemente coloque un letrero afuera de su puerta, que sea específicamente para los repartidores y diga: ‘Muchas gracias por el trabajo que están haciendo ahora’”, consideró.

Otras opciones viables (basadas en una breve encuesta del transportista postal y el conductor de entregas de FedEx en nuestro vecindario de Los Ángeles) incluyen dejar botellas de agua, refrigerios o gritar un simple agradecimiento hacia la calle. No hay nada de malo con mantener a los trabajadores del mundo bien hidratados y saciados, mientras hacerlo no los ralentice. “Puede tener un pequeño cajón en el exterior de su casa, con botellas de agua, bolsas de pretzels y una nota que diga: ‘Repartidores, por favor, tomen lo que gusten. Realmente apreciamos el trabajo que hacen por nosotros’”, explicó Post. “Apuesto a que eso les caería muy bien”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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